Los investigadores de la la Universidad de California en Berkeley han encontrado estos tóxicos en varias marcas de tampones
Los tampones siguen muy presentes en la vida de infinidad de mujeres. Son muchas las que ya se han pasado a la copa menstrual, o en su defecto se decantan por otros productos de higiene íntima, aún así, éste destaca por ser uno de los más socorridos junto con las compresas, un clásico al que recurrimos de forma asidua cada mes.
Un estudio de la Universidad de California (EEUU) ha encontrado arsénico, plomo y otros metales tóxicos en varias marcas de tampones que se comercializan en Estados Unidos y algunos países de Europa. Un dato que nos ha sorprendido bastante, puesto que son productos sanitarios que están en contacto directo con nuestra zona íntima, algo que ha desatado cierta preocupación por la presencia de estos componentes.
La investigación llevada a cabo, ha analizado 18 líneas de productos de hasta 14 marcas diferentes y han hallado "concentraciones de varios metales tóxicos", según indica el estudio publicado en Environment International. En él, se buscó específicamente arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc, y es que se encontraron "concentraciones medibles de los 16 metales evaluados."
Bien es cierto que los resultados, en cuanto a los niveles de metales, variaban en función de si los tampones se vendían en Estados Unidos, Reino Unido o la Unión Europea, así como de si éstos eran productos ecológicos o no, o si se trataban de una marca o una opción del supermercado. Además, según el estudio, los tampones orgánicos tenían niveles más altos de arsénico, mientras que aquellos no orgánicos contenían más plomo.
Por otra parte, los tampones que se habían comprado en la Unión Europea o en Reino Unido tenían una concentración más baja de estos metales que los adquiridos en Estados Unidos, y es que de los 24 productos analizados, solo 4 corresponden a la Unión Europea y Reino Unido. A esto le sumamos que de la Unión Europea solo se han estudiado los tampones comprados en Atenas y que no se ha comprobado ninguno de España.
¿Pueden llegar estos metales tóxicos a nuestro organismo?
Los posibles efectos adversos causados por la presencia de estos productos tóxicos se junta con la fácil y rápida absorción que caracteriza al tejido vaginal, lo que podría llegar a permitir la filtración de estas sustancias al torrente sanguíneo con una rapidez asombrosa. Aún así, los investigadores, dirigidos por la doctora Jenni Shearston, afirman que son necesarios más estudios para determinar si los metales se filtran a través de los tampones, puesto que su presencia sería preocupante ya que la piel de la vagina es más permeable que otras áreas del cuerpo.
En concreto, los autores del estudio matizaron: “Nuestros hallazgos apuntan hacia la necesidad de regulaciones que exijan que los fabricantes realicen pruebas de los metales en los tampones”. Y es que, la presencia de ciertos componentes como el plomo, es bastante preocupante. Un metal que se observó en las muestras analizadas y que los científicos insisten en que no hay un nivel seguro de exposición a dicho componente ya que por pequeño que sea puede tener efectos negativos en la salud.
Fotos | Sora Shimazaki en Pexels, Sora Shimazaki en Pexels
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