Cuando hace calor, nada mejor que un vaporoso vestido de verano. O eso dice el sentido común. Pero todas las que hemos hecho intentos de aplicarlo, hemos fallado. ¿Sabes por qué?
Porque los probadores de las tiendas no reproducen fielmente las condiciones en las que llevaremos estos vestidos. Por eso, cuando nos los probamos, sólo pensamos en lo fresco y ligero que es, pero no en los peligros que eso entraña. Me refiero al viento.
En los estudios donde se hacen las fotos para las tiendas online o los editoriales de revistas sí que cuentan con él. De hecho en ocasiones lo simulan para enseñarnos lo bonita que queda esa falda amplia cuando sopla la brisa del mar. Pero en esta ocasión el viento es muy considerado y las faldas amplias de los vestidos de verano nunca ondean más allá de lo que nos gustaría.
Todas sabemos que la vida real no es un probador y menos un estudio de fotografía. En la vida real esa falda amplia de tu vestido vaporoso te dará una clase práctica de la Ley de Murphy: si te pones un vestido ligero, habrá viento y te pasarás todo el día agarrándolo para no sufrir una "wardrobe malfunction", como la llaman elegantemente los ingleses.
¿Significa esto que deberíamos renunciar a estos vestidos? No. Símplemente debemos tomar prestado un truco de estilo de la Reina Isabel II: para presentar siempre una imagen impecable, sus trajes llevan pequeños pesos en los bajos, para que el viento no pueda levantarlos.
Así que no desesperes: busca unos botones y coselos en la parte interior del bajo de tu vestido. Al tener algo más de peso, el viento no lo podrá levantar con tanta facilidad. (Gracias, Majestad)
Fotos: Free People, Zara, GTres
En Trendencias | 5 Lecciones de estilo de Isabel II. (Feliz cumpleaños, Majestad)
[
](https://www.instagram.com/accounts/login/?next=https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Ftrendencias%2F)
Ver 3 comentarios