Si existe una película que obsesiona a todas las chicas que nacimos en la década de los noventa esa es Clueless. Los estilismos de Cher Horowitz han marcado a nuestra una generación y todas hemos soñado con lucir un combo de falda de tablas y americana a juego para pisar los pasillos de nuestro instituto (lejos de esto, la mayoría íbamos en chándal, pantalones de campana y zapatillas Buffalo). La moda noventera sigue más viva que nunca y la modelo Irina Shayk lo ha dejado bien claro con el último lookazo que se ha marcado para pasear por las calles de Nueva York con su hija Lea.
Shayk luce como nadie un combo que fusiona dos colores complementarios que casan a la perfección: el morado y mostaza. El corte de la falda es prácticamente idéntico al de Cher, por no decir también que el patrón de la americana es muy similar. Para darle el punto actual, la modelo mezcla este combo con un tank top negro, un bolso baguette del mismo tono y las famosas botas militares de Prada (que hemos visto en mil ocasiones).
Lo sabemos, este estilismo no es apto para pasar desapercibida, pero como dice el refrán "quien no arriesga, no gana" y Shayk nos enseña que inspirarnos en las películas noventeras más icónicas es sinónimo de éxito.
Fotografías | Gtres
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