El avance en sostenibilidad del sector de la moda es imparable. Cada vez son más los gigantes del low cost implicados y las características sostenibles de las prendas se han convertido, con el paso del tiempo, en una preocupación común. Mango se unió a las propuestas sostenibles en 2017 con un plan de sostenibilidad y una colección de moda, Committed. Y ahora, afianza su estrategia en este campo que consideramos, sin duda, el futuro del sector. Así, acaba de anunciar haber conseguido que el 79% de la totalidad de sus prendas tengan características sostenibles. Un hito que aplaudimos y planean mejorar para 2022, fecha en la que esperan llegar al 100%.
Lograr una industria de moda más ética y sostenible es el gran reto y Mango se ha puesto las pilas. Desde la firma del Fashion Pact en 2019, la compañía ha adquirido compromisos firmes en áreas como el producto, la reducción de emisiones y residuos, la economía circular, la biodiversidad, la transparencia y la trazabilidad. Y su colección sostenible tiene cada vez más peso dentro de su catálogo.
Según una nota de prensa, la empresa prevé llegar a tener el 100% de algodón sostenible y el 50% de poliéster reciclado en sus colecciones antes de 2025. En 2030, Mango prevé llegar a tener el 100% de fibras celulósicas de origen controlado y trazable (como por ejemplo el lyocell, la viscosa y el modal, entre otros).
Además, prosigue su proyecto de sustitución de las bolsas de plástico de su cadena de suministro por bolsas de papel. Una vez finalizado el proyecto, Mango dejará de utilizar alrededor de 160 millones de bolsas de plástico anuales. La mejora de la eficiencia energética en el diseño de las nuevas tiendas es otro de los proyectos en los que está trabajando la compañía. Y, como parte del compromiso adquirido tras la firma del Fashion Pact relativo al pilar de la biodiversidad, a partir del próximo mes de abril comenzará una colaboración con la Asociación Vellmarí apoyando el proyecto Posidonia Lab de conservación marina.
Hablamos con Beatriz Bayo, directora de RSC de Mango, para conocer un poco más las acciones que está llevando a cabo la firma y ahondar en las que son dos de los departamentos que están conquistando el mundo de la moda: la Responsabilidad Social Corporativa y la sostenibilidad.
Tú creaste el departamento de Responsabilidad Social Corporativa de Mango y has coordinado y desarrollado todas las políticas de responsabilidad social de la compañía, ¿partías de cero?
Cuando entré hace veinte años en Mango en el Departamento de Medio Ambiente este ni siquiera era departamento, era un equipo pequeñito dentro de otro departamento, 'Identificación de producto', que hacía pequeñas acciones puntuales de temas de químicos en las prendas, gestión de residuos... En el año 2000 nos vino a visitar una ONG y nos comentó que le parecía muy interesante que una empresa como la nuestra considerara unirse al movimiento que se estaba creando en favor a la ética en el negocio en Estados Unidos. Y a raíz de esta conversación comenzamos a considerar estos aspectos propios de un negocio responsable. Partimos de cero. No sabíamos muy bien por dónde empezar y de la mano de esta ONG empezamos a indagar en el tema.
¿Cómo ha sido este proceso?
El primer ejercicio que hay que hacer siempre en RSC es analizar dónde están tus impactos a nivel social-medioambiental y a partir de ahí, evaluar y tomar medidas en relación a estos impactos para mitigarlos o convertirlos en impactos positivos.
Cuando creamos el departamento, empezamos a definir un código ético que estuviera enlazado con los valores de nuestra empresa y en base a él, un código de conducta para nuestros proveedores. Empezamos a tirar con grupos de interés externos que nos iban encaminando.
"El hecho de la transversalidad dentro de la compañía es un concepto que no se tenía claro desde el principio".
¿Cómo has logrado que todo el negocio se impregne de sostenibilidad?
Empujar dentro de la empresa para que todo el mundo estuviera alineado ha sido todo un reto. El hecho de la transversalidad dentro de la compañía es un concepto que no se tenía claro desde el principio. No solo en Mango, en todo el sector. Un equipo solo no puede hacer nada, necesita de los rangos mas altos de la empresa.
Un departamento como RSC es un departamento muy vanguardista. Enseguida nos llega la tendencia, pero llevarla a tu casa y ponerla en marcha son acciones que representan mucho impacto en tus operaciones y procedimientos internos. Hay que tener en cuenta las repercusiones en otros departamentos y siempre existe ese vértigo. Pero tiene que ser así, si no lo sentimos es que no lo estamos haciendo bien.
Antes las empresas no contaban con departamentos y puestos como el tuyo, ¿es la tuya una profesión que está conquistando el mundo de la moda?
No sé si conquistando, pero enamorando poquito a poco.
"Nuestra tarea fundamental es ser influencers, ir consiguiendo seguidores para que no parezca que buscamos retos imposibles".
