Cometer errores nos hace sentir incómodos. Generalmente nos avergüenza, nos frustra y nuestro diálogo interno se vuelve crítico. Incluso aquellos que lo sufren menos saben que no es una sensación cómoda ni agradable; pero quizá todo eso pase a un segundo plano cuando entendamos de verdad que los errores no son más que oportunidades infinitas para aprender.
El mundo laboral es el escenario perfecto para ponernos a prueba. "No pasa nada por cometer errores, siempre y cuando sepamos aprender de ellos. Equivocarse es un arma poderosa para evitar que se vuelva a repetir un escenario parecido, adquirir aprendizaje y conocernos mejor a nosotros mismos".
Así lo afirma Clara Delgado, psicóloga y psicoterapeuta madrileña, con quien hemos hablado para conocer cuáles son los errores que más cometemos en el trabajo y cómo solucionarlos mientras nos sentimos mejor y damos con las claves para cambiar de rumbo:
1. No poner límites (miedo a decir 'no')
Delgado expone que el miedo a decir 'no' en el trabajo es el error más común de todos y el que más cuesta: "Mejorar no consiste en decir 'sí' siempre: marcar límites con un argumento sólido no hará que desatiendas tus obligaciones laborales. Para ello, la comunicación es crucial. Decir lo que sentimos con educación y respeto será fundamental a la hora de exponer nuestro punto de vista y hacernos respetar".
2. No escuchar ni comunicarse
La experta recuerda que en el día a día de una empresa la comunicación es el motor. Si nuestro fallo es la falta de comunicación, bien por despiste, por timidez o por miedo a molestar, la experta pone el foco en fomentar esa comunicación pensando en el bienestar interno: "Cuando hay falta de comunicación tendemos a estar inquietos y frustrados. Cultívala día a día".
"Escuchar y comunicarse es crucial para desempeñar un buen trabajo. Además, siempre podemos encontrar otras opiniones o soluciones objetivas en el desarrollo de un proyecto que aporten o incluso nos hagan cambiar de opinión. Poner en común ideas es la clave del éxito".
3. Creer que somos imprescindibles
"No importa la experiencia que tengamos porque siempre existirá un margen de error que no podremos controlar. La perfección no existe y nadie es imprescindible. Mejor opta por ser valioso", advierte Delgado.
"Ejercita la humildad y recuerda que, aunque seas muy bueno en algo, no eres imprescindible en la mayoría de las gestiones del trabajo diario", añade. Además, sentirse imprescindible es una falsa creencia que puede desencadenar otros errores como pensar que el trabajo es para siempre o dejar de aprender y marcarse retos".
4. Ser pesimista u optimista en exceso
Cada uno tenemos nuestra personalidad y hay gente que tiende a ser más optimista que otra... pero cuando llega a rozar los extremos se convierte en algo agotador. Cambia el chip y deja de vivir en el mundo de yupi, ser muy positivo no ayuda a que todo vaya bien. Por el contrario, en la queja constante, echando la culpa a los demás de tus problemas. La solución pasa por tomar las riendas, ser responsables y suficientemente adultos para enfrentar lo que se nos ponga por delante".
5. Pedir perdón y dar las gracias constantemente
"Pedimos perdón demasiadas veces en el trabajo, al igual que otros dan las gracias constantemente... y no siempre es necesario. Usarlo en extremo es contraproducente. Puede manifestar inseguridad, introversión o una necesidad de complacer constantemente y sin límites. Como si se tratase de una necesidad de llevarse bien con todo el mundo y no generar conflictos".
"Es de bien nacido ser agradecido. Correcto. Pedir perdón o dar las gracias cuando corresponde es estupendo, pero ojo con excederte porque podría dañar tu credibilidad".
6. Competitividad insana (o todo lo contrario por miedo al rechazo)
"La competitividad a costa de apropiarse del mérito del otro es igual de peligroso que cubrir al otro y no validar tu talento por miedo al rechazo. La competitividad extrema juega al despiste y al ocultismo, no prioriza en la empresa porque su objetivo es brillar a costa de poner trabas al de al lado, incluso llegando a ocultar información", explica la psicóloga.
La experta pone el foco en la gente que tiene miedo a destacar por miedo a que sus compañeros le rechacen: "Es trabajo. Mientras no pises al de al lado, reconoce tus méritos y valídate".
7. Falta de eficacia (o desmotivación)
"Los trabajadores de una empresa no sólo son valiosos por sus conocimientos, también lo son por su actitud. Si estamos desmotivados, una clave es recordar por qué hacemos las cosas y encontrarle un sentido que nos sume a nosotros, no sólo a nuestra empresa. Que aprendamos, aportemos, sumemos... Recomiendo leer 'El hombre en busca de sentido' de Viktor Frankl, donde se potencia todo lo que estamos hablando".
8. No confiar en el equipo
"Una persona individualista que no confía en su equipo y prefiere ir por libre está generando un problema aunque no lo crea. Si hay algo que te molesta de tu equipo, coméntalo y expón tu opinión con profesionalidad. Y recuerda: equivocarse es una de las maneras más poderosas de retener un aprendizaje", concluye la psicóloga y psicoterapeuta Clara Delgado.
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Fotos | Anatomía de Grey
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