Durante mucho tiempo las grasas ocuparon todo el lugar en el banquillo de los acusados y representaban el enemigo número uno tanto en nuestra dieta como en la salud de nuestro cuerpo. Sin embargo, debemos saber que las grasas son necesarias y a continuación te contamos por qué no pueden faltar en tu dieta y en tu cuerpo.
Los beneficios de las grasas en la dieta
Las grasas son junto a los hidratos, un nutriente energético por excelencia y por ello siempre consideramos que su consumo se almacena en el cuerpo siendo la causa de la barriga que tanto odiamos. Sin embargo, no todas las grasas son iguales y presentes en cantidades y de calidad adecuada en nuestra dieta diaria pueden ofrecer grandes beneficios.
Las dietas ricas en grasas buenas no sólo no nos hacen engordar sino que pueden favorecer el adelgazamiento ya que el reemplazo de grasas saturadas por insaturadas puede producir por sí sólo (aun sin modificar calorías), una leve pérdida de peso como concluye un estudio publicado en 2003.
Además, las dietas bajas en grasas no son precisamente las más efectivas para adelgazar según señala una investigación publicada en The New England Journal of Medicine, sino que por el contrario, puede ocasionar valiosos beneficios a la salud así como volver más flexible, apetecible y sostenible la dieta en el tiempo.
Incluso, un estudio publicado el año pasado sostiene que no se debería restringir la ingesta de grasas saludables en nuestra dieta para obtener beneficios tanto sobre la prevención de enfermedades cardiovasculares como de diabetes y cáncer.
Además, las grasas en el marco de una dieta equilibrada pueden favorecer la absorción de vitaminas liposolubles tales como la vitamina A, E, D y K, y muchos ácidos grasos pueden tener efectos cosméticos importantes entre los que destaca el omega 3.
Beneficios de las grasas en nuestro cuerpo
La grasa en nuestro cuerpo también son parte indiscutible del organismo humano y por ello, tiene valiosas funciones tales como sostener órganos y tejidos protegiéndolos ante golpes o caídas de posibles daños, aislarnos ofreciendo una ventaja al momento de regular la temperatura corporal y también, tiene una función metabólica importante.
En el tejido adiposo se producen y liberan hormonas que entre otras cosas, pueden regular nuestro estado nutricional, señalizar el hambre y apetito y otras funciones y también, en cada membrada de las células de nuestro cuerpo debe haber grasas para que las vitaminas liposolubles ingresen a las mismas.
También las hormonas sexuales están formadas por lípidos, por lo que su presencia es necesaria también para preservar esta función de nuestro cuerpo.
Sin embargo, los excesos no son buenos y por ello, en nuestro cuerpo no debería haber más de 25% de grasas así como tampoco debería haber menos de 4%, siendo la ausencia de grasas en el organismo incompatible con la vida.
Además, la ubicación de la grasa dice mucho, ya que la grasa subcutánea no es igual que la grasa abdominal o visceral que no sólo es la más antiestética sino también, la más rebelde y perjudicial para la salud.
Grasas: no todas son iguales
Aunque las grasas son necesarias en nuestra dieta y en nuestro cuerpo si queremos proteger a salud y la estética, siempre debemos recordar que no todas son iguales.
Es fundamental escoger adecuadamente en la dieta, priorizando los alimentos ricos en grasas insaturadas y limitar al máximo las grasas trans que sí pueden perjudicarnos notablemente.
Y como hemos dicho antes, tampoco es igual grasa abdominal que subcutánea, por lo que siempre deberemos intentar reducir la primera que es la que más puede dañarnos tanto por dentro como por fuera.
Bibliografía consultada | Br J Nutr. 2003 Sep;90(3):717-27; N Engl J Med 2008; 359:229-241, July 17, 2008DOI: 10.1056/NEJMoa0708681; Ann Intern Med. Published online 19 July 2016 doi:10.7326/M16-0361.
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