El rosa siempre ha sido un color complejo y con múltiples interpretaciones a lo largo de la historia. Según Artsy, en Japón sirve como símbolo nostálgico del samurai asesinado, percibiéndose como un color masculino y lúgubre. En Corea se interpreta como un signo de confianza y en Alemania como un símbolo de ternura, pacifismo y dulzura. Sea como fuere, lleva presente en nuestra vida desde hace siglos y no siempre se identificó como un color para chicas.
El rosa en el mundo de la moda
La burguesía europea y su amor por los tonos pastel fueron los culpables de que el rosa se pusiera de moda durante el siglo XVIII. María Antonieta, considerada la reina de la moda del Versalles del siglo XVIII, fue la precursora del cambio en los colores que vestían a la burguesía, y que pasó de los marrones y negros a celestes, amarillos vibrantes y rosados en todas sus tonalidades, según el libro de historia María Antonieta de Stefan Zweig.
Los tonos rosados no solo se podían ver en los vestidos, sino en los abanicos y demás complementos que usaban las damas de la burguesía de Versalles y París. Podemos ver una muestra de ello en la película de María Antonieta protagonizada por Kristen Dust que se llevó el Oscar al mejor diseño de vestuario en 2006.
Durante el siglo XIX y gracias al llamado japonismo (que describe el interés y fascinación por la cultura japonesa en Occidente tras siglos de aislamiento de Japón), los tonos pastel de los rosas europeos se transformaron en colores fresa brillantes, colores cereza y rosas vivos traídos del lejano oriente, no solo presentes en la moda sino en el arte.
El rosa no siempre fue para chicas
No fue hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuando el rosa empezó a asociarse con alguno de los géneros. Hasta entonces, los bebés se vestían con algodón blanco por ser más fácil su limpieza.
Pero esta asociación de género con el rosa, no fue femenina. En 1914, The Sunday Sentinel, un periódico estadounidense, aconsejó a las madres "usar el rosa para el niño y el azul para la niña. La razón es que el rosa es un color más decidido y fuerte, más adecuado para los niños, mientras el azul, que es más delicado y refinado, es mejor para las niñas.”
El rosa fue un color asociado con la masculinidad, considerado como un color rojo aguado, relacionado con la sangre. De ahí que se “aconsejara” su uso en niños y no en niñas en EEUU. Según la historiadora Jo Paoletti, durante esa época en Europa la ropa de bebé no siempre tenía distinción de género, y cuando se hacía no siempre era azul-niña y rosa-niño como se aconsejó en EEUU. En Alemania, por ejemplo se empleaba el rosa para los niños y en los orfanatos franceses, se empleaba para las niñas.
El gran cambio de paradigma
Tras la Segunda Guerra Mundial, se decidió cambiar al rosa para niñas y azul para niños, tal y como lo conocemos actualmente.Aunque antes de la Segunda Guerra Mundial en Alemania los niños vistieran de rosa, los nazis identificaron durante la guerra a los homosexuales prisioneros del régimen con una insignia en forma de triángulo de color rosa con el vértice hacia abajo, a pesar de ser considerado un color masculino.
La sociedad aceptó un cambio que vino de manos de los retails y que se produjo no solo en la ropa sino por ejemplo en los juguetes (cajas rosas para ellas y azules para ellos) y que se ha mantenido casi hasta la fecha.
Solo durante la década de los 60, cuando un colectivo de madres feministas decidieron vestir a sus hijas igual que a los chicos, la ropa de bebés se mantuvo en tonos neutrales hasta los años 80, cuando las prendas sin género desaparecieron para dejar paso a la idea de niños de azul y niñas de rosa según Paoletti.
Pink: The History of a Punk, Pretty, Powerful Color
Actualmente el museo FIT de Nueva York (Fashion Institute of Technology) cuenta con una exposición, Pink: The History of a Punk, Pretty, Powerful Color, organizada por la directora del museo, la Dra. Valerie Steele, que cuenta con aproximadamente 80 conjuntos del siglo XVIII hasta el presente.
Esta muestra, que estará disponible hasta el 5 de enero de 2019, contiene ejemplos de diseñadores y marcas como Elsa Schiaparelli, Christian Dior, Yves Saint Laurent, Alessandro Michele de Gucci, Jeremy Scott de Moschino y Rei Kawakubo de Comme des Garçons. Un ejemplo precioso de cómo el rosa ha estado presente en el mundo de la moda desde el siglo XVIII.
Un color con polémica
Hemos crecido creyendo en el sesgo que aún hoy marca algunas de las decisiones de marketing de compañías de ropa infantil o de juguetes: las Barbies van en caja rosa y los superhéroes en cajas azules, como ya apuntó esta niña en un vídeo que se hizo viral hace unos años.
La fotógrafa JeongMee Yong ya creó en 2005 su proyecto The Pink & Blue Project donde muestra una serie de fotografías en las que niños y niñas muestran sus juguetes y su ropa y donde podemos ver la clarísima diferencia de género que existe en cuanto al color se refiere.
“Este proyecto explora las tendencias en las preferencias culturales y las diferencias en los gustos de los niños (y sus padres) de diversas culturas, grupos étnicos, así como la socialización y la identidad de género. El trabajo también plantea otros problemas, como la relación entre el género y el consumismo, la urbanización, la globalización del consumismo y el nuevo capitalismo”, explica JeongMee en su página web.
El rosa, más de moda que nunca
El color rosa está empezando a emanciparse de la exclusividad de ser un color de chicas y está comenzando a asociarse con un papel activista (las marchas contra Trump en EEUU o el movimiento Gulabi Gang contra el machismo en la India) o con un papel solidario como los lazos rosas contra el cáncer de mama.
Hoy en día el rosa está presente en películas, como la de Eduardo Casanova, Pieles, que cuenta con este color durante la fotografía de toda la película; en la tecnología, Iphone lanzó en 2015 su primer Iphone Rose Gold y marcas como Samsung o LG lo han incluido, además de en su telefonía, en sus smartwatch o en sus auriculares; en el diseño, Pantone eligió el Rosa Quarz como color del año en 2016 junto al celeste Serenity; y sobretodo sigue presente en la moda, donde el rosa millennial es un must para todas las marcas.
La colección de Moschino de la primavera de 2015 inspirada en Barbie o Puma y su campaña Fenty by Rihanna de 2017 son algunos ejemplos de cómo el rosa es un color más in que nunca.
Fotos| Unsplash, The Museum at FIT, Puma, JeongMee Yong, Useum
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