En el terreno del arte, "Amorino" hace referencia a un niño pequeño, desnudo, casi siempre de sexo masculino y del que, a menudo, salen unas alas. Muchos escultores, pintores y arquitectos lo llevan personificando desde Cimabue hasta nuestros días, porque representa la figura infantil de Eros - el dios del amor -, más conocido como Cupido.
Amorino es también el apelativo afectuoso que nuestros vecinos los italianos utilizan para referirse, de forma mimosa y zalamera, a las personas a las que más quieren, porque la terminación "ino" en italiano es como el "ito" en español.
Así que cuando Cristiano Sereni y Paolo Benassi - dos amigos de toda la vida, que trabajaban como aprendices de los mejores maestros heladeros en Reggio Emilia (Italia) -, decidieron en el 2002 hacer las maletas, e irse a París para enseñarles a los franceses lo era un gelato italiano vero, decretaron llamar a los elaborados que habían creado con tanto amor con este tierno nombre.
De todo esto hace ahora casi doce años, y Amorino no ha dejado de crecer. En la actualidad, la marca tiene más de cien boutiques distribuidas por toda Europa, en EE UU y en Nueva Caledonia. Su secreto: la sutil mezcla del savoir-faire tradicional unido a las técnicas más modernas y sofisticadas. Todos las personas que trabajan en Amorino forman una gran familia, que se implica al máximo en este proceso de fabricación para garantizar la excelencia.
Este año, de cara a las fiestas de la Navidad, Sereni & Benassi que supervisan personalmente cada uno de los productos que forman parte de la carta, han apostado por dar el lugar que le corresponde por derecho propio al símbolo con el que todos identificamos a esta marca.
Por este motivo, la imagen del angelote mofletudo se ha convertido en un regalo goloso (versión chocolate con un setenta por ciento de cacao), que no necesitará disparar sus flechas para darnos de lleno en el corazón, pues sólo su fragancia, su suave tacto y su delicioso sabor serán capaces de despertar todos nuestros sentidos, seduciendo con arte hasta a los paladares más exigentes.
A quienes les de pena estropear la figura de chocolate del angelote, que sepan que pueden optar también por los Macarons al gelato, una creación inédita hasta la fecha, que surge de la fusión del crujiente merengue con acento francés con la cremosidad propia del mejor gelato Made in Italy.
Un capricho goloso, el acompañamiento perfecto para el café o un detalle sorprendente, que se presenta en elegantes cofres negros de doce o de veinticuatro unidades, para quedar como un auténtico Rey (Mago).
En la carta de Amorino encontraremos un amplio abanico de propuestas gourmet como sus panettoni, Giandujas, tartuffi o marron glacés. Descubre cuales son tus preferidos para endulzarte los meses más fríos del año. Y, como la tradición manda, el día de Reyes disfruta del ritual del roscón, pero con un toque italiano porque Amorino también reinventa las buenas costumbres en sus boutiques.
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