Solo necesitas cinco pasos para alcanzar la verdadera alegría de vivir. Los japoneses siempre los siguen y son su secreto de felicidad

Buscamos la felicidad y quizá el objetivo debería ser alcanzar el bienestar mediante un propósito vital con el que sentirnos personas realmente plenas

Quiero ser feliz y al igual que yo, seguro que en tu cabeza también planea la felicidad como un objetivo a conseguir. Y no solo para ti y para mí. La felicidad nos importa tanto que hasta Harvard, en su Estudio del Desarrollo Adulto, uno de los estudios más longevos de la historia, ha analizado qué nos hace felices. Le preocupa a todas las sociedades tanto que hasta se realiza de forma anual un Informe mundial sobre la felicidad.

Cada persona entiende la felicidad de forma distinta, y la cultura es en parte culpable. Por ejemplo, el koselig noruego busca experimentar momentos del día a día con más alegría y que esos pequeños momentos nos lleven a la felicidad. Cuando miramos a otras culturas, podemos aprender mucho no solo de la felicidad y cómo conseguirla, sino también del bienestar. Y no, no son lo mismo. La felicidad es una emoción y el bienestar es un concepto más amplio que es parte hasta de nuestra salud según la OMS. La felicidad es solo una parte del bienestar como explica la psicóloga Irene López en su libro ‘Los 10 obstáculos que te impiden ser feliz’.

En la cultura japonesa, el concepto de felicidad es diferente al de una vida plena. Existen varias palabras como "shiawase" y "koufuku" que podrían ser traducidas del japonés como "felicidad" o "feliz", pero si hablamos de tener una vida plena, tenemos que hablar de "ikigai", que se traduce como "lo que hace que merezca la pena vivir". No sé a ti, pero a mí me suena a gloria.

Cómo usar el ikigai en el día a día para ser más feliz

Mucho se ha escrito del concepto japonés de Ikigai en el que el propósito de vida puede ser un mejor objetivo que la felicidad. Ikigai combina “Iki” (vida) y “gai” (valor) y describe el arte de encontrar la verdadera alegría en la vida, aquello que te motiva a levantarte de la cama por la mañana. Tiene su origen en la cultura y filosofía japonesa y está muy ligado a la isla de Okinawa, una de las llamadas zonas azules.

Ikigai es ese punto que mezcla aquello que amas con aquello en lo que eres bueno, por lo que te pueden pagar y lo que el mundo necesita. Es encontrar tus fortalezas y pasiones y usarlas para ayudarte a ti y a otros. Tener Ikigai significa llenar tu vida de significado, satisfacción y felicidad. Para llevarlo a cabo, y según el coach Dirk Schmidt explicaba a Focus, no hace falta demasiado, solo algunos pasos prácticos que podemos implementar en nuestra vida.

Autorreflexión diaria

El experto recomienda comenzar por un “diario de Ikigai”, una especie de journaling en el que apuntes todos los días aquellas actividades que te aportan alegría, aquellas que haces bien y que los demás aprecian de ti. De esta forma, puedes “identificar patrones que pueden conducir a tu ikigai”, como explica Schmidt.

Prueba diferentes tipos de voluntariado

Involucrarte en diferentes proyectos de voluntariado te ayudará no solo a ser consciente de lo que el mudo necesita (recuerda que el ikigai no va solo de ayudarte a ti mismo sino a otros), también te ayudará a saber qué puede dar significado a tu vida. Es una especie de prueba para encontrar cuál es tu pasión y tu misión en el mundo.

Establece micro objetivos

Ver tu ikigai como un todo puede ser abrumador. Una vez has encontrado tu “misión” en el mundo, es más fácil y menos desmotivante si en lugar de un objetivo grandioso, dividimos el ikigai en pequeños objetivos que sean más alcanzables y realistas. No es lo mismo pensar que nuestra misión es conseguir un mundo sostenible, que pensar en los pequeños pasos que podemos dar para conseguirlo. Por ejemplo, dejar de comprar ropa en marcas como Shein, apostar por prendas de segunda mano o escribir sobre sostenibilidad. Objetivos a priori pequeños, pero alcanzables y que suman.

Construye una red de apoyo

Como ocurre con muchas cosas en la vida, el ikigai no está pensado para que se convierta en un camino en solitario. Si nos rodeamos de personas con nuestro mismo ikigai, podremos “compartir experiencias, motivarnos y aprender los unos de otros”, como explicaba el experto.

Practica la gratitud

La gratitud es una de las armas más poderosas del mundo. Ser agradecido te hace feliz. De hecho, y tal y como indican desde la Universidad de Harvard, dar las gracias puede aumentar la liberación de dopamina. Hay más, porque la gratitud se ha relacionado en algunas investigaciones con una reducción en nuestros niveles de estrés.

Las personas que mantienen un estilo de vida agradecido, por ejemplo escribiendo un diario de gratitud, tienen según las investigaciones un menor riesgo de sufrir enfermedades como resfriados y son capaces de manejar mejor el dolor crónico. Tomarte un tiempo de gratitud diario es también una forma de “ influir positivamente en tu percepción y ayudarte a reconocer tu ikigai”, explica Schmidt.

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