El Día de Acción de Gracias se acerca y, aunque en España no celebramos la conocida festividad estadounidense, todos hemos escuchado hablar de esta fiesta que se celebra todos los años el cuarto jueves de noviembre. Aunque Acción de Gracias se inició como una manera de agradecer la cosecha de ese año, esta fiesta ha ido evolucionando hasta ser lo que es ahora.
Actualmente las familias y amigos se reúnen en torno a una mesa llena de comida - seguro que todas hemos visto la tradicional mesa con el pavo asado como colofón- para contar las cosas por las que están agradecidos ese año.
Aunque en nuestro país no celebremos esta fiesta, sí hay algo interesante que podemos trasladar a nuestras vidas tantas veces al año como queramos y es el hecho de dar las gracias y estar agradecidos por las cosas y las personas que tenemos.
Por qué dar las gracias para cuidar de nosotras mismas
Desde pequeños nos enseñan que "de bien nacidos es ser agradecidos" y se nos educa en la importancia de dar las gracias como señal de educación y respeto a la otra persona. Sin embargo, dar las gracias y sentirnos agradecidos no solo nos ayudará a ser agradecidos y mejorará nuestras relaciones con los demás, sino que es beneficioso para nosotras.
Las personas agradecidas son más felices
Dar las gracias a otras personas y ser agradecidos puede, desde luego, hacer felices a las personas con las que interactuamos. Y es que, a todos nos gusta que nos valoren las cosas que hacemos y nos aprecien pero, curiosamente, no solo haremos felices a los demás.
Y es que, el hecho de ser agradecidos, hace que nosotros mismos seamos más felices. Tal y como indican desde la Universidad de Harvard, el hecho de dar las gracias puede aumentar la liberación de dopamina - una de las hormonas conocidas como "hormonas de la felicidad".
Reducción de la sensación de dolor y estrés
Seguramente, cuando damos las gracias o apreciamos las cosas que tenemos en nuestra vida, no nos imaginamos el impacto que esto tiene en nuestro cuerpo. Pero la realidad es que los beneficios pueden ser más profundos y llamativos de los que nos podemos imaginar.
Y es que, la gratitud se ha relacionado en algunas investigaciones con una importante reducción en nuestros niveles de estrés. Además, las personas que mantienen un estilo de vida agradecido - por ejemplo, escribiendo a largo plazo en un diario las cosas por las que están agradecidas - tienen un menor riesgo de sufrir enfermedades como resfriados y, además, manejan mejor el dolor crónico.
Mejora de las relaciones sociales y nuestros niveles de empatía
El hecho de ser agradecidos con los demás hace que las personas que nos rodean se sientan valoradas y apreciadas. No solo eso, sino que resultamos amables y agradables a los demás. Y, aunque ese es un beneficio para aquellos con quienes interactuamos, también lo es para nosotros. Como seres sociales, los humanos necesitamos de relaciones positivas con los demás, y el resultar agradables a otras personas facilita esas relaciones.
Pero, además, parece que la gratitud correlaciona positivamente con la empatía - y viceversa -. Es decir, el hecho de ser agradecidos con los demás, con nosotras mismas y con nuestras vidas, puede ayudarnos a desarrollar y trabajar la empatía.
La ventaja que el agradecimiento tiene es que es sencillo de llevar a cabo y, sin embargo, al principio puede costarnos ponerlo en práctica. Y es que no solo se trata de dar las gracias a los demás, sino de agradecer las cosas positivas que tenemos en nuestras vidas y ser agradecidas con nosotras mismas.
Para ello no hace falta tener un día al año en el que hacer resumen de las cosas por las que estamos agradecidas - aunque no estaría de más - sino que podemos apuntar en un diario las cosas por las que damos gracias al final del día, de la semana o del mes. Dedicar un tiempo a pensarlo, reflexionar sobre ello y verlo por escrito nos ayudará a ver la magnitud de las cosas bonitas que tenemos en nuestras vidas.
Imágenes | Friends, How I Met Your Mother, Giphy