Hoy es un día histórico, el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, toma posesión del cargo. El mismo día en que las primeras damas se encuentran en un gran duelo estilístico observado por (casi) todo el planeta. Michelle Obama, la hasta ahora Primera Dama, deja su puesto a Melania Trump, dos estilos completamente diferentes pero también dos maneras de entender la moda. El burdeos se enfrenta al azul cielo, una dura batalla que Michelle Obama no ha sabido aprovechar.
Jason Wu ha sido el encargado de vestir a Michelle Obama en su última aparición pública como Primera Dama. En esta ocasión ha elegido un vestido de color burdeos con espiga en negro, el mismo tono que utiliza en la cintura a modo de corte. Una hechura que no le sienta nada bien a Michelle pero que, sin embargo, nos recuerda mucho a el estilo que ha usado en los últimos ocho años. A pesar de todo esto creo que es estrictamente correcto con el papel que tenía que tomar hoy, ella pasa a un segundo plano al igual que su vestido, dejando así todo el protagonismo en su sucesora.
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