Mantener oculta información sobre nosotros puede llegar a tener efectos no solo en nuestra salud mental, también a nivel físico y en la calidad de las relaciones que tenemos
Durante casi seis años guardé un secreto sobre mí que nadie sabía, solo yo. Un día, en un viaje con dos de mis mejores amigas no pude más y lo solté y creo que pocas veces en mi vida me he sentido tan aliviada como me sentí en ese momento. Tenía un miedo terrible a ser juzgada, pero ni lo fui ni recibí las respuestas por parte de mis amigas que me había montado en mi cabeza. Y sí, la película que había escrito en mi mente era de terror y no fue lo que pasó en absoluto.
Según este estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología, tenemos 13 secretos personales y cinco de ellos no se los hemos contado absolutamente a nadie. Es habitual que en muchos ámbitos de nuestra vida mantengamos en secreto información sobre nosotros por el simple hecho de que tenemos miedo a que se nos juzgue. Pero lo cierto es que esta investigación de la McCombs School of Business afirma que revelar cosas negativas sobre nosotros mismos no causa el daño que pensamos.
Por qué tenemos miedo a decir la verdad sobre nosotros
Hasta las personas más sinceras guardan en su vida un total de 13 secretos según este estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology. Solemos guardar secretos para nosotros mismos porque su contenido nos genera vergüenza, tenemos miedo al rechazo o no queremos que los demás tengan una impresión equivocada de nosotros. Tememos que se nos vea como realmente somos. Ocultamos información sobre nosotros según la calidad de la relación que tengamos tal y como explica esta investigación de 2021 de Bedrov & Leary. Aseguran que los participantes con una relación de mayor calidad tendían a estar menos preocupados por la privacidad y las reacciones negativas al desvelar sus secretos.
Pero lo cierto es que nunca se cumple eso que nos hemos imaginado. Las expectativas entre lo que pensamos que pasará al revelar ese secreto y lo que realmente pasa, es muy diferente. Si hacemos caso del estudio de Texas. El problema es que cuando pensamos en que tenemos que decir algo negativo sobre nosotros mismos nos centramos en el contenido del mensaje, pero quien recibe la información está pensando en que nos estamos mostrando vulnerables y demostramos honestidad y confianza hacia ellos. El secreto en sí no es tan valioso, sino el hecho de mostrarlo.
En las 12 investigaciones que realizaron descubrieron varias cosas, por ejemplo que las expectativas que tenemos no se corresponden nunca con la realidad. Pensamos que quienes nos rodean nos van a juzgar más duramente de lo que en realidad lo hacen. Además, si creemos que otras personas pensarán que somos menos dignos de confianza al revelar ese secreto, nos lo callaremos como explicaba Kumar, pero en realidad en los experimentos ocurre lo contrario. En lugar de desconfiar de nosotros, quien escucha ese secreto piensa que la persona que lo cuenta es más honesta y confiable de lo que ella misma se percibe.
Aunque la magnitud de lo que estás revelando puede afectar las evaluaciones de las personas, también afecta tus expectativas sobre esas evaluaciones, explicaba el Kumar. Es decir, cuando pensamos que el secreto es más importante, por ejemplo una infidelidad, creemos que seremos juzgados de forma más dura, pero solemos sobreestimar el impacto negativo de las revelaciones.
James Pennebaker, profesor emérito de psicología de la Universidad de Texas, ya analizaba el lenguaje natural y el comportamiento social en esta investigación, en la que ya se veía que ser completamente honesto hoy en día es complicado.
"Todos mentimos, todos decimos la verdad, todos queremos dar la impresión de que somos más felices de lo que realmente somos, todos queremos encajar. Muy a menudo, ser verdaderamente honesto y auténtico está en desacuerdo con ser visto de manera positiva por los demás”. Te pondré un ejemplo muy sencillo. Durante años mi familia pensó que era feliz con mi ex pareja. Nadie sospechaba que la relación idílica que mostrábamos a los demás era en realidad falsa.
Pero es posible cambiar esto, ya que podemos alterar las expectativas de las personas que cuentan un secreto para hacer que estas sean más acordes a la realidad y favorezca que sus relaciones sean más transparentes y más sinceras.
Los efectos físicos y psicológicos de guardar secretos
Un secreto puede conllevar una carga fisiológica y ocultar información negativa a los demás, podría afectar al bienestar, tal y como afirma Amit Kumar, profesor asistente de marketing en Texas McCombs y coautor del estudio junto con Michael Kardas de la Universidad Estatal de Oklahoma y Nicholas Epley de la Universidad de Chicago.
Es más, según explica la psicóloga Anita Kelly cuando guardamos un secreto podemos sentir ansiedad, culpa y vergüenza, pero tras la investigación durante 30 años del psicólogo Michel Slepian de la Universidad de Columbia, sentimos hasta un peso físico cuando guardamos un secreto. Cada vez más estudios sociológicos y psicológicos reafirman que guardar secretos tiene efectos negativos sobre nosotros, también a nivel neurológico.
El pensamiento recursivo sobre el secreto consume una cantidad inmensa de energía y hasta puede provocar que sintamos estrés, miedo y malestar físico, como bien nos explican los expertos de Xataka.
Todos guardamos secretos, pero en la mayoría de las ocasiones por las razones equivocadas.
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