Inés Domecq es una de esas niñas bien a la que no les gusta tener un perfil muy público. Se pasea por las fiestas más exclusivas, pero (todavía) no es una it-girl con legión de seguidores. Aunque si fuera por estilo ella tendría uno de los primeros lugares del ranking de chicas con estilo de nuestro país. Casada con Javier Martinez de Irujo y dedicada al mundo del estilismo, descubrimos a la que posiblemente podría desbancar en el territorio internacional a cualquiera de las cotizadas influencers.
Inés Domecq es una chica arriesgada con sus estilismos, le gusta convertirse en la mejor vestida en bodas y eventos familiares pero siempre desde un perfil muy reservado. Este vestido blanco de Roberto Diz, uno de sus diseñadores fetiche, demostró que ella tiene estilo a raudales y que puede presentarse en una boda con un diseño de color blanco y volumen considerable para que muchos nos quedemos con la boca abierta.
Ayer pudimos verla en un evento solidario en Sotogrande con un look veraniego de lo más copiable: un traje de chaqueta de cupro naranja intenso combinado con un top de crochet de color blanco. El detalle del cinturón de cuero con hebilla dorada y los complementos en tonos vibrantes nos demuestran una vez más que tiene esa habilidad de hacer el mix and match perfecto. ¿Qué os parece el estilo de Inés Domecq?
Fotos | Gtres
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6 comentarios
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Estoy en desacuerdo,
Estilo aburridismo, predecible, muy poco original y RANCIO.
A años luz de Olivia Palermo o cualquier It girl internacional...
lectora-
Me parece muy elegante, puede que su mejor baza sea el dosificarse tan bien.
qk
El cinturón del conjunto naranja es horroroso. Y los zapatos. Y el resto
katxarro0
Tendría que mejorar un poco su gesto, parece que está siempre enfadada
tutsie
Demasiado tiesa y rostro poco amable. No sólo es la ropa que se lleva.
anfora
Llevo pensando mucho tiempo que esta chica tiene estilazo. Lástima que no salgan apenas imágenes suyas. Sin ser preciosa de cara, puede llamar más la atención que una chica guapa, y además sabe perfectamente sacarse mucho partido. En fin, que da lecciones de elegancia