Cuatro señales de tu cuerpo que indican que estás consumiendo demasiada sal

Este alimento es esencial en nuestra dieta pero un exceso podría perjudicar nuestro organismo

La reducción de la sal en la dieta es una de las medidas recomendadas en el Plan de Acción mundial para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles (ENT), donde según indica la Organización Mundial de la Salud, se establece una meta voluntaria para la reducción relativa del 30% en el consumo medio de sal en la población para el 2025. Un propósito con el que se pretende alcanzar el objetivo de reducir en un 25% la mortalidad prematura por ENT.

La sal es un alimento que está muy presente en nuestra dieta. No solo la utilizamos para condimentar nuestros platos, sino que gran parte de los productos que compramos en el supermercado ya contienen la misma. Y es que, los estudios científicos han notificado que hay pruebas sólidas de que existe una relación causal entre la ingesta de sal y la presión arterial, donde también se ha observado como una menor ingesta de sal estaría asociada con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, mortalidad por todas las causas y otras afecciones, como enfermedad renal, cáncer de estómago y osteoporosis.

Otros estudios científicos han alertado también de que el alto consumo de sal podría estar relacionado con un aumento en la sensación de hambre, influyendo a la par con la cantidad de calorías que consumimos y favoreciendo un aumento de peso. Y es que, según las investigaciones científicas este podría ser un factor de riesgo a la hora de sufrir obesidad.

Lo cierto es que, aunque no seamos conscientes, podemos estar consumiendo más sal de la necesaria en nuestro día a día. Por ello es esencial prestar atención a nuestro propio cuerpo y escucharlo para observar las posibles señales de un exceso de sodio en nuestro organismo. Te contamos algunas de las pistas que pueden ser síntomas de una alta presencia de dicho elemento.

Sensación constante de sed

Cuando ingerimos comidas especialmente saladas, tras las mismas tenemos una  sensación de sed más notable de la habitual. Por ello es esencial hidratarnos adecuadamente, ya que a pesar de que creamos que es lo más habitual en este tipo de ocasiones, algunas investigaciones señalan que cuanta más sal tomamos, beberíamos, sin embargo,  menos agua.

Inflamación e hinchazón en el cuerpo

Esta sensación se suele notar especialmente en ciertas zonas localizadas como la barriga, los dedos de las manos o los tobillos. Y es que, una dieta con una alta presencia de sal favorece notablemente la retención de líquidos.

Problemas para dormir

Según explican algunas investigaciones, podría existir una relación entre una dieta rica en sal y los problemas de conciliación del sueño, ya que aquellos cuyas comidas son especialmente ricas en sodio podrían llegar a presenciar ciertos episodios de insomnio.

Necesidad constante de orinar

Esto se debe a que la sal estimula los riñones para que estos produzcan más orina. Un factor que además también va ligado con la constante sensación de sed que nos provocan las comidas especialmente saladas, que ayuda a que consumamos a su vez más agua.

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