Cuando el objetivo es perder peso solemos comenzar quitando calorías de la dieta, y un recurso muy usado y recomendado es el uso de edulcorantes en reemplazo del azúcar. Pero esta medida tan extendida, ¿sirve de algo al momento de adelgazar?
A favor de los edulcorante
Refiriéndonos a edulcorantes como endulzantes artificiales, debemos decir que éstos suelen tener muy pocas o nulas calorías por cada 100 gramos y que su poder endulzante es muy superior al azúcar de mesa.
Por ello, una pequeña cantidad de los mismos brinda sabor dulce a los platos sin sumar las calorías que incorporaríamos si usáramos azúcar para endulzar.
Asimismo, muchos platos pueden volverse más apetecibles con el agregado de una mínima cantidad de edulcorante, por ejemplo: un plato a base de frutas sin azúcar agregada o un pastel dulce pero sin azúcares.
De esta forma, el uso de edulcorantes para adelgazar puede ayudarnos a llevar una dieta "sin azúcar" de forma más sencilla y apetecible, quitando las calorías que antes consumíamos cuando empleábamos miel o azúcar como endulzante.
Además, como quitaremos azúcar y en su reemplazo usaremos edulcorantes, lograremos platos con menor índice glucémico, lo cual permitirá que la glucosa no se eleve rápidamente en sangre y que los niveles de insulina no sufran un pico. Esto puede ser clave para no almacenar grasas en el organismo.
En contra de los edulcorantes
Aunque muchos podríamos pensar que la principal desventaja del consumo de edulcorantes es su falta de seguridad, la realidad es que la FDA establece una Ingesta Diaria Admitida (IDA) y aprueba el uso de edulcorantes después de rigurosos estudios de seguridad, como se señala en la Declaración de Chinchon del año 2013.
Así, el ciclamato está prohibido por la FDA pero la Unión Europea aprueba su uso estableciendo un máximo diario recomendado de consumo. Ni aun el aspartamo está prohibido y una revisión de su seguridad señala que no hay pruebas suficientes de que su ingesta tiene efectos neurotóxicos o cancerígenos.
Por otro lado, un estudio reciente sobre la ingesta de sucralosa, señala que su consumo puede generar más hambre, pues nuestro cerebro comería dulces sin tener las calorías que los mismos suelen aportar. No obstante, este estudio sólo fue realizado en animales e insectos y no en humanos, y sólo analizó el efecto de la sucralosa.
De igual forma, investigaciones previas vincularon el uso de sacarina, aspartamo y sucralosa en grandes cantidades a mayor riesgo de obesidad y diabetes por inducir cambios en la flora intestinal. No obstante, son pocas las evidencias al respecto y las cantidades consumidas deberían ser muy elevadas para sufrir tal efecto.
Por último, determinados edulcorantes como son los llamados "azúcares alcoholes", dentro de los cuáles se encuentran el matlitol, sorbitol o xilitol, pueden ocasionar síntomas grastrointestinales si se consumen en grandes cantidades.
Éstos son algunos de los contra del uso de edulcorantes de forma habitual, pero aun teniendo en cuenta estas posibles consecuencias, ¿su uso sirve de algo para adelgazar?
¿Sirven para perder peso?
Teniendo en cuenta que su consumo excesivo se ha asociado a mayor riesgo de obesidad como dijimos anteriormente y que también puede generar más hambre, podríamos pensar que el uso de edulcorantes no sirve de nada para adelgazar.
Sin embargo, si somos altos consumidores de azúcar, y en su reemplazo usamos edulcorante, podemos quitar un gran número de calorías de la dieta, favoreciendo así el balance energético negativo clave para adelgazar.
Por ejemplo, si a diario bebemos cuatro a cinco tazas de alguna infusión y en cada una de ellas colocamos dos cucharadas de azúcar, el reemplazo de éste por edulcorantes sin calorías puede ayudarnos a perder peso en el tiempo, de forma progresiva.
Si por el contrario no somos grandes consumidores de azúcar e ingerimos grandes cantidades de productos azucarados o ricos en calorías como bollería industrial, chucherías, comida basura y demás, el reemplazo de azúcar por edulcorantes no será de utilidad, pues esta medida por sí sola no es suficiente para lograr un déficit de calorías que nos ayude a adelgazar.
Claro está que si no tenemos alto consumo de azúcar, usar edulcorantes no representara mayor cambio en la dieta y por sí sólos, sin controlar otras fuentes de calorías o hábitos, no servirán de mucho para perder peso.
Bibliografía consultada | Critical Reviews in Toxicology, Volume 37, 2007, Issue 8; Cell Metabolism, Volume 24, Issue 1, p75–90, 12 July 2016; Nature, 2014, doi:10.1038/nature13793.
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