Keira Knightley es la protagonista de esta intensa historia de amor. Una película basada en la exitosa novela homónima de Rhidian Brook, publicada en 2013, una historia inspirada en la de su propio abuelo Walter Brook. James Kent es el encargado de dirigir este drama que gira entorno a un triángulo amoroso (Knightley, Alexander Skarsgård y Jason Clarke). Una película cuya fecha de estreno es el próximo 12 de abril.
El día que vendrá está ambientada en la Alemania de posguerra de 1946. Rachael, protagonista de esta historia, papel interpretado por Keira Knightley, aterriza en las ruinas de Hamburgo en pleno invierno para reunirse con su marido Lewis (Jason Clarke), un coronel británico que recibe la misión de reconstruir la ciudad destruida. Pero cuando van a mudarse a su nueva casa, Rachael descubre que Lewis ha tomado una decisión inesperada: compartirán la enorme casa con sus antiguos propietarios: un viudo alemán (Alexander Skarsgård) y su atormentada hija.
Al principio, el acuerdo hace que Rachael se sienta realmente incómoda, ya que le molesta la presencia de los extraños alemanes que para ella son sospechosos. Ella, una mujer que lucha por lidiar la muerte de su hijo pequeña, también comienza a entender lo que ellos perdieron en el conflicto, así que su postura hacia los alemanes comienza a suavizarse.
Poco a poco, la tensión entre Rachael y Lubert comienza a tomar una dimensión diferente, ya que ella comienza a verlo como un espíritu dolido y se empieza a sentir atraída por él. Finalmente, la enemistad y el dolor dan paso a la pasión y la traición, cambiando el curso de sus vidas para siempre.
Knightley realiza una interpretación muy medida. La actriz retrata a una mujer que se ve obligada a ocultar su turbulenta vida interior, detrás de una máscara de educación y compostura. Una mujer que lleva casada 15 años y, por lo tanto, es una bastante madura y también es madre. Según la actriz: "Rachael tiene prejuicios. En su mente están 'nosotros' y 'ellos'. Los desprecia. Los culpa por la muerte de su hijo y por toda la guerra".
Para prepararse el papel, la actriz estudió textos que tratan sobre el dolor, como A Year of Magical Thinking, de Joan Didion, Grief is the Thing with Feathers, de Max Porter, y A Grief Observed, de C.S. Lewis. "Fue interesante interpretar a un personaje que está reaccionando a entornos completamente nuevos", explica la actriz.
El vestuario
Bojana Nikitovic es la diseñadora de vestuario y Barbara Kreuzer es la diseñadora de peluquería y maquillaje. La simplicidad es la nota predominante de los looks. Rachael es una mujer muy bien vestida, cuya actitud se refleja en su vestuario. Nikitovic seleccionó telas en mostazas y oro, para hacer prendas muy elegantes, de líneas muy limpias, bien ajustadas y bastante simples, pero muy bien hechas.
La protagonista tiene un vestido llamativo en su armario, el impresionante diseño de gala que usa para el baile del oficial. La prenda no solo tenía que ser visualmente llamativa, sino que su diseño también necesitaba transmitir ciertos cambios en el estado mental de Rachael. "Ese vestido que usa es una prenda que no enmascara nada. Por fin el personaje se abre, se muestra a su marido, se muestra a todos. Se siente libre de expresarse", explica Nikitovic.
La película también transmite un mensaje más amplio, habla sobre la importancia del perdón, la compasión y la necesidad fundamental de la conexión humana. Una producción seductora y muy entretenida.
Fotos | Fox