4 de cada 10 españoles son usuarios de medicina estética, según el “Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España” que presentó la Sociedad Española de Medicina Estética, de los cuales el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres.
Los pequeños retoques estéticos parecen estar a la orden día. De hecho los centros sanitarios autorizados por el Ministerio de Sanidad para ejercer la Medicina Estética crecieron en 2020 un 20,2% respecto a 2019. Hemos visto cómo le ha cambiado el rostro a lo largo de los años a actrices como Elsa Pataky, cantantes como Shakira y celebrities como Carla Barber o Sofía Suescun por ponerte algunos ejemplos.
No es algo exclusivo de la gente famosa, porque cada vez son más las personas que se someten a este tipo de tratamientos. un dato más: durante el año 2021 solo en España se realizaron un total de 871.525 tratamientos médico estéticos, de los cuales el 72% eran fáciles, el 22% corporales y un 6% se categorizó como otros, por ejemplo el hair removal.
Nos encontramos además con una democratización de los retoques estéticos que ya no son tan caros como antes, lo que acerca a más personas la posibilidad de llevarlos a cabo. Pero el dato más preocupante es este: la edad media de acceso a la medicina estética pasa de los 35 a los 20 años de edad. Y la pregunta inevitable es por qué.
La responsabilidad de los filtros como 'Bold Glamour' de TikTok
Cuando era pequeña podía ver a las modelos en las revistas y los anuncios de la tele. Anhelaba esos cuerpos perfectos y esas caras preciosas, pero no tenía acceso a ellas el 100% del tiempo. Ahora, con las redes sociales y una sociedad altamente conectada, recibimos constantemente mensajes de cuerpos, caras y pieles perfectas y vemos a influencers como las Kardashian mostrarse encajando en los nuevos cánones de belleza.
Es obvio que el canon de belleza de los últimos años ha cambiado, algo que vimos que ha pasado por ejemplo a la hora de identificar a los hombres más guapos del mundo. Pero hay algo peor que ver en otras personas el canon de belleza de lo que nos gustaría ser, y que gracias a filtros como Bold Glamour, el nuevo viral de TikTok, nos vemos a nosotras así.
Se da un paso más y a golpe de click, vemos nuestra cara con los ojos más almendrados, los labios más gruesos o los pómulos más marcados simplemente con una cámara. Vemos cómo podríamos ser y es justo ahí donde radica el peligro especialmente si hablamos de las personas más jóvenes.
Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias ya nos explicaba aquí que “es en la adolescencia cuando estamos creando quiénes somos”, y si lo que vemos en el espejo no nos gusta y lo que nos devuelve la cámara frontal del móvil al usar este tipo de filtros, sí, no es de extrañar que cada vez haya más retoques.
La medicina estética cada vez es más común en jóvenes influenciados por las redes sociales tal y como asegura el Dr. Sergio Fernández, vicepresidente segundo de SEME. “El uso de las redes sociales, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”. Ahora, jóvenes de apenas 20 años ya se hacen rellenos de ácido hialurónico (AH) en labios y toxina botulínica.
La autoestima y el efecto de los filtros como Bold Glamour sobre ella
Viendo además cómo el body shaming está a la orden día con casos como el de Berta Vázquez o los comentarios gordófobos del streamer ElXokas, no es de extrañar que para “vernos bien” y parecernos a lo que vemos en los filtros, recurramos a la medicina estética. De hecho según el estudio, el 19,9% de las mujeres se realizan tratamientos de medicina estética entre 1-2 veces al año buscando corregir algunos “defectos” para aumentar su autoestima.
En la redacción hemos probado el filtro y tenemos dos cosas que decir. La primera es que las Kardashian tienen tres primas nuevas, y la segunda es que no nos reconocemos con este filtro. Tiene un efecto lifting, ensancha las cejas, marca los pómulos, engrosa los labios, unifica la tez y afina la nariz, la barbilla y las mejillas, además de ponernos unos ojos más almendrados, grandes y abiertos, maquillarnos y cambiar la forma de nuestra cara, que se estrecha tanto que asusta. Mira el cambio que hay en mí, por ejemplo, que hasta el color de ojos se aclara.
Una de nosotras que está a punto de llegar a los 40 confiesa que tras verse ahora quiere “unos pinchacitos en el labio”. Imagina una adolescente de 17 o 18 años que aún no se encuentra al 100% a gusto dentro de su piel y que ve en un filtro a otra mujer, una que se parece a todas esas que ve a diario y que, muy en el fondo, es ella. Mirad esta chica, que se pregunta si no puede tener esa cara todo el tiempo.
Los filtros que unifican el tono de la piel, nos cambian la forma de la cara o resaltan aspectos asociados con la tendencia de belleza que se lleva como cejas anchas, labios gruesos y pómulos marcados muy al estilo de Ester Expósito, por ejemplo, que provocan que constantemente entramos en comparaciones con cuerpos y vidas ajenas.
Esto puede provocar “problemas de autoestima, ansiedad, insatisfacción con nosotros mismos o trastornos más graves como la depresión o trastornos de conductas alimentarias”, tal y como aseguraba Lorena Ruiz López, psicóloga general sanitaria, cuando le preguntábamos por qué puede ser necesario un detox de las redes sociales. "El problema es que frecuentemente encontramos al otro lado de esa ventana una perfección que poco tiene que ver con la realidad".
En el caso de Bold Glamour hay quien ha probado que no hace falta retocarse nada para conseguir un efecto similar con maquillaje, como esta tiktoker que finaliza el vídeo diciendo que siente que va demasiado maquillada y que “estas cosas no son la vida real”:
Desde luego nosotras tenemos claro que al natural y sin usar este filtro que ya se ha vuelto viral, somos más naturales, más nosotras. Iria Reguera ya nos explicaba que para querernos mejor y cuidar nuestra autoestima “la clave está en dónde nos enfocamos. No se trata de negar lo que no me gusta o cambiarlo, sino de pensar en lo que sí me gusta.” Y nosotras nos gustamos mucho más sin ser las primas de las Kardashian.
Fotos | Trendencias
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