Vivo en los años 20, Cecil Beaton me retrata para Vanity Fair día sí, día también y mi querido amigo, amante, compañero de juergas nocturnas, boquilla en mano, es el señor Gatsby. Esta bien podría ser la presentación en sociedad de la mujer que Dior nos muestra en su lookbook de Otoño-Invierno 2011/2012, a la que sólo le faltaría añadir dos cosas: visto siempre de Dior y ¿echo de menos a mi díscolo amigo Galliano?
Esta segunda parte no la podemos confirmar, más bien confirmamos lo contrario. Y es que tras el escándalo de los improperios del pasado en grados alcohólicos John Galliano, Dior está bajo una lupa de aumento que de momento saca a relucir sus puntos débiles más que demostrados en su colección de Alta Costura Invierno 2012, un desprósito logrado gracias a disfrazar lo mejor de Galliano ensalzando una versión baratera del propio Galliano.
El lookbook es exquisito, propio de muñecas de porcelana ricachonas cuyos padres perecieron en el Titanic y que ahora se aburren con tanta pasta, tanto castilllo y tanta ropita.
La fotografía repara hasta en el más mínimo detalle. Las pieles son de porcelana, el maquillaje y peluquería de sobresaliente, el ambiente, la decoración la luz...
Una mujer Dior es gélida, fría y muy altiva ¿inevitable teniendo en cuenta quien fue su creador durante tantos años?
En trendencias | Primeros contactos entre Dior y Marc Jacobs, Desfile de Alta Costura Dior Otoño-Invierno 2011/2012
Ver 7 comentarios