Siete comportamientos que una persona auténtica jamás tendría en su vida

Auténtica. Del lat. tardío authentĭcus, y este del gr. αὐθεντικός authentikós. Consecuente consigo misma, que se muestra tal y como es.

Ser auténtica es una cualidad que mucha gente buscamos. Algunas personas lo consiguen de manera natural. Otras trabajamos día a día para que eso que somos se refleje en nuestros actos en todos los ámbitos de nuestra vida.

Una vida auténtica no es otra que aquella en la que una persona unifica sus propias necesidades, valores, creencias y perspectivas personales y las persigue. No se trata de lo que otros vean, sino de lo que sientas tú.

Pero en la vida hay comportamientos que seguimos y que son palos en las ruedas si buscamos una vida más auténtica. A veces ni nos damos cuenta de que lo hacemos, pero por suerte, te contamos cuáles son. Si quieres vivir de forma más auténtica, dile adiós a estos comportamientos.

Decimos adiós a estos siete comportamientos para vivir de forma más auténtica

Elegir el camino más fácil

Ser fiel a ti misma requiere a menudo que defiendas aquello en que crees, y ese camino nunca es sencillo. Por ejemplo, una persona feminista saldrá a la calle a defender sus valores y revelarse ante casos como el de Rubiales. El camino fácil sería quedarse en casa, el difícil es luchar y defender aquello en lo que creemos.

Si queremos ser una persona auténtica, es necesario que seamos capaces de defender nuestras creencias, valores y necesidades, respetando así la forma de vida que hemos elegido, aunque en ocasiones nos de miedo.

No poner límites

Hablamos mucho de poner límites en el trabajo (y de cómo hacerlo), pero lo cierto es que cualquier relación, sea la que sea, va a necesitar en algún momento que pongamos límites para protegernos, defendernos o simplemente marcar hasta dónde estamos dispuestas a llegar. Si no los ponemos, estamos poniendo las necesidades y deseos de otra persona por encima de los tuyos.

Este comportamiento nos acerca demasiado a vivir la vida para otros y no para nosotros. Es importante que nuestra vida sea nuestra y las decisiones que tomamos, también. Para bien o para mal.

Dejar que te afecte lo que opinen otros

Según nos explica Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias, “como seres sociales necesitamos a los demás en mayor o menor medida”. De hecho formar parte de grupos sociales, sentirnos incluidos por otras personas y tener gente a nuestro alrededor con la que identificarnos es síntoma claro de nuestra especie, pero eso no significa que tengamos que creernos a pies juntillas lo que opinen de nosotros, ni dejar que nos afecte.

Una cosa es que esa opinión que otros vierten sobre ti te invite a reflexionar, por ejemplo cuando te hacen una crítica, y otra muy distinta es que nos obsesione lo que opinen otros. Aceptar que no vamos a caer bien a todo el mundo es el primer paso para vivir de una manera más auténtica.

No decir lo que piensas ni sientes

Puede parecernos que callar es, en ocasiones, la mejor opción. Y puede que lo sea, pero cualquiera de las personas que habitan el mundo tiene derecho a expresar sus ideas y pensamientos.

Una persona auténtica es una persona sincera. Pero ojo, que hablamos de sinceridad, no de sincericidio. No se trata de decir lo primero que se nos ocurre, sino de no tener miedo a expresarnos, mostrarnos vulnerables y explicar lo que pensamos y por qué lo pensamos así.

Eludir tu responsabilidad

Aquella persona que es auténtica es capaz de aceptar la responsabilidad de sus actos y asumir las consecuencias de sus palabras. Mirar tus acciones, palabras, pensamientos y emociones con verdadera honestidad significa que practicamos la responsabilidad afectiva y nos hacemos cargo de nuestros actos, sin echar la culpa a otros.

Alguien auténtico es consciente de que sus actos y palabras pueden tener efecto sobre otras personas, pero no elude su responsabilidad.

Decir sí cuando quieres decir no

Para César Piqueras, escritor y experto en desarrollo directivo y comercial, “tenemos ansiedad a decir "no" porque nos enfrenta con uno de nuestros principales miedos, el miedo al rechazo. El ser humano es gregario por naturaleza, y cada vez que tiene que decir que “no”, de alguna forma siente que está traicionando a la tribu. Muchas personas viven toda su vida sin decir “no”, y aunque inicialmente no parece que eso cause ningún problema, realmente les provoca una gran infelicidad a la larga".

Decir sí cuando quieres decir no es un error. No tienes por qué quedar con tus amigas si no te apetece, ni ir a esa cita de Tinder que te da pereza, ni hacer esa tarea en el trabajo que no forma parte de tus competencias.

Escucharnos no nos hace egoístas. Nos hace auténticos. Rechazar cosas que no queremos hacer es un acto de empoderamiento que necesitamos aprender.

Mentirte

Es evidente que antes de plantearnos siquiera si somos o no una persona auténtica, debemos hacer un trabajo de introspección que revele las verdades sobre quiénes somos y lo que queremos. Y practicar la negación sobre ellas no sirve de nada. La persona auténtica es honesta con todos, pero primero con ella misma.

Fotos | Amy Vann, Joshua Rawson-Harris, Atikh Bana, Allef Vinicius y Jamie Brown en Unsplash

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