El recién estrenado documental sobre Robin Williams nos descubre al actor como nunca antes le habíamos visto

Cuando hace cuatro años conocimos la noticia de la muerte del cómico y actor Robin Williams, a todos nos surgió una pregunta: ¿por qué? Tratar de averiguar cómo funciona la mente de un genio es tarea imposible, pero HBO dispone de una pequeña ventana a su cabeza en forma de documental. Un precioso homenaje a toda una vida donde descubrirás que no existe un único Williams.

Robin Williams: Come Inside My mind

Rodeado de compañeros de escenario como David Letterman, Billy Crystal, Steve Martin o Pam Dawber (su coprotagonista en Mork & Mindy), el documental recoge reflexiones tanto del mismo Robin como de los que vivieron con él toda su carrera, como la que hace Lewis Black en el tercio final de la película describiéndole como “una luz que nunca supo desconectarse”.

Después de verlo y de pasear entre anécdotas, imágenes y grabaciones inéditas de toda su vida, sentimos que nos hemos adentrado en la mente de un hombre de contrastes. Un hombre que nos conmovió con El indomable Will Hunting es también quién nos hizo reír con la Sra. Doubtfire. Esta capacidad de hacernos sentir extremos opuestos fue una de las razones que llevó a Marina Zenovich (ganadora de un Emmy por el documental de 2009 Roman Polanski: Wanted and Desired) a dirigir este documental.

“Necesitaba ese extra que solo puedes recibir de desconocidos. Esa risa es una droga. Esa aceptación. Esa emoción es realmente difícil de reemplazar.” Billy Crystal.

La cara B

Todos, sin excepción, tenemos una cara B. Un lado oscuro como en Star Wars. Una cara oculta que no todo el mundo conoce. La de Robin Williams era oscura y profunda, cargada de adicciones y miedos, y desbocada y sin control, sobretodo en la última etapa de su vida. Pero del mismo modo, todos tenemos una cara A. La de los "Grandes Éxitos". La de la luz. Y en el caso del cómico estadounidense esa luz era tan brillante que cegaba.

Cuando estaba en el escenario era electrizante y fuera de él, callado. Por eso hay momentos durante la película en que tienes la sensación de que con el humor trataba de ocultar algo, quizá esa cara B. No fue así con sus adicciones, por ejemplo. A ellas las introdujo en sus monólogos de una forma natural incluyéndolas en sus chistes aún sin haberlas superado.

Es imposible no ver las dos horas de película entre carcajadas y con una sonrisa en los labios. Aunque también es imposible no verla con los ojos vidriosos, porque sabes el triste final de esta vida de contrastes. Un 11 de agosto de 2014 se quitaba la vida. Al final resultó que Lewis Black no tenía razón y Williams sí supo cómo apagar su luz.

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