Para cuidar nuestra piel siempre recurrimos a una dieta sana, una adecuada hidratación y por supuesto, a los mejores cosméticos, sin embargo, movernos con regularidad puede ser de mucha ayuda. Te mostramos los beneficios desconocidos del ejercicio sobre tu piel.
Ejercicio regular y mayor oxigeno en tu piel
Sabemos que el ejercicio contribuye a estimular la circulación sanguínea y por lo tanto, favorece la llegada de nutrientes así como de oxígeno a cada parte del cuerpo. Esta mayor oxigenación de la piel se traduce en un mejor color, en una textura más suave y sana así como también, en menor riesgo de sufrir problemas cutáneos.
Cuanto más oxígeno llegue más probabilidades tenemos de contrarrestar los efectos negativos del envejecimiento y de mantener la piel hidratada, por lo tanto, el ejercicio regular también contribuye a reducir y evitar las arrugas y demás marcas del envejecimiento.
Asimismo, la circulación no sólo oxigena, sino trae nutrientes a nuestra piel y se lleva toxinas que pueden ser causantes de infecciones cutáneas o simplemente, de un aspecto poco sano y estético.
Exfoliación natural con ayuda del ejercicio
Cuando nos ejercitamos no sólo ofrecemos a la piel una mayor oxigenación, sino que junto con el sudor se eliminan células muertas, suciedad e impurezas, por lo tanto, movernos habitualmente es como realizar una exfoliación natural a nuestra piel.
Con la sudoración los poros se destapan permitiendo la salida de toxinas y otras sustancias para eliminar de nuestro cuerpo. Además, como los conductos no se taponan, tenemos menos riesgo de sufrir acné si nos ejercitamos con regularidad.
Por supuesto, para que toda este proceso sea una verdadera exfoliación natural necesitamos tomar una ducha con agua templada inmediatamente tras el ejercicio, para barrer definitivamente con toda la suciedad que ha sacado el sudor de nuestro cuerpo.
Ejercicio regular y mayor tonicidad y firmeza cutánea
Junto con el movimiento se renuevan, se fortalecen o regeneran estructuras que dan tonicidad y firmeza a la piel reduciendo el riesgo de sufrir flaccidez o arrugas.
El colágeno y la elastina son constantemente renovados cuando practicamos actividad física, por lo tanto, el ejercicio regular contribuye a que tengamos una piel más firme y elástica, así como más resistente a cambios tales como el estiramiento al subir de peso.
Como podemos ver, la mayor circulación de la sangre, la tonicidad y elasticidad así como la llegada de oxígeno y la sudoración son los procesos que vuelven al ejercicio regular un verdadero tratamiento estético para nuestra piel que no puedes dejar de utilizar.
Para tener en cuenta y obtener mayores beneficios
Si quieres potenciar los efectos positivos del ejercicio sobre tu piel y reducir el riesgo de sufrir problemas cutáneos, ten en cuenta los siguientes consejos:
Asegúrate de que la piel esté limpia antes de comenzar a hacer ejercicio de manera de promover la eliminación de desechos y facilitar el proceso.
Quítate la ropa húmeda y sucia inmediatamente después de entrenar, pues de esta forma no favoreces la permanencia de impurezas sobre la piel y eliminas la humedad producida por el sudor que puede ser un perfecto caldo de cultivo para bacterias.
Dúchate lo antes posible después de entrenar para barrer con el sudor y volver a limpiar la piel tras el esfuerzo.
Bebe suficiente líquido antes, durante y después de hacer ejercicio para contribuir a una mejor circulación sanguínea así como a una mayor oxigenación de cada parte del cuerpo.
Con estos consejos en mete podrás obtener todos los beneficios que el ejercicio puede ofrecer a tu piel, pues como hemos visto, la actividad regular no sólo nos ayuda a perder peso o a lucir mejor nuestros músculos, sino que también puede es un efectivo tratamiento estético para la piel de nuestro cuerpo.
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Imagen | Thinkstock, Thinkstock y Thinkstock
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