Acabo de descubrir cada cuánto hay que cambiar el cepillo de dientes, según los expertos. No hacerlo puede traer consecuencias para la salud

Ni cada dos semanas ni cada mes: la ciencia expone cuándo debemos cambiar nuestro cepillo de dientes

Una buena salud bucodental va ligada a varios factores, entre ellos, un cepillo de dientes adecuado, el cual debemos de cambiar de forma asidua, para que pueda cumplir con su función a la hora de mantener limpios nuestros dientes. Este tipo de objetos tienen una vida mucho más corta que otros que utilizamos en nuestro día a día y aunque debemos desecharlos cuando su deterioro sea visible, es esencial conocer una estimación de la durabilidad de los mismos.

La Asociación Dental Estadounidense (ADA), ha expuesto cada cuánto tiempo es recomendable cambiar el cepillo de dientes, señalando que cada tres o cuatro meses sería lo adecuado, siempre y cuando nuestro utensilio no haya sufrido antes ningún desperfecto. Esta reposición tan frecuente de los cepillos de dientes, se debe a que las cerdas de los mismos se van desgastando con su uso, además de que se van acumulando bacterias en la superficie.

Es importante tener en cuenta que esta estimación nos sirve como punto de referencia siempre y cuando nuestro cepillo de dientes se encuentre en condiciones óptimas. De lo contrario, si notamos que las cerdas están deshilachadas o muy desgastadas, por su uso como consecuencia de frotar demasiado fuerte las mismas contra los dientes, debemos de optar por cambiar el cepillo. Si se da esta situación, tenemos que intentar no ejercer tanta fuerza sobre la dentadura con nuestro cepillo, para evitar estropear el esmalte.

Un estudio científico también ha notificado la importancia de cambiar el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses, ya que esto estaría asociado con una  higiene bucal más óptima. Según la investigación, esto se debe a que el uso de un nuevo cepillo de dientes aumentaría el flujo sanguíneo gingival, es decir, que estimularía la microcirculación en las encías, contribuyendo a controlar mejor la placa bacteriana.

No debemos olvidarnos de que una buena higiene bucal a base de un buen cepillado, está directamente ligada con unos dientes más sanos, evita infecciones, así como el mal aliento o, incluso, problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas y diabetes. Así lo ha explicado un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard, donde se ha observado como una mala higiene bucal nocturna podría incrementar hasta un 27% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Para evitar que se den este tipo de problemáticas, un cepillo de dientes en buen estado es esencial.

Otros factores que invitan a cambiar tu cepillo de dientes

  • Desde la Clínica Dental Bousoño Vargas, indican que también es recomendable cambiar el cepillo de dientes después de haber superado un resfriado, puesto que algunos patógenos podrían sobrevivir en el cepillo.
  • Si no te acuerdas cuándo fue la última vez que cambiaste tu cepillo de dientes, es mejor que optes por un cepillo nuevo.
  • Tras culminar un tratamiento odontológico para tratar lesiones de caries, gingivitis, periodontitis e infecciones, también se recomienda un cambio de cepillo, ya que esto disminuiría el riesgo de volver a introducir cepas de microorganismos que se eliminaron en el dentista de nuevo en nuestra boca, puesto que éstas podrían haber quedado entre las cerdas del cepillo de dientes.
  • Si tu cepillo de dientes tiene un mal olor, no esperes a que se cumplan los 3 o 4 meses de uso y hazte con uno nuevo. Este mal olor podría estar relacionado con la presencia de bacterias o moho en sus cerdas.
  • No podemos olvidarnos de los cepillos de dientes eléctricos. Estos, al igual que los clásicos, también necesitan que se cambien los cabezales cada 3 o cuatro meses.
  • Si tus dientes se quedan con un aspecto borrosos después de cepillarte, esto podría ser una señal de que la acumulación diaria de bacterias y placa permanece en los dientes, incluso después de la limpieza y un indicador de que tu cepillo no está cumpliendo con su función, por lo que sería hora de cambiarlo.

Cómo conseguir que nuestro cepillo de dientes dure más tiempo

  • Enjuagar bien el cepillo tras su uso: de esta forma se eliminarán mejor los restos de pasta de dientes, residuos y bacterias.
  • Un almacenamiento adecuado: debemos dejar que el cepillo de dientes se seque al aire, en posición vertical y en un espacio abierto, así como evitar que entre en contacto con el cepillo de dientes de otra persona. También es esencial evitar ponerle una tapa, ya que esto podría fomentar un ambiente húmedo que sería ideal para el crecimiento de bacterias.
  • No compartir el cepillo: es importante no compartir este utensilio, puesto que se podrían transferir bacterias entre personas.

Fotos | Sarah Chai en Pexels, Mizuno K en Pexels

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