Además de tener una mejor gestión del tiempo, las personas que siempre se adelantan podrían estar revelando algunos rasgos de su personalidad sin darse cuenta
Existen tres tipos de personas: las que siempre llegan tarde, las que llegan a su hora y las que, sea la cita que sea, llegan antes de tiempo. Para los primeros, es posible que el tiempo no pase como el de los demás según la ciencia. Para los últimos, el hecho de ir siempre con la hora por delante podría estar aportando algunos datos sobre su personalidad según la psicología.
Lo que dice de nosotros llegar siempre antes
Llegar a tiempo es algo que se valora en todos los ámbitos de la vida. Es más, las personas que llegan pronto a menudo son percibidos como responsables, organizados y dignos de confianza. La doctora Diana DeLonzor, experta en gestión de tiempo explicaba en The New York Times que aquellos que siempre llegan a la hora simplemente tienen más autocontrol que los demás y una mejor percepción del tiempo. "Son más cautos y suelen imaginarse los peores escenarios por eso necesitan el tiempo suficiente para solucionar los problemas que puedan aparecer", y añade que las personas que siempre llegan pronto tienden a ser algo más intolerantes con las personas que llegan tarde, porque lo consideran una falta de respeto. Podríamos pensar que llegar antes solo está relacionado con una buena gestión del tiempo pero hay mucho más detrás según el psicólogo británico Oliver Burkeman.
Si pensamos en que se imaginan peores escenarios que el resto, también podemos presuponer que son más propensas al estrés que otras. Incluso hay gente que teme la impuntualidad por miedo a causar una mala impresión Burkman aseguraba en la BBC que hay ocasiones en que llegar muy temprano “denota una preocupación excesiva y una voluntad por querer agradar a los demás", los conocidos como people pleaser.
Burkman señalaba en su libro ‘Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals’ que la puntualidad está relacionada con nuestra necesidad de controlar el tiempo, y que tanto si somos puntuales como si no lo somos nada, se relaciona con este fin según su percepción. “Si llegas pronto, parece que tienes la sensación de que controlas la situación. Por el contrario, si eres una persona que hace que los demás tengan que esperar, es también una manera de mostrar tu poder, de tratar de dictar el transcurrir de los acontecimientos”, señalaba.
Llegar temprano de una forma excesiva, también podría tener un significado más profundo en el que esa persona pretende no solo gestionar el tiempo, sino aprovechar cada segundo para una máxima eficiencia, lo que en palabras del experto puede “reflejar una dificultad para aceptar las limitaciones inherentes a la existencia humana”. Como si vivieran en una ilusión de control absoluto sobre algo que podría ser incierto. Podría estropearse tu autobús, perder el metro, o no encontrar el sitio en el que has quedado y para evitar que eso ocurra y poder así controlarlo todo, llegas antes. Mucho antes.
La puntualidad y la impuntualidad son complicadas de entender. De hecho, como afirma DeLonzor, funcionan en muchas ocasiones como cualquier hábito arraigado, "ya sea que haya sido provocado por la fisiología o la psicología" y llegar crónicamente temprano o llegar tarde es algo difícil de romper. Al igual que ocurre con otros hábitos, la puntualidad excesiva puede haberse aprendido en la infancia o llegar a ser innata.
La relación entre puntualidad y personalidad
Si hacemos caso a los estudios empíricos sobre la relación entre puntualidad y personalidad, lo cierto es que, como afirma el profesor de psicología Lawrence T. White, son "sorprendentemente escasos" y la investigación es en muchas ocasiones contradictoria. La mayoría de los estudios que han intentado vincular la puntualidad y la personalidad se centran en el modelo de personalidad de los Cinco Grandes, propuesto por los psicólogos Lewis Goldberg y Warren Norman en la década de 1960. Según este modelo la personalidad de una persona puede describirse en base a cinco factores: factor O (apertura a la experiencia), factor C (responsabilidad), factor E (extraversión), factor A (amabilidad) y factor N (Neuroticismo). Este estudio, no encontró ninguna correlación entre ninguno de estos rasgos y la puntualidad, pero este otro estudio sí relacionó el neuroticismo con la puntualidad.
Lo que sí se sabe es que las personas que siempre llegan antes tienen más autocontrol porque como afirma DeLonzor “tienden a tener menos hábitos de procrastinación". Seas del tipo que seas no te preocupes porque en realidad, y siendo objetivos, la ciencia tampoco tiene claro qué relación existe entre la personalidad y la puntualidad.
Fotos | Lewis Cameron en Unsplash, Jase Bloor en Unsplash
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