La psicología positiva ha demostrado con creces que la gratitud es imprescindible si queremos vivir una vida con bienestar y felicidad
Mi abuela decía que es de bien nacido ser agradecido. La ciencia dice aún más. La gratitud se relaciona con una mayor felicidad ya que, según indican desde la Universidad de Harvard, el hecho de dar las gracias puede aumentar la liberación de dopamina, y la gratitud "ayuda a las personas a sentir emociones más positivas, disfrutar de las buenas experiencias, mejorar su salud, afrontar la adversidad y construir relaciones sólidas". Además, se ha relacionado en algunas investigaciones con una importante reducción en nuestros niveles de estrés y las personas con un estilo de vida basado en la gratitud, manejan mejor el dolor crónico. Expresar gratitud puede cambiar tu vida.
Por eso hemos querido recopilar seis frases que demuestran ingratitud y que son una demostración de infelicidad, porque siempre es un buen momento para cambiar e incluir la gratitud en nuestras vidas.
“Me debes una”
Según un estudio de la revista Personality and Social Psychology las personas desagradecidas tienden a concentrarse excesivamente en lo que les falta en la vida, en lugar de en lo que ya tienen. Al hacerlo, habitan sin darse cuenta en una insatisfacción que puede llegar a generar una base tóxica para las relaciones. Cuando empatizamos, agradecemos y expresamos gratitud a otra persona, se produce un aumento de la confianza y de la intimidad. Sin embargo, si cuando hacemos algo por otra persona lo hacemos pensando en que nos debe una, no estamos siendo generosos ni practicando la gratitud, solo lo estamos haciendo para recibir un beneficio posterior por ello.
“¿Por qué solo existo cuando necesitas algo?”
Cuando practicamos gratitud a diario, y según un estudio de American Psychologist, las relaciones que tenemos tienden a experimentar menos emociones negativas, algo que no ocurre al contrario. Cuando no priorizamos la gratitud en nuestra vida, tendemos a experimentar más emociones incómodas como la culpa o la vergüenza, e incluso, podemos llegar a desarrollar la sensación de que tenemos derecho a todo solo por existir, y podemos pensar que las personas que nos rodean solo nos buscan por lo que les damos o hacemos por ellos, sin darnos cuenta de lo que ellos hacen por nosotros y sin entender que las relaciones no son unilaterales, sino bidireccionales.
“Yo estaba allí cuando no tenías a nadie”
Una persona desagradecida no es verdaderamente leal e insta en las relaciones a que la otra persona “trabaje” por la relación, como si estuvieran obligados a ello. Esto es algo que las personas manipuladoras usan para aislar a sus parejas de sus amigos, familiares y círculos íntimos para ejercer un mayor control sobre ellos. Al sugerir que estuvieron allí cuando su pareja "no tenía a nadie", pueden manipular las emociones y experiencias de su pareja para que se adapten mejor a sus intereses y necesidades, y forzar que la otra persona se quede manipulando sus sentimientos de agradecimiento.
“Nunca me das las gracias cuando hago cosas por ti”
Un estudio de 2023 sobre la gratitud sugiere que los niños que crecen con cuidadores y padres que priorizan la gratitud en sus vidas suelen tener mejores relaciones sociales y una salud emocional más equilibrada que aquellos que no la practican. Si como padres esperamos gratitud como respuesta a cada acción que hacemos con nuestros hijos, ellos aprenderán ese comportamiento y exigirán en sus relaciones que se les dé las gracias por comportamientos y acciones que son simplemente algo normal una relación saludable, como la comunicación abierta o la honestidad. Evidentemente a todos nos gusta que nos den las gracias, pero no podemos pretender que la otra persona lo haga por cada acto de amor que hacemos por ella.
“¿Por qué siempre me haces sentir así?”
Una persona desagradecida no es capaz de hacerse cargo o de asumir la responsabilidad de sus acciones y esperan que los demás sacrifiquen su bienestar emocional para apoyarlas en todo lo posible. Según este estudio sobre la culpa, la mayoría de las personas desagradecidas recurren a esta práctica para "salvar las apariencias" cuando se enfrentan a las consecuencias de sus propias acciones, llegando incluso a victimizarse para manipular a quien le rodea.
“Siempre me siento infeliz y no sé por qué”
El Dr. Robert A. Emmons de la Universidad de California en Davis y el Dr. Michael E. McCullough de la Universidad de Miami realizaron un estudio sobre la gratitud publicado en la Harvard Health Publishing que sostenía que las personas que expresan gratitud con más frecuencia son generalmente más felices que aquellos que no lo hacen. Según dichos expertos, las personas desagradecidas a menudo se sienten crónicamente insatisfechas en muchísimos aspectos de sus vidas, desde su desarrollo personal hasta sus relaciones.
Quizá el secreto de la felicidad esté en darnos cuenta de todo lo bueno que nos rodea en lugar de pensar en lo que no tenemos constantemente, y para eso nada mejor que proponernos hacer este año un diario de gratitud en el que escribir todos los días aquello por lo que estamos agradecidos. Mano de santo.
Fotos | Gabrielle Henderson en Unsplash, Mark Casey en Unsplash, Miguel Bautista en Unsplash
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