Ayer, a punto de dar las cinco de la tarde - hora por antonomasia del té en Inglaterra -, después de ir corriendo por todo Madrid de una presentación a otra porque no llegaba, cruce las puertas de un precioso chalet en la calle Serrano, y siguiendo las instrucciones de una amable azafata subi de cuatro en cuatro las escaleras que me conducirían al ático.
Allí, me tope de bruces con el típico smoking room londinense donde, salvo el humo de los cigarros, no parecía faltar de nada: vigas envejecidas cubrían todo el artesonado de madera; un sutil aroma a lavanda parecía flotar impregnando toda la estancia; al fondo, sentados en dos cómodos sofás de estilo chéster, vi a Javier Arcos y a Margarita Arjona de la agencia QQchose (mis anfitriones) disfrutando del clásico té inglés servido en servicio de plata y acompañado por pastas y pequeños sandwichs de miga. ¡Más british impossible!
Javier se levantó de un salto y ejerciendo de perfecto introductor de embajadores me presentó a Brigitte Wormser, vicepresidenta del grupo Perfume Holding y a Franco Bosisio, Marketing Consultant contratado ex profeso para ocuparse de la dirección artística en toda su extensión del relanzamiento de la marca de perfumes Atkinsons.
Franco me saludó en un perfecto español, pero vi que Mme. Wormser se sentía más cómoda hablando en francés, así que continuamos durante todo el parcours hablando en este idioma. Ahora que lo pienso, la situación no deja de tener su gracia: la presentación de una firma inglesa en suelo español explicada en francés. ¡Para que luego digan que no somos europeos!
Entrevista a Brigitte Wormser, vicepresidenta de Perfume Holding
Mme. Wormser, ¿cómo llegó Vd. al mundo de los perfumes?
Debía andar yo por sixième (sexto de EGB ) y compartía pupitre con una compañera cuyo padre era de Grasse y trabajaba como químico en el mundo de la perfumería. Los jueves por la tarde, como no teníamos clase, solía estudiar con ella en su casa. Cuando su padre llegaba del trabajo nos entregaba unos pequeños viales que contenían los últimos aromas en los que estaba trabajando, y nos pedía que escribiésemos en un cuaderno lo que nos transmitían esas fragancias. Recuerdo que yo solía escribir cosas como que me recordaban el olor de la tarta de manzana de mi abuela, o el armario donde mi madre guardaba la ropa blanca.
Al crecer, ella se matriculó en farmacia y yo me animé a estudiar una nueva carrera desconocida hasta la fecha llamada marketing. Tres años más tarde, un día me llamó para comentarme que Monsieur Guerlain había empezado a impartir clases en una escuela, situada en Versalles, para la formación de nuevos maestros perfumistas. Fuimos a verle, y nada más entrar supe que había encontrado lo que siempre había andado buscando.
¿Qué les animó a revitalizar y sacar de su letargo a esta marca de perfumería centenaria con acento inglés?
Atkinsons es una maison que data del siglo XVIII llena de símbolos históricos y con una fuerte legado anclado en la tradición y en ese toque de excentricidad tan británico. Durante dos años nos sumergimos en la historia y en los archivos de la marca, para poder desentrañar y desempolvar todos los códigos que constituían su ADN.
¿Con qué se toparon?
A finales del siglo XVIII, un jovencísimo James Atkinson - que había creado un ungüento para domar los pelos rebeldes de las barbas y los bigotes que solían lucir los señores de la época -, desembarcó en Londres. Su maravilloso bálsamo se vendía en una cajita de porcelana, y no tardó en convertirse en un auténtico best seller pues además de evitar que las barbas irritasen la delicada piel de las señoras, también iba impregnado de una suave fragancia a rosas que las tenía absolutamente encandiladas.
Aunque el término no se acuñó hasta muchos años después, James Atkinson tenía una gran visión marketiniana, y para que los elegantes ingleses identificasen sin dificultad el número 24 de Old Bond Street - que era donde había abierto su tienda -, compró un gran oso a un director de circo ruso, y lo ató a la puerta de su establecimiento. Así, cuando alguién preguntaba dónde se podía comprar su famoso bálsamo, la gente en seguida decía "sí, hombre, donde el oso encadenado".
Decidimos pues asociar el nuevo logotipo de la marca con el viejo blasón que reproducía la figura del famoso oso, añadiendo también las flores del condado de Cumberland (cuna de la familia Atkinson) siguiendo la más pura tradición en heráldica. Noblesse oblige!
Con el paso del tiempo, Atkinson decidió diversificar su negocio, y contrató a un químico para que realizase los primeros perfumes sur mesure a su elegante clientela, entre quienes destacaba el famoso Beau Brummel y la Casa de su Graciosa Majestad (de quienes se convirtieron en proveedores oficiales), como consta en los viejos archivos que hemos podido rescatar.
¿Quién ha sido el responsable del diseño de los nuevos frascos y del packaging?
