Lo llevas haciendo mal toda la vida: así es como debes de echar el detergente para lavar tus platos

Olvídate de echar el detergente sobre el estropajo: este es el truco que beneficiará tu salud y tu cartera

Lavar los platos, una tediosa tarea que nos acompaña día tras día. La tenemos tan integrada en nuestras rutinas que lo último que pensamos es que podríamos estar haciéndolo mal. Si eres de las que coge el estropajo y le añade un buen chorro de detergente para dejar bien limpia la vajilla, puede que lo estés