Hace unos meses la entidad Estadounidense de investigación de mercados Luxury Institute designaba a Salvatore Ferragamo como la firma de calzado masculino mejor valorada del mundo. Para ello se hizo una encuesta entre 1.200 ciudadanos, que eligieron a la prestigiosa firma italiana como la más deseada del mundo.
Pra este otorgar este prestigioso reconocimiento, la consultora elaboró un estudio en el cual le otorgó a Salvatore Ferragamo 7.63 puntos (de 10) basándose en cuatro factores: calidad superior, singularidad y exclusividad de la marca, satisfacción del consumidor y la prominencia de sus clientes.
En segundo lugar quedó Versace, algo que personalmente me extraña ya que la firma de la medusa no está tan especializada en fabricación de calzado como Gucci o Prada. El tercer lugar quedó reservado a Louis Vuitton, dejando claro que los franceses también son unos artesanos en esto del calzado. ¿Qué opinaríamos los españoles?.
Está claro que el zapato español no se queda atrás. En nuestro país hay firmas excelentes que fabrican calzado muy cómodo, y no demasiado caro. Pero claro, los italianos en diseño y calidad de materiales se llevan la palma, por ello están considerados lo mejorcito del mundo y las encuestas así lo corroboran.
Las zapaterías más exclusivas de nuestro país, multimarca, me refiero, llenan sus escaparates con modelos de Gucci, Prada, Tod´s, Dolce & Gabbana y compañía, modelos muy caros y exclusivos que muchas veces superan los 400 y 500 euros. Sin embargo otras firmas nacionales como Camper o Martinelli no llegan a la exclusividad de los italianos aunque gozan también de un gran prestigio fuera de nuestro país y su precio muchas veces dobla al que se paga aquí.
Así que los zapatos italianos serán muy buenos y bonitos, pero los españoles tampoco “somos mancos” y sabemos apreciar también la calidad y la comodidad de nuestro producto nacional, dos máximas que ante todo debe tener un buen par de zapatos. Espero que con esto, estéis de acuerdo.
Foto | Salvatore Ferragamo
En Mensencia | Blanco total, eterno y elegante, por Salvatore Ferragamo