¿Qué formación debe tener una persona que decida dedicarse a lo mismo que haces tú? ¿Qué le recomendarías?
Es muy importante la formación desde la base: el ambiente universitario, colegios... Cada vez nos encontramos con más gente que ha hecho masters, pero yo siempre digo que hay ciertas aptitudes esenciales. Para dedicarte a esto tienes que creer en la sostenibilidad como concepto, ser una persona muy transparente, con un alto concepto de la responsabilidad y la ética. Además, es importante que sepas transmitir muy bien, que tenga dotes de comunicación para crear engagement dentro de la compañía y fuera. Nosotras en el departamento somos las hiperconvencidas y nuestra tarea fundamental es ser influencers, ir consiguiendo seguidores para que no parezca que buscamos retos imposibles.
También es imprescindible conocer muy bien el negocio, el resto de áreas de la empresa, cuales son tus riesgos, las oportunidades que se presentan... Un equipo como el nuestro tiene que tener una visión muy global, esto es lo que te permite ser capaz de marcar estrategias a largo plazo y lo que da credibilidad.
¿Cuántos sois en el equipo?
Somos ocho personas en el equipo, seis en central y dos en china que nos ayudan con la gestión de la parte de Asia y estamos en pleno crecimiento. Ahora buscamos dos personas más para la parte de sostenibilidad ambiental. Estos proyectos crecen mucho, cada vez están mas especializados y tienen mas reporting.
Hablando de formación, aparte de tu trabajo en Mango, das clases en universidades y escuelas, ¿es importante formar en responsabilidad social a las nuevas generaciones? ¿cómo lo haces?
Es una cosa que no te la puedes quedar para ti porque sino nunca se avanzará. Si es algo en lo que realmente crees, una de tus misiones es transmitir tu conocimiento. Me parece muy importante que la gente tenga esta consciencia y esta sensibilidad hacia el tema y creo que esto hay que enseñarlo. La única manera es yendo a las escuelas. Yo lo que hago allí es contar nuestra experiencia, eso ayuda mucho y tiene muy buena recepción. Hay mucha motivación, pero también muchas dudas y preguntas. Falta formación al respecto.
"A los estudiantes universitarios de hoy en día no se les ocurre hacer algo que no tenga algún criterio de sostenibilidad".
Se habla de que la Generación Zeta está profundamente implicada en estos aspectos, ¿consideras que es así?¿Existe ese cambio generacional que ha obligado a actualizarse al sector del que tanto se habla?
Creo que deberían estar más implicados en el día a día. Tener criterios de sostenibilidad implica un cambio de aptitudes y un esfuerzo extra, por eso llega más cuando eres más maduro. Es una cosa que se debe ir educando y quizá en la siguiente generación saldrá más solo.
Pero a nivel de estudiantes universitarios da tranquilidad, algo se está haciendo bien. El tema de la sostenibilidad surge mucho cuando hacen trabajos y es interesantísima su capacidad de crear cosas nuevas, de innovar. Se ve un cambio radical. Tienen un ingenio y una creatividad alucinantes. No se les ocurre hacer algo que no tenga algún criterio de sostenibilidad. Es impresionante como siempre lo tienen en mente.
¿Crees que a la gente le importa ahora más que hace cinco años el origen de su ropa y los materiales con los que está hecha?
Antes no era una pregunta común, ahora es una pregunta bastante frecuente. El COVID ha fomentado la preocupación y cada vez somos mas conscientes por los medios de comunicación y las redes sociales. Cada vez hay mas información y se exige más.
¿Cuándo decís que el 79% de la totalidad de las prendas tienen características sostenibles a que os referís?
Todas nuestras prendas con características sostenibles se encuentran bajo nuestra marca Committed. Para poder pertenecer a ella, deben cumplir unos criterios: tener un mínimo del 30% de fibra sostenible y algún proceso de producción sostenible como que haya demostrado un ahorro de consumo de agua o energía o que se haya tratado con sustancias químicas sostenibles.
Una vez lleguemos al 100% de prendas con características sostenibles seguiremos avanzando, es como una cadena. Futuros pasos pueden ser el packaging, los componentes de las prendas, el calzado...
Es un número muy alto, enhorabuena, ¿cómo vais a mostrar esto al consumidor final, habéis cambiado el etiquetado? ¿Se anunciará en las tiendas?
Las etiquetas de estas prendas siempre están marcadas como Committed y explican las características de los productos, sus materiales y proceso de fabricación. Es nuestra manera de informar qué tipo de prenda estás comprando y es una forma de ir educando a nuestro consumidor.
Por otro lado, se está trabajando en una campaña de comunicación de la estrategia muy interesante. Se están haciendo vídeos que explican la ropa, por qué es sostenible, por qué cambiar a este tipo de vida. Esto está alineado mucho con nuestra idea de mediterráneo, de cuidar nuestro entorno. Y este año va a ser un punto de inflexión en el que va a haber muchos avances en este sentido.
