Más allá de las almendras, este es el fruto seco cargado de hierro que tienes que añadir a tu lista de snacks saludables

Lo confieso, soy de las que siempre lleva una bolsa de almendras en el bolso. Una quiere estar preparada para cuando le entre el gusanillo fuera de casa no tener que recurrir siempre a ultraprocesados. Un fruto seco a mano siempre es un acierto, pero hay algunos que no se han ganado tanta buena fama como otros, ese es el caso de las pipas de girasol. Son muchas las que miran con recelo este aperitivo calificándolo de poco saludable, pero solo hace falta que nos fijemos en sus propiedades para darnos cuenta de que son un must en nuestra dieta.

Resulta que las pipas de girasol despuntan por su alto contenido en hierro, de hecho, según la Fundación Española de Nutrición presentan 6,4 mg de hierro por cada 100 gramos, frente a los 2,3 mg por cada 100 g de las nueces,  los 2 mg por cada 100 de los cacahuetes o los 2,4 mg por cada 100 g de las almendras. Es precisamente su contenido en dicho mineral lo que convierte a este fruto seco en un aliado para la producción de hemoglobina, encargada de transportar oxígeno a todas las células del cuerpo.

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Desde Vitónica, los expertos también han destacado de las pipas de girasol  la notable presencia de otros minerales esenciales, entre ellos el potasio, el magnesio, el fósforo y el calcio. Pero especialmente han señalado que es una gran fuente de vitamina E, y es que su función antioxidante nos ayuda a mantener el rendimiento físico, así como a prevenir la fatiga precoz durante el esfuerzo, debido a los radicales libres liberados durante el estrés, lo que hace que sean un snack perfecto para deportistas.

Seguramente te estarás preguntando cuál es la cantidad ideal de pipas de girasol que podemos tomar al día, pues desde Vitónica, insisten que un puñado de 25 gramos, siempre sin sal, aportaría 150 calorías, un dato que, aunque de primeras pueda parecernos demasiado, debemos intentar no visualizarlo de forma aislada y tener en cuenta todos los nutrientes que trae consigo este fruto seco. Además, su contenido en fibra nos ayuda a saciarnos y favorece el buen funcionamiento del organismo.

A pesar de su amplio aporte calórico, la clave de este fruto seco, como todo, está en consumirlo con moderación. Para ello podemos añadirlo en nuestras ensaladas, así como colocarlo a modo de topping sobre nuestras tostadas en el desayuno o sobre bowls de fruta y yogur. Sea como sea, claro que merece la pena hacerle un hueco en nuestras recetas.

Fotos | Photo By: Kaboompics.com en Pexels,  Łukasz Rawa en Unsplash

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