Taylor Swift es el eterno prototipo de Barbie impoluta. Una figura perfecta, una belleza acorde a los cánones de la muñeca de plástico, rubia de larga melena, de ojos azules clarísimos y una piel blanquísima. Ni una muñeca de porcelana. Al ver esta portada de Elle Canadá con este vestido de fiesta pensé en la caja rosa de la Barbie de todas las Navidades.
La cantante estadounidense posa de perfil con este vestido largo de múltiples lentejuelas que firma Zuhair Murad. No necesita más para jugar a ser princesa, aunque entonces tendría que prescindir de ese lápiz de labios rojo pasión que tan bien le sienta al tener la tez tan clara.
En época de promociones las mismas famosas están en todos los lados, así que no sorprende encontrarse a Taylor Swift en la próxima portada de Cosmopolitan también para el mes de diciembre con un color block de Kelly Wearstler.
Curioso el contraste entre un estilo y otro. Taylor Swift está más encasillada en el primero aunque para su edad sería más lógico el segundo pero en este caso no hablamos de lógica comparando ambos lanzamientos.
Foto | Elle Canadá
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