Ideales para ayudarnos a eliminar el estrés y fortalecer nuestro tren inferior
Desde que el yoga forma parte de mis rutinas de entrenamiento, mi cuerpo ha dado un cambio a mejor, y no solo hablo de la tonificación general y el aumento de la fuerza de los músculos, algo que cada vez es más evidente a simple vista, sino que la elasticidad que he ganado este último año es digna de mencionar. Estas sesiones donde te relajas mientras haces deporte, sí es posible, también son un plus a la hora de mejorar la circulación de nuestro cuerpo, especialmente las piernas. Para ello un par de posturas clave nunca están de más.
Si vas a empezar con sesiones de yoga desde casa, y buscas focalizarte en la tonificación de los músculos de las piernas, existen dos posturas que sí o sí deben estar en tu radar, porque además de ayudarnos a eliminar la flacidez de la zona, especialmente la de los muslos, son ideales para optimizar la circulación sanguínea y potenciar el retorno venoso en nuestras piernas.
Postura de la vela
Para poner en práctica este asana, necesitaremos tan solo un mat de yoga. Se trata de una postura de inversión en la que los pies quedan por encima de la cabeza, de ahí que sea ideal para estimular el sistema circulatorio y mejorar, en consecuencia, la circulación de la sangre en la zona inferior del cuerpo.
Para ejecutarla nos colocamos tumbadas boca arriba sobre el mat y apoyamos los brazos a los lados del cuerpo, llevando las piernas completamente hacia atrás de la cabeza. A continuación, apoyamos las manos en la zona lumbar sosteniendo las caderas mientras acercamos los codos e intentamos elevar por completo las piernas. Debemos de intentar que las piernas queden perpendiculares al suelo, de forma que nuestros hombros sean los que sostienen todo el peso del cuerpo.
Postura de la pinza
Este asana es todo un plus a la hora de fortalecer el tren inferior. Para ejecutarla de forma correcta, empezamos sentándonos en el mat de yoga con las piernas estiradas y juntas. Seguidamente, flexionamos el tronco desde las caderas aproximándolo tan cerca de nuestras piernas como podamos y llevamos las manos hacia los pies. Acompañamos el movimiento con una respiración profunda consiguiendo que poco a poco la musculatura se vaya relajando a la par.
Esta postura es todo un must a la hora de estirar los isquiotibiales, las pantorrillas y la zona lumbar. Por supuesto, favorece la circulación sanguínea en todo el cuerpo, especialmente en las piernas, y también podría ayudar a reducir la presión arterial. Puedes añadir estos dos asanas a tus sesiones de yoga y ponerlas a prueba junto con otras más focalizadas en definir otras partes del cuerpo para conseguir una rutina de bajo impacto muy completa.
Fotos | Dario Rawert en Pexels
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