Como bien os aconsejó mi compañero Dani, ya es primavera y no sólo en el Corte Inglés sino en todas partes y si quieres cuidar tu piel hay que usar un protector solar adecuado y aplicarlo de buena mañana, antes de salir de casa.
Si no sabes en qué categoría de piel está tu tipo de piel, en el post Cómo elegir el protector solar encontrarás la lista y podrás identificarte fácilmente. Coje tus gafas de sol que el de la foto pega fuerte.
En cuanto al número del IPF (es lo mismo IPF que FPS como SPF: los tres indican el factor solar de protección), hay un jaleo de información que creo se debería aclarar un poco. Como ese jaleo de numeración que existía con anterioridad a la aplicación del Método COLIPA. Protección 80, protección 100 ... ¡sí hombre, y 250 también!.
La verdad es que existen cuatro métodos de referencia para determinar el factor de protección: el americano, el alemán, el famoso método australiano y el que más vas a encontrar, el europeo: el Método COLIPA.
Todos son válidos pero nuestro criterio habitual para con los índices (los números de protección: 6, 10, 25, etc.) se basa en este método elaborado por la asociación europea de fabricantes de cosméticos y perfumería. Lo normal es que en el envase venga el típico CE, fabricación en la comunidad europea.
También se puede dar el caso de utilización de dos métodos en una misma fórmula, es decir, el fabricante utiliza el método australiano para los UVA y el COLIPA para los UVB (SPF). Total, un rollo para los quisquillosos que queremos saberlo todo. No nos agobiemos y, ante la duda, elegir siempre el de factor superior.
Bueno, lo que vengo a agradecer a COLIPA es que el máximo autorizado comercialmente es el 50+. Seguro que has visto ese numerito con el + en muchos productos solares. Para empezar, si el solar tiene un 60 o bien un 80, malo: hace demasiado tiempo que está en la estantería huérfano.
Para que os orientéis con los índices, ningún factor protector menor que 15 hoy día es alto. Eso era antes cuando la capa de ozono estaba ahí intacta. Ahora un 10 es un protector normalísimo y, para pieles blancas en especial, un ticket de entrada al eritema solar o quemadura.
Ptrotección alta significa escoger de 20 para arriba. En muchos envases o folletos explicativos de la gama solar de las marcas ya os indican cuáles están en cada baremo: protección baja, media, alta y muy alta.
La muy alta es 30 y 50+. Grabaros esto en el coco: no existe más alto. Además es de una lógica aplastante. ¿Cuántas horas de sol hay? ¿Qué tiempo váis a estar al sol sin quemaros? ¿Es que el solar va a durar hasta las 4,00 a.m.? A esa hora ya no os hace falta, digo yo. Y si encima lo más recomendable es aplicarse el bronceador-protector al cabo de una hora o dos, vuelve a empezar el contador de protección.
Espero que os haya convencido porque estoy harta de explicar esto a mis clientes verano tras verano. Todavía el público tiene la imagen del protector ISDIN 100 en la frente y no ven más allá. ¡Que ya no existe, hombre!.
Oh, y respondiendo a mi discípulo Raull, y a todos los mensencios que os tomáis la molestia de haber llegado hasta aquí en vuestra lectura, existen fórmulas ligeras en solares, es decir, especiales para pieles mixtas y grasas. L'Oréal y Avène los tienen.
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