Cold War: ya he visto la mejor película de amor del año

Qué bonito es cuando terminas una película y tienes la sensación de que te has enamorado para siempre. Este retrato polaco en blanco y negro, es mucho más que una película, es una joya oculta que brilla como una luz en la primera hora del día, brillante y bella. Es amor con mayúsculas en forma de cine, y se ha convertido en un nuevo clásico del género romántico. Cold War, ha conquistado los corazones de los críticos de cine más duros, conmoviendo con su sutileza y su buen hacer.

No vamos a negar que nos hemos colado por Lady Gaga Y Bradley Cooper en Ha nacido una estrella, pero lo que ha hecho el polaco Pawel Pawlikowski (ganador de un Oscar por Ida) con Cold War, supera cualquier barrera imaginable en cuanto al concepto de amor se refiere. Su trailer, embriagador y dulce, consigue ponerte la piel de gallina sin mencionar una sola palabra. La música y una voz evocadoramente trágica es lo único que necesitas para sentir dentro la oleada que está por venir.

Categorizarla de película, después de haber podido disfrutarla en los cines, es casi un sacrilegio tal como ponerte la máscara de Hannibal Lecter para ir a una alfombra roja (a lo Poppy en los AMA´s 2018), o combinar el azul marino con negro, así que hablaremos de una obra, porque es más arte que una película.

Un clásico, la historia de amor trágico como hilo argumental

La historia de un amor tan apasionado como trágico es el hilo argumental que persigue toda la película, y que consigue con cada uno de los fotogramas. Esa sensación constante de melancolía por el intento de amarse de dos personas que se conocieron por accidente y a las que la vida se lo pone más que difícil durante toda la película.

Él, Wiktor (Tomasz Kot), es un pianista contratado por el gobierno que, a través del folklore local, intentará llevar algo de alegría a los camaradas polacos. Ella, Zula (Joana Kulig), es la voz que oiste en el trailer que te puso la piel de gallina. Y se enamoran como dos locos. La tragedia griega es que, como en la vida, no siempre por mucho que quieras acabas en brazos de tu ser amado.

Ambos tendrán otras parejas, más amantes, pero siempre les perseguirá la certeza de que si no están juntos, la vida no merece la pena. Un amor que sabes desde el primer cruce de miradas que es destino, como el de Ross y Rachel en Friends. Con sus idas y venidas, con sus errores, con sus problemas pero con la certeza de que uno es del otro pase lo que pase.

Una banda sonora brillante

El director polaco da rienda suelta a este amor desenfrenado entre acordes y melodías, porque la música será juez y parte vital de la obra. Desde el folklore hasta el jazz, pasando por el rock and roll que comenzaba en aquella época y que convivía con la perenne música clásica.

Una banda sonora que te sumerge en silencios profundos, que te envuelve como una madre cuando tienes frío. Y lo tendrás, porque Cold War es tan apasionada como fría a veces, en un juego de contrastes que acompasa la música.

Un ambiente tan trágico como la misma historia

La Polonia de los años 50 es el escenario principal escogido por Pawel Pawlikowski. Un país marcado por las heridas sufridas en la II Guerra Mundial, en un tiempo de postguerra que era represor con el arte y mucho más, con sus artistas. Pero no es el único que se visita durante los 88 minutos que dura la película, también viajarás por París, Berlín y Yugoslavia.

La maravillosa fotografía en blanco y negro

Al igual que parece pasarnos con el trailer de Arde Madrid, la fotografía en blanco y negro nos transporta a un estado de nostalgia continua y es imprescindible para sumergirte en ese estado catatónico en el que parece dejarte la película. Cold War debe ser en blanco y negro para mostrar así toda la crueldad y la maravilla de su historia.

Pasión. Vida. Amor. Intimidad. Arte. Todo esto lo sientes en un final tan romántico como dramático, que hará que la historia de Romeo y Julieta te parezca algo de niños. En apenas una semana los expertos hablan ya de un icono del cine romántico, y parece sacada del Hollywood clásico. Todo un himno al amor que entra de pleno en la lista de mis favoritas para ver durante una tarde de lluvia en otoño.

Fotos| Cold War