Amigas con solera es la nueva comedia de Netflix. Una película que prometía mucho al tratarse del debut como directora de la divertidísima Amy Poehler y que, sin embargo, se ha quedado en otro largo más para ver y olvidar de la plataforma de streaming.
Con la premisa de ver a un grupo de amigas de toda la vida yéndose de fin de semana entre viñedos para celebrar el 50 cumpleaños de una de ellas, se reúne un elenco de actrices cómicas inigualable.
Entre ellas, incluida la propia Poehler acompañada de Tina Fey, Maya Rudolph o Jason Schwartzman como, prácticamente, único hombre de la película.
Algo que la salva y que se convierte en su principal aliciente, haciéndola al menos apta para disfrutar a la hora de la siesta un domingo, salvarnos del aburrimiento durante un largo viaje o hacer que se nos pase más rápida la sesión en el gimnasio dándole a la elíptica. Y es que, ¿es humanamente posible no reírse con Tina Fey?
El guión tiene algunos golpes de humor que hacen que se te escape alguna carcajada en voz alta. Aunque, sobre todo, la historia está pensada para conectar con mujeres que atraviesen o hayan atravesado una crisis de mediana edad. Un tema que en el cine se ha tratado en múltiples ocasiones desde las perspectiva masculina pero casi nunca desde la femenina.
Así, mientras las filmografía sobre el tema nos ha hablado de hombres a los que les dan arrebatos de inmadurez, abandonan a su familia o se compran un coche deportivo de precio astronómico, Amigas con solera nos muestra la otra cara de la moneda.
Se trata de mujeres que buscan reconectar y afianzar lazos con las amigas a las que tuvieron que dejar de lado más de lo que les hubiera gustado cuando las responsabilidades laborales y familiares de la edad adulta llamaron a la puerta.
Con litros de vino de por medio, sin atreverse a probrar el MDMA pero acabando compartiendo todas al mismo hombre, la amistad es sin duda lo que salva la vida en este película. Ni el sexo, ni los placeres hedonistas ni todo el dinero del mundo. Ni siquiera la familia... Las amigas de toda la vida.
Cada una de ellas con sus idiosincrasias particulares a las que, muchas veces, hay que echarles paciencia aunque no siempre se consiga. Sin embargo, lo que distingue a las amigas de verdad de las meras conocidas es precisamente eso. Que no buscan evitar el conflicto porque, en muchas ocasiones, es necesario para evolucionar y pasar a la siguiente etapa.
Al fin y al cabo, ¿quién podría entenderte mejor que alguien que se encuentra en una situación muy similar a la tuya y que, además, ha conocido a las diferentes versiones de ti misma que has sido a lo largo del tiempo?
Si algo se saca en claro de Amigas con solera es que la mejor mano a la que agarrarse para encontrar el camino a la hora de salir de una crisis es la de esas amigas que, después de haber visto lo mejor y lo peor de ti, han seguido ahí.
Porque puede que los amores vengan y vayan, los hijos vuelen y hagan su vida sin acordarse de llamar pero, como ya cantaban las Spice Girls: la amistad no acaba nunca y esta película da buena fe de ello.
Fotos | Netflix
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