La dedicatoria de un libro puede parecer una cuestión baladí, algo privado entre el escritor y el destinatario de ese pequeño honor de ver un libro dedicado a su persona. Pero lo cierto es que, si seguimos un orden lineal al leer, la dedicatoria será lo primero que conozcamos del autor. Y algunos consiguen enamorar desde esa primera página. Enamorar, emocionar, hacer reír o hacernos caer rendidos ante la originalidad y la creatividad de quien nos promete muchas páginas de disfrute. Hemos recopilado las más originales, emotivas y legendarias de la historia, esas que nunca nos cansamos de recordar:
Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte
Antoine de Saint-Exupéry, El Principito
«A León Werth
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños.
Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan).
Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:
A León Werth, cuando era niño».
Cuca Canals, Llora, Alegría
Jorge Wagensberg, Ideas sobre la complejidad del mundo
«Dedicado a lo constantemente nuevo, a la duda metódica, a la timidez desafiante, al siempre es ahora mal que le pese al después, a la complejidad, en fin, dedicado a Alicia».
George R. R. Martin, Canción de hielo y Fuego: Tormenta de espadas
No se quien será Phyllis pero hizo un gran trabajo! 👏👏👏 #got #GameOfThrones #JuegoDeTronos #tormentaDeEspadas #AStormOfSwords #GeorgeRRMartin pic.twitter.com/Ou3GGo7T0E
— NicoQ (@NicoQ_Oficial) 6 de febrero de 2018
Robin Hobb, Las naves de la magia
«A la cafeína y el azúcar, mis compañeras en muchas largas noches de escritura».
Javier García Sánchez, Ella, Drácula
«A Susana, que supo rebatirme, una tras otra, las cinco razones de peso que le expuse para no escribir jamás la novela».
Fernando Aramburu, Vida de un piojo llamado Matías
«Dedico esta historia a las personas queridas en que vivo».
Shannon Hale, Austenland
«A Colin Firth. Eres un gran tipo, pero estoy casada, así que creo que debemos ser sólo amigos».
Manuel Maristany, La enfermera de Brunete
«A un viejo amor que murió sin darme tiempo a pedirle perdón».
Neil Gaiman, Los hijos de Anansi
«Ya sabes lo que pasa. Coges un libro, lo abres por la dedicatoria y descubres que, una vez más, el autor ha dedicado su libro a otro que no eres tú.
Esta vez no.
Porque todavía no nos conocemos / nos conocemos de vista / estamos locos el uno por el otro / no nos vemos desde hace tiempo / estamos de algún modo emparentados / nunca llegaremos a conocernos, pero a pesar de ello, espero, pensaremos siempre con cariño el uno en el otro...
Este es para ti.
Con lo que tú ya sabes y por lo que probablemente ya sabes».
Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?
Albert Paul Malvino, Principios de electrónica
«A Joanna, mi brillante y hermosa esposa, sin quien yo nada sería. Ella me conforta y consuela siempre, nunca se queja ni interfiere en nada, no pide nada y lo da todo, y, además, escribe mis dedicatorias».
Benjamin Alire Saenz, Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo
Joseph J. Rotman, An Introduction To Algebraic Topology
«A mi esposa Marganit y a mis hijos, Ella Rose y Daniel Adams, sin los cuales habría podido acabar este libro dos años antes».
Tobias Wolff, Vida de este chico
«Mi primer padrastro solía decir que con lo que no sé se podría llenar un libro. Aquí está».
Tad Williams, Otherland (libros 1-5)
«Este libro está dedicado a mi padre, Joseph Hill Evans, con amor. En realidad, papá no lee ficción, así que si nadie le cuenta esto, nunca lo sabrá».
«Este libro está dedicado a mi padre, Joseph Hill Evans, con amor. Como ya he comentado, papá no lee ficción. Aún no se ha dado cuenta de que esto va dedicado a él. Este es el volumen dos... veamos cuántos hacen falta antes de que lo pille».
«Esto todavía va dedicado a ya-sabéis-quién, incluso aunque no lo sepa. Quizá podamos mantenerlo en secreto hasta el último libro».
«Mi padre sigue sin abrir ninguno de los libros, así que... no, todavía no se ha dado cuenta. Creo que voy a tener que decírselo. Quizá debería comunicárselo con suavidad».
«Todos los presentes a quienes no se les haya dedicado un libro, que den tres pasos adelante. Ups, papá, quédate ahí un segundo».
Cornelia Funke, Corazón de tinta
«Para Anna, que abandonó El Señor de los Anillos para leer este libro. (¿Qué más se puede pedir a una hija?). Y para Elinor, que me prestó su nombre, a pesar de que no lo necesitaba, para una reina elfa».
Gillian Flynn, Lugares oscuros
«¿Qué puedo decir sobre un hombre que sabe cómo pienso y todavía duerme a mi lado cada día con las luces apagadas?»
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