"La moda sostenible no tiene por qué suponer un aumento de precio".
¿Este avance en sostenibilidad repercutirá en el precio de las prendas?
No tiene por qué suponer un aumento de precio. El sector de la alimentación ha sido el primero en pasar a orgánico-eco-de proximidad y nos ha marcado un poco este tema de que lo sostenible tiene que ser necesariamente más caro y no es así. En los últimos años se habla de democratización de moda sostenible.
Por ejemplo, hace años era muy raro ver máquinas de corte con láser en las fábricas, ahora es muy raro no verlas. Hay ciertas técnicas o materiales innovadores que requieren inversiones más elevadas porque necesitan de una inversión tecnología nueva, pero al final si se hace volumen y se compra y se vende sin ningún problema, no tiene por qué subir los precios.
Si disgregramos una prenda sostenible más cara que el resto, no vamos bien con la sostenibilidad porque la sostenibilidad tiene que ser para todos, no puede ser solo para un cierto target de cliente.
Desde la firma del Fashion Pact en 2019, Mango ha adquirido compromisos firmes en áreas como el producto, la reducción de emisiones y residuos, la economía circular, la biodiversidad, la transparencia y la trazabilidad, ¿podrías concretar un poco los pasos más importantes que habéis dado?
A partir de esa firma adaptamos nuestro plan estratégico a los compromisos del pacto. De la misma manera que el pacto está basado en pilares, nosotros los hemos creado en nuestro plan estratégico. Estos pilares son producto, clima y biodiversidad, trasnparencia y trazabilidad y reporting y comunicación.
Con respecto al producto, tenemos objetivos de cifras que hemos hecho públicos en algodón, poliester reciclado y fibras celulosicas. Dentro del tema del clima y biodiversidad estamos centrados en la huella de carbono y los océanos. Por primer año hemos usado un sistema estándar para que los datos sean comparables y estamos esforzándonos en eliminar el plástico de nuestros envíos.
En cuanto al tema de transparencia y trazabilidad de nuestra cadena, el año pasado hicimos pública la línea de fabricas de confección y ahora queremos publicar los proveedores directos de nuestros confeccionistas para ir subiendo la cadena hacia arriba.
Me han comentado que próximamente la firma publicará su Memoria de sostenibilidad de 2020, quizá puedes adelantarme algo, algún highlight principal o dato interesante.
"El año pasado, a pesar de todo el tiempo en el que estuvieron las tiendas cerradas, recogimos 42 toneladas de prendas a través del proyecto de reciclaje".
Esta memoria incluye datos comparativos que nos han ayudado a ver ciertos temas en los que hemos avanzado un montón. El año pasado, a pesar de todo el tiempo en el que estuvieron las tiendas cerradas, recogimos 42 toneladas de prendas a través del proyecto de reciclaje que llevamos a cabo. Hemos pasado de 32 a 42 y nos ha sorprendido gratamente ver que la gente está muy concienciada y eso que no hacemos una campaña especial y existen los contenedores de la calle de ropa amiga. Hemos avanzado en la recuperación de prendas fomentando la economía circular. También se han reflejado las acciones para ayudar al entorno que hicimos durante la pandemia.
¿Cuáles son vuestros próximos pasos y cómo pensáis cumplirlos?
Dentro de la parte de sostenibilidad ambiental estamos trabajando mucho en lo que es el impacto de nuestras fibras, en la trazabilidad de nuestro producto para saber qué impacto global tiene.
El pasado febrero, la Comisión Europea denunció con un estudio que el 25% de la moda ecológica y sostenible no lo es tanto, en ocasiones las medidas anunciadas por las firmas son mero marketing el 24% de las empresas del sector textil y de la moda exagera o engaña cuando usa conceptos como "eco", "conscious" o "friendly". ¿Qué opinas de esta tendencia de hacer pasar una empresa por ecológica? ¿Te preocupa?
Nos encanta que existan criterios estandarizados y que todos lleguen a homogeneizarse de alguna manera para evitar la competencia desleal.
¿Crees que existe un desconocimiento por parte de los consumidores que lleva a que esto pueda suceder? ¿Cómo puede una usuaria cuantificar lo que es sostenible y contrastar la información que dan las marcas?
Es necesario que el consumidor aprenda a distinguir lo que le están vendiendo. El mejor consejo para hacerlo es leer las etiquetas. Cada vez se aporta más desde las marcas y se intenta que la estrategia llegue más al cliente, que no tengas que rascar tanto como consumidor.
También sería recomendable preguntar más y exigir mucha más información. Y luego, si tienes más interés, buscar información en las webs de las marcas. Una memoria de sostenibilidad es un documento muy duro que exige cierto conocimiento, pero una marca que no comunica crea desconfianza.
Fotos | Mango