La Semana de la Moda de París llega a su final y con ella, termina el calendario de desfiles de temporada. Durante su cuarto día los ojos se posan sobre las maisons de Loewe, Balmain y Celine. Siendo este último uno de los más esperados de la temporada primavera-verano 2019 al ser el debut del diseñadore Hedi Slimane en la firma. Este es nuestro resumen de la jornada.
Loewe
La colección de Jonathan Anderson para Loewe se inspira en una galería de arte de Londres en los años 60. La colección, que era una oda a la artesanía en sí misma, llegó cargada de color y combinaciones de materiales. Prendas holgadas de acento bohemio entre las que destacan los desflecados, los tejidos arrugados y los estampados lavados. Cobra importancia el uso de materiales naturales en gabardinas xxl, pantalones cargo y vestidos sueltos. Aparecen también las plumas combinadas con algodones suaves y muselinas. Como es habitual en la firma, la apuesta por los bolsos fue evidente. Cestas de rafia, bolsos cubo, bolsos de dos asas y best-sellers versionados como el icónico modelo puzzle.
¿Un look recurrente? El formado por superposiciones llenas de personalidad compuestas por vestidos y jerséiso chaquetas masculinas.
Balmain
Olivier Rousteing fue otro de los protagonistas del día. Su propuesta para la próxima temporada estival se centró en los años 80 (con un aire futurista) y se llenó de experimentación con volúmenes. La gama cromática para el diseñador al frende de Balmain desde 2011 se reduce esta vez al blanco y negro. Aunque es cierto que se incluyen detalles metalizados y toques denim. Destacan los drapeados y los detalles de lentejuelas combinados con semitransparencias pero sobre todo, los tops de cuero.
¿La estrella indiscutible? Cara Delevigne. La modelo y actriz vuelve a desfilar para Balmain y nos deja con la boca abierta abriendo el desfile mientras cantaba una canción de Prince. Aunque Georgina Rodríguez le robó por momentos la atención debido a su parecido físico y estilístico con las Kardashian.
Celine
Dejando de lado el estilo de Phoebe Philo, Slimane presenta una primera colección con aires de rock and roll y mucho negro. Aparecen, de esta manera, las bikers de cuero y las botas moteras. Las prendas, en clave XS llenas de aire ochentero y brillos (las lentejuelas son las encargadas de traer el toque de color sobre la sombría pasarela). Ya se nos anticipó que el nuevo Celine no tenía nada que ver con el anterior. Atrás queda el toque deportivo y la preferencia por lo oversize de Philo. Slimane apuesta por el minimalismo e incluye el smoking como básico de armario y las rayas como estampado. Un desfile que fue el tema de conversación al dar la sensación de que Slimane es incapaz de hacer algo diferente. Echamos de menos algo propio de la marca y esa búsqueda en los registros que prometió el diseñador.
¿La guinda del pastel? Los sombreros con tocado de red daban el toque final. Puro glamour.
Fotos | Imaxtree