Thierry de Baschmakoff se inspiró en los viejos frascos de cristal faceteados dando lugar a un viaje en el tiempo en busca de los orígenes de la marca. Para actualizar un poco el diseño, creó un tapón que reproduce el cannage o trenzado de enea con el que se protegían estos frascos cuando se emprendía un viaje, que también veremos estampado en relieve en el cartón del packaging.
Los embalajes constituyen precisamente el perfecto equilibrio entre la tradición y la modernidad tratada con estilo con colores tan vivos y reconocibles como el naranja y el azul cobalto propio de la decoración de las preciosas vajillas de porcelana (otro guiño a la famosa cajita del hungüento mágico que fue quien dio comienzo a toda esta saga).
Franco Bosisio también supervisó todo el diseño del merchandising y la decoración de la tienda Pop-up. Inspirándonos en la fachada del emblemático edificio Adkinsons en Bond Street reprodujimos unos bosquejos siguiendo el estilo de los croquis de los arquitectos para decorar con ellos las paredes de la tienda. En el interior, jugamos con una mezcla de géneros mediante la asociación de los objetos rescatados en los archivos de la marca a modo de gabinete de curiosidades, pero conservando un estilo cien por cien inglés. ¡Igual que ha hecho la agencia QQChose aquí en Madrid!
Franco fue también quien decidió contratar al director de arte gráfico Mika, que suele trabajar realizando las portadas de los discos y los vídeos de algunos famosos cantantes de rap, para que realizase el Fashion Film que podréis ver convertido en spot para la televisión.
¿Quién es el maestro perfumista responsable de las nuevas fragancias?
La ventaja de haber compartido pupitre con los Grands Seigneurs de la Parfumerie (recordad que soy de la promoción del 79 de l'École de Versailles) es que nos conocemos todos muy bien. Recurrí a Christine Nagel - la reciente y flamante adquisición de Hermès Parfums-, para que reinterpretase la famosa Eau de Cologne de Atkinsons. Al igual que su predecesora, 24 Old Bond Street posee ese glamouroso twist de excentricidad británica, capaz de seducir a todos esos connaisseurs, ya que representa mejor que cualquier sello o escudo de armas la lengendaria leyenda de esta marca de perfumería.
Una colonia profundamente inglesa de formidable personalidad. Su cóctel irresistiblemente aromático de enebro, rosa y té negro se hace más profundo con una nota divinamente excéntrica de whisky ahumado, envejecido en barrica de roble. Vigorizante y fresca pero cálida y envolvente. La última palabra en lo relacionado con la elegancia inglesa.
Observo que han preparado cinco bodegones distintos. ¿Uno para cada nueva fragancia?
Efectivamente, The British Bouquet es una oda olfativa al dandismo que ha de llevarse como se lleva un traje de corte sartorial. Una auténtica bruma de las islas inspiradas en el Beau Brummel fabricada con las aterciopeladas notas de la lavanda, el mirto, y el whiskey de malta con acordes cítricos de naranja amarga y caviar cítrico, y con notas de fondo de cuero.
The Odd Fellow Bouquet es como tener delante a Lawrence de Arabia y el acogedor lujo del St. James, el club para caballero más exclusivo de todo Londres donde el pesado silencio solo era roto por el ruido de las hojas de los periódicos al pasar y donde la fragancia oriental del tabaco otomano emanaba desde la profundidad de los sillones orejeros. A la fragancia se le ha dotado también de acordes de jengibre y pimienta rosa, y se la ha enriquecido con acordes de benjí y de ládano.
The Nuptial Bouquet está elaborado con flor de mirto, hojas de violeta, muguet o lirio del valle y sándalo blanco. En realidad reproduce las flores que llevaba el ramo de la reina Victoria cuando se casó, y que Kate Middleton reprodujo también en su ramo de novia.
El perfume Fahion Decree evoca el perfume que solían desprender los cargamentos de seda llegados de Oriente en barcos de vapor que se envolvían en hojas de pachulí para ahuyentar a los mosquitos y polillas. Una fascinante recreación de la fragancia que sedujo a las damas de finales del siglo XIX. Una fragancia para mujeres que visten con exquisitez, y que adoran el lujo.
Mme. Wormser, permitame decirle que es Vd. una auténtica encantadora de serpientes. Se nota que todas estas fragancias son sus bebés, y que ha participado en su elaboración de principio a fin. ¿Para cuándo se propia fragancia?
¡Eso, eso! Intervino Franco Bosisio, que nos habia acompañado el tiempo que había durado todo el recorrido.
Me despedí de ellos - pues se había hecho muy tarde y tenían que coger un avión de regreso -, sintiendo que me había dado un auténtico baño de cultura inglesa ilustrado magníficamente bien por todos esos espectaculares bodegones llenos de poesía. Querida Margarita, ¡lo que se ha perdido el mundo de la decoración y del interiorismo!
Más información | Atkinsons1799 En Embelezzia | A partir de marzo, Christine Nagel trabajará con Jean-Claude Ellena en los perfumes Hermès Fotos | @OscarCarriqui, @quidproquoq
