La gente más inteligente suele tener estos 10 comportamientos. Si tú también, tienes una inteligencia superior a la media

¿Existe la posibilidad de ser más inteligentes? Lo cierto es que sí, porque la inteligencia no es un don innato. Es algo que podemos cultivar y desarrollar, y no hablamos solo de la inteligencia emocional, sino de todo tipo de inteligencia. La creatividad, por ejemplo, nos permite pensar de una forma diferente y superar patrones convencionales.

Si hacemos caso a las investigaciones, como la de la Universidad de Cambridge que se recoge en el libro ‘The Cambridge Handbook of Intelligence’ sugieren que la inteligencia puede ser un factor intrínseco de la personalidad. Allí, diversos neurocientíficos subrayan que muchos rasgos de personalidad implican directamente procesos y capacidades cognitivas, lo que significa que para regular conductas y actuar, utilizamos de forma indirecta la inteligencia, aunque cociente intelectual y personalidad se midan de forma diferente. Estos investigadores han demostrado que es posible medir la inteligencia a través de la personalidad y que separarlas “es un error porque nuestras emociones dependen de nuestra capacidad para reflexionar, relacionarnos y satisfacernos” como bien explica la doctora en psicología y fundadora de Psicoadvisor Ana María Sepe.

Según el equipo de la Universidad de Cambridge, existe una correlación entre el coeficiente intelectual y otros rasgos de personalidad, y tras su estudio teórico y práctico, los expertos hallaron algunos comportamientos comunes que se repetían en las personas con una inteligencia superior a la media.

Son desordenados

Un cociente intelectual alto, es decir, una alta inteligencia, se correlaciona con el orden pero desde un punto de vista negativo. La gente más inteligente es a menudo desordenada. Según este estudio de la psicóloga Kathleen Vohs, un escritorio desordenado fomenta la creatividad. Saben dónde está todo, y ese “caos ordenado” te ayuda a tener ideas más inteligentes e innovadoras, dándote las herramientas necesarias para lidiar con tu día a día de una manera más eficaz.

Saben organizarse

Puede parecer que el primer comportamiento y este son excluyentes, pero aunque sean desordenados, las personas con más inteligencia también saben organizarse. El motivo es que ciertos aspectos de la inteligencia están influenciados por la memoria de trabajo o memoria operativa, una habilidad cognitiva que se relaciona según los estudios con determinadas funciones cognitivas complejas como el razonamiento, la planificación o la toma de decisiones. Las personas con un cociente intelectual por encima de la media tienen una memoria operativa más trabajada que les permite ser más organizados en su día a día.

Tienen una mayor estabilidad emocional y autocontrol

Aquellas personas más inteligentes son capaces de regular sus estados emocionales usando solo las herramientas que su cerebro les proporciona. No necesitan validación externa ni tienen miedo a estar solos. No intentan salvar a otros ni necesitan ser salvados porque son capaces de tomar decisiones que vayan en consonancia con sus necesidades. Al regular sus emociones correctamente, sus acciones se orientan al cambio y el aprendizaje.

Esto también se traduce en un mayor autocontrol, una capacidad que unida a una mejor planificación a largo plazo nos permite tener la visión para construir un futuro mejor y saber qué hay que hacer para lograr nuestros objetivos. De nuevo un estudio publicado en Frontiers in Psychology que explora el concepto de autoconocimiento encontró que existía una correlación significativa entre inteligencia emocional y autoeficacia. Es decir, aquellas personas con más inteligencia tienden a tener mayor confianza en sí mismos y autoeficacia.

No son muy sociables y les gusta la soledad

Tener una gran inteligencia emocional no significa que tengamos que ser sociables. Hay muchas personas que son introvertidas y tienen habilidades sociales y gente que a pesar de sus capacidades sociales prefieren estar solas y no acompañadas. Alguien con una gran inteligencia no teme a la soledad y según diversos estudios, las personas con mayor inteligencia prefieren pasar más tiempo a solas. Un matiz, hablamos de la soledad elegida y no de la soledad a la que muchas personas se ven forzadas y que, según la neurociencia tiene un efecto en nuestra salud mental. Hablamos de querer pasar tiempo en soledad para reflexionar, aprender y mejorar a nivel personal y que ese desarrollo nos ayude a tener relaciones más sanas.

Son líderes de una forma innata

Tener un elevado nivel de inteligencia nos permite hacer un mejor análisis situacional. Es más, el investigador Fred Fiedler elaboró el modelo de la contingencia, según el cual la efectividad del líder está determinada por el estilo de liderazgo y el control situacional. Además, una persona con más inteligencia es capaz de hacer las preguntas adecuadas, escuchar las respuestas y comprender las necesidades de su equipo, lo que permite que sean líderes de una forma innata.

Saben hacerse entender

Siguiendo la línea anterior, una persona con más inteligencia puede ser buena comunicando. Ya hemos visto en el punto anterior que escuchan y entienden otros puntos de vista, y como además tienen una alta inteligencia verbal, pueden ser potencialmente buenos comunicadores, algo que puede o no desarrollarse. Cuentan con las herramientas necesarias para hacerlo.

Son tenaces

La tenacidad es una competencia psicológica que nos ayuda a afrontar la adversidad y que es una de las herramientas necesarias para alcanzar el éxito y aumentar nuestra autoestima.  Podríamos decir que es el motor psicológico que nos empuja a la acción hasta en los momentos más complicados. El psicólogo especializado en inteligencia Alfred Binet afirmaba que “la inteligencia es la capacidad de tomar y mantener una determinada dirección, adaptarse a nuevas situaciones y tener la capacidad de criticar las propias acciones”. La tenacidad entendida como la capacidad de adaptación es inteligencia, por eso se relaciona una mayor resiliencia con un mayor cociente intelectual.

Están comprometidos con su aprendizaje

Alguien que es más inteligente que la mayoría, busca seguir aprendiendo día a día y alimenta su curiosidad sin descanso, incluso parece tener una inclinación natural a fomentar el aprendizaje. Es especialmente visible en los temas que le interesan, de los que desea saber siempre más.

Son creativos

Relacionado con el comportamiento anterior nos encontramos que la gente con más inteligencia es también curiosa. El psicólogo Scott Shigeoka afirma que la curiosidad es un signo de inteligencia y que cuando la fomentamos para comprender el por qué de las cosas y cómo suceden, como explica en su libro ‘Seek: How Curiosity Can Transform Your Life and Change the World’, estamos trabajando en nuestra inteligencia.

Son mentalmente rápidos

La velocidad de procesamiento o rapidez de procesamiento, es una habilidad cognitiva que, según la neuropsicóloga Marta Estévez, “se define como el tiempo que le lleva a una persona a realizar una tarea mental, teniendo que ver la velocidad en la que una persona capta y reacciona a la información recibida”. Es decir, es el tiempo que tardamos en recibir un estímulo, sea el que sea, y la respuesta que emitimos. Esta capacidad está estrechamente ligada a la capacidad de procesar información, ya sea verbal, visual y/o espacial, de forma rápida, automática y eficiente.

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