Así es cómo funciona un cohousing senior y cuánto suele costar este modelo de vivienda
En España hay unos 10 millones de personas mayores 65 años, lo que se traduce en el 20% de la población, según datos del INE. En los próximos años además, esta cifra experimentará un crecimiento exponencial, ya que se prevé que en 2025 el 30% de la población supere esa edad según Statista. Por tanto, la sociedad, las empresas, las políticas... deben prepararse para este hecho que parece que va a ser una realidad y, de nuevo, dar ese valor que requiere la población senior. Una de las consecuencias de estos datos es el cohousing, una modalidad de vivienda pensada sobre todo para los adultos mayores.
¿Qué es el cohousing?
El cohousing está ganando cada vez más importancia entre este sector de la población. “Tras la jubilación muchas personas se encuentran en viviendas no adaptadas o prefieren trasladarse a otras latitudes de clima más benigno. En España un 75% de los edificios residenciales no son accesibles. Hasta un 40% de los edificios de cuatro o más plantas no disponen de ascensor. Para preparar bien esos años, los mayores pueden optar por vender ellos mismos su vivienda y adquirir otra más adecuada y accesible allí donde deseen, o inclinarse por opciones que comentamos” como es el cohousing, según explican desde OCU.
El cohousing, por tanto, es un modelo de convivencia para el cual los residentes pueden seguir manteniendo su autonomía al mismo tiempo que gestionan sus necesidades en conjunto con un grupo de personas, en este caso, de su misma edad. Lo que se consigue con esta fórmula de viviendas es promover tanto la colaboración como la interacción social, dos conceptos muy importante en la tercera edad para alejar a este sector de algunos problemas que les rodean como son la soledad no deseada, la vulnerabilidad o el edadismo.
¿Dónde nace el cohousing?
Parece que el origen de estas viviendas colaborativas se remontan al llamado modelo Andel, ideado en Dinamarca. Se trata de un conjunto de personas que vivía en un conjunto residencial como una cooperativa. Este modelo sirvió como ejemplo a otros países del norte de Europa que finalmente impulsaron esta fórmula en los años 80 a Estados Unidos y Canadá, lugares donde está mucho más extendido su uso como residencial para mayores.
Según Hispacoop, la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, aunque la inspiración en España proviene del modelo nórdico, hay una diferencia clave y es que en nuestro país, las personas pueden vivir en este modelo residencial hasta el final de sus días, mientras que los nórdicos, cuando requieren cuidados adicionales se trasladan a residencias y abandonan la cooperativa.
El cohousing, una comunidad
Ante todo los expertos en este tipo de modelo de vivienda insisten en que se trata de una comunidad. Una comunidad de personas mayores que desde Hispacoop,en su guíasobre qué es el cohousing, resumencomo una:
- Comunidad autogestionada: los miembros de la comunidad son responsables de la gestión. Las decisiones importantes se deben tomar por el grupo.
- Comunidad participativa: desde la fase de planificación, construcción, y finalmente de convivencia, los miembros participan en el proyecto.
- Comunidad democrática: las normas que rigen el proyecto y la convivencia se basan en la democracia, decidiendo lo más adecuado para las personas.
- Modelo cooperativo: aunque no es indispensable que la fórmula cooperativa esté presente en estos proyectos, se adapta filosóficamente con sus valores y diseñan su espacio para favorecer la convivencia, aumentando el contacto social.
- Preocupados por la sostenibilidad: el respeto al medio ambiente, el aprovechamiento de los recursos y el desarrollo sostenible deben ser ejes del proyecto.
¿Cómo funciona un cohousing?
Pero para entender entonces qué es el cohousing recurrimos a la explicación de Idealista que en su web recoge que “este modelo está basado en compaginar los espacios privados en los inmuebles con amplias zonas comunes y, sobre todo, en potenciar el consumo colaborativo entre los vecinos, quienes son promotores y usuarios finales”.
En definitiva, se trata de un modelo de alojamiento colaborativo estable que si lo enfocamos a personas mayores cumple con los requisitos necesarios para ellos, y en definitiva, como modelo de vivienda adaptado específicamente a los senior.
Cada residente tiene su propio apartamento, pero hay espacios de uso común como son comedores, y toda la oferta que se quiera añadir para la comunidad como: consulta médica, piscina, salas de ocio... además, en estos edificios priman los accesos para facilitar la movilidad a las personas mayores. En definitiva, se trata de cumplir con los intereses del grupo y compartir los servicios, al mismo tiempo que se reducen costes estimulando además la actividad y mejorando la convivencia, entre otros muchos beneficios.
Tipos de cohousing
Para saber cuáles son los modelos de cohousing que existen, en este artículo de La Razón se recoge toda la información al respecto que publica el portal inmobiliario Fotocasa:
- Cesión de uso: esta es la modalidad más habitual, ya que los integrantes pagan una cuota y tienen derecho sobre la vivienda, pero nunca será de su propiedad. Esta vivienda se puede transmitir por herencia y venderla a través de la cooperativa. Además, dentro de esta, existe la aparcería urbana, es decir, donde los territorios que se adquieren son lugares en desuso o con algún deterioro en la estructura, planteándose como solución para ocupar viviendas deshabitadas.
- Régimen de uso: esta modalidad consiste en que cada usuario decide que servicios utilizará, y, por tanto, la cuota variará en función de los que elija. Las instalaciones son gestionadas por terceros y la idea de comunidad está "más difuminada".
- Familia de mayores: un grupo de personas mayores adquiere una vivienda unifamiliar de grandes dimensiones sin que sea necesario unirse en cooperativa ni contar con muchos miembros para organizar este sistema.
- Comunidad de bienes: un grupo de personas adquiere un terreno o infraestructura con la finalidad de vivir en esta comunidad, aunque, al igual que en el caso previo, no serán necesarios tantos miembros como para una cooperativa.
¿Cuánto cuesta acceder a un cohousing?
Para la modalidad más habitual que es la de “cesión de uso”, los residentes deben contribuir económicamente al proyecto primero con un pago inicial y después con una renta mensual para cubrir todos los gastos y servicios que tenga dicha comunidad. Según el artículo destinado al cohousing de Consumer.es, no hay un precio estándar puesto que cada proyecto es independiente pero, en general, los precios oscilan entre los 100.000 y los 250.000 euros de cuantía inicial, y mensualmente, lo que implicaría pagar los servicios comunes y gastos individuales como agua, luz, gas... estarían entre los 350 y los 900 euros.
En la mayoría de las comunidades autónomas la forma de realizar cohousing es la de cooperativa, tal y como informa Hispacoop, de hecho, “el Plan Estatal para el Acceso a la Vivienda 2022-2025 ya reconoce esta modalidad residencial, pero es responsabilidad de las comunidades autónomas dotarlas de presupuesto”, según dicen en el mismo artículo de Consumer.
Asimismo, en este artículo de Idealista podemos ver todos los proyectos que actualmente hay en activo sobre cohousing y la posibilidad de formar parte de ellos. Según dice la plataforma de venta y alquiler de pisos, en España hay proyectos disponibles a partir de los 75.000 euros en comunidades autónomas como Pamplona, Valencia, Madrid, Zaragoza, o Sevilla. Aunque también especifican que en grandes hay proyectos similares que se acercan más a un modelo de coliving, es decir, desarrollos promovidos terceros que tienen inmuebles a la venta.
Si quieres abandonar un cohousing, ¿qué pasa?
Para poder salir de un proyecto de cohousing siempre hay que atenerse a las condiciones y estatutos de la cooperativa que se hayan firmado en el contrato inicial. Lo habitual es que cuando uno de los socios quiere abandonar se devuelva la aportación que hizo al principio, mientras que en los estatutos se determinará cómo se devuelve tal cuantía.
Por otro lado, en el caso de fallecimiento, se llevará a cabo el protocolo que se indique en los estatutos de la cooperativa también, aunque las dos posibilidades serían bien que pasase a ser de sus herederos, o bien, la vivienda pase a ser de la cooperativa.
Fotos | Matthias Zomer Pixabay Kampus Production Pexels
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