Hasta ahora, para prevenir la propagación de la Covid-19, la OMS no recomendaba el uso de mascarillas en personas asintomáticas. No obstante, este organismo y países como España ya están estudiando recomendar el uso de protección a toda la ciudadanía. Esto se debe al contagio que se produce a través de personas que no muestran síntomas de la enfermedad. Sin embargo, la escasez de este producto es uno de los principales motivos por los que la medida está tardando tanto en aplicarse. Esta situación ha llevado a que muchas personas fabriquen mascarillas caseras en casa pero la información de cómo y con qué ha de hacerse es variada y contradictoria.
Tanto la OMS como el Ministerio de Sanidad determinan que, para estar debidamente protegidos, deben llevar mascarillas de filtro aquellas personas que cuidan a enfermos y de tipo quirúrgico las personas con síntomas. Estas últimas serían también las que tendríamos que ponernos las personas aparentemente sanas para evitar propagar la enfermedad si estuviéramos contagiados y no lo supiéramos.
Qué es una mascarilla quirúrgica y para qué sirve exactamente
Se denomina mascarilla quirúrgica al tipo de máscara simple utilizada por cirujanos y personal sanitario para contener las partículas de saliva de una persona en las que pueden viajar bacterias y virus. Por lo tanto, no están pensadas para protegerse a uno mismo sino para evitar contagiar.
Un médico consultado por Trendencias ya nos explicó cómo "aunque este tipo de mascarillas no impiden por sí solas el contagio del coronavirus, sí ayudan a evitar la transmisión de las gotas de saliva de la persona portadora".
Y es que, no hay que olvidar que, según los expertos, llevar mascarilla puede proporcionar una falsa sensación de seguridad, ya que si el virus llega a nuestras manos y nos tocamos la cara, nos podemos contagiar igualmente. Por lo tanto, además de practicar el distanciamiento social, hay que lavarse las manos a menudo. El Doctor Pérez Almeida ha explicado que debemos hacerlo, al menos, durante veinte segundos cada vez y que el número de veces al día no debería bajar de diez.
¿Es posible hacer una mascarilla casera que sea segura?
La ventaja que presentan las mascarillas quirúrgicas con respecto a otros modelos menos básicos es que son fáciles de fabricar en casa. Ya contamos cómo, ante el desabastecimiento en centros sanitarios de mascarillas de filtro y la denuncia de los sanitarios de tener que reutilizar las quirúrgicas, redes de costureras se habían organizado en toda España para confeccionar en casa mascarillas de este tipo como medida desesperada.
En la red, se han publicado en las últimas semanas muchos tutoriales sobre cómo fabricarlas nosotros mismos, desde añadirles una especie de bolsillo para meter un pañuelo de papel que haga las veces de filtro, hasta hacerlas solamente con un trozo de papel de horno y un par de gomas del pelo. El caos informativo al respecto es mayúsculo porque no existe una forma homologada oficial de confeccionar mascarillas caseras.
Esther Samper, Dra. en Medicina Regenerativa con un máster en Biotecnología Biomédica, ha denunciado públicamente la situación: "Estas mascarillas, confeccionadas a partir de diferentes materiales como tela o papel, no están homologadas, ni han pasado ningún control, por lo que no hay ninguna garantía de su eficacia".
Además, ha explicado a Trendencias que, uno de los principales escollos, es que la crisis nos ha pillado "con muy pocos estudios científicos que hayan valorado el tema de las mascarillas caseras y lo han hecho, además, con un número limitado de materiales".
Desde que publicara su reportaje en El Diario, le han preguntado por la efectividad de todo tipo de materiales: "filtros de café, bragas para el cuello, medias... Y no puedo dar una respuesta porque para ello hay que conocer detalles como la porosidad, el grosor, la impermeabilidad...".
Lo que dicen los estudios
El estudio que mejor información aporta lo realizaron investigadores de la Universidad de Cambridge en 2013, querían saber la eficacia de las mascarillas caseras a la hora de proteger a la población de una pandemia de gripe. Para ello analizaron modelos fabricados con diferentes materiales y compararon su eficacia con la de las mascarillas quirúrgicas.
Los autores concluyeron que, aunque las mascarillas caseras redujeron significativamente el número de microorganismos liberados por los voluntarios, estas tenían tres veces menos eficacia que las quirúrgicas. Determinando así que las más eficaces eran aquellas en las que se usaron para su confección bolsas para aspiradora (86%), trapos de cocina (73%) y mezcla de algodón (70%).
Por el lado contrario, los materiales menos eficaces resultaron contra los virus resultaron ser bufandas (49%), camisetas 100% algodón (51%) y la seda (54%). Este es el gráfico completo de mayor a menor eficacia:
Con respecto al algodón, que aparece a la cola de este estudio, la OMS ha publicado un informe en las últimas horas sobre equipos de protección individual en el que desaconseja el uso de mascarillas de este material al personal sanitario. Para ello citan un estudio que ha evaluado su uso en entornos hospitalarios y que ha determinado que los profesionales que la usan tienen más riesgo de infectarse en comparación con aquellos que llevan una quirúrgica.
Referente a su uso de mascarillas caseras para el resto de la población, también han especificado que, al tratarse de algo que no se ha evaluado adecuadamente, no existen evidencias para recomendar o desaconsejar su uso, ya sean de algodón o de otro material.
Lo que se está haciendo
Como la Directiva europea y la norma técnica no establecen obligaciones concretas sobre el tipo de tejidos a usar, se pueden encontrar en el mercado mascarillas quirúrgicas de distintos materiales. Aunque, el que actualmente da mejores resultado se fabrica mediante un proceso de extrusión de polímero fundido que crea un entramado de micro y nanofibras muy tupido que actúa de filtro. Lo que da como resultado un tejido no tejido (TNT) de 50-60 g/m2 o espesor de 0,3 -0,5 mm.
El problema es que, aunque el TNT da forma a infinidad de productos de uso diario como bolsas, gamuzas, papel pintado, toallas o batas, ese tipo de material tan especifico no suele estar disponible en casa.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo publicó hace unos días una guía (ahora inaccesible) para fabricarlas en casa. En ella también establecía el uso de TNT con "dos cintas de algodón elástico o de otro material para su sujeción". Además, explicaba que el conjunto se podía "coser o termosellar".
En Zaragoza, por otro lado, las costureras que cosen mascarillas para el Hospital Clínico siguen estrictamente las directrices de confección marcadas desde este centro sanitario y que es el mismas método que nosotros hemos compartido también para hacerlas en casa.
A pesar de que la OMS se ha mostrado contraria a usar este material en hospitales, ellas utilizan, tal y como les han marcado, algodón 100% de 165 gr/metro cuadrado y 24 hilos/cm, muchas veces procedente de sábanas del hospital que les facilitan desde el Clínico. Este material, además de "ser lo suficientemente tupido", permite reutilizarse lavándose a 60 grados después de cada uso.
Fotos |Instagram demlalanda, sonia_infa y ayramile.
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