Quién tuviese a Michelle Obama como primera dama. Sabe cómo cuidar la mejor campaña de imagen del momento en un puesto así. Zapatillas metalizadas incluidas. No hay nada con lo que ella no se atreva. Ahora, en los grandes compromisos públicos Michelle Obama brilla como pocas en ese cargo.
La cena de estado de la Casa Blanca celebrada con motivo de la visita del presidente de Francia, Francois Hollande, fue un buen motivo para presumir de las mejores galas. Michelle Obama escogió a la diseñadora venelozalana (pero como si fuese estadounidense, nacionalidad que tiene) Carolina Herrera.
Un vestido reservado para momentos de postín como este, digno de cualquier alfombra roja de nivel. De gran volumen en la falda y con el cuerpo de pedrería y transparencias.
Antes de la cena nos dejó otro look demostrando que es una mujer amante de los colores más vivos. De rojo pasión con este abrigo de nuevo con el corte evasé.
Con motivo del National Prayer Breakfast (el Desayuno de Oración Nacional) celebrado el pasado 6 de febrero Michelle Obama escogió un vestido ma´s recatado, acorde a las circunstancias. De nuevo con estampado floral, un toque oriental en el bordado que le sentó igual de bien que los anteriores looks.
Toda una gran dama del estilo.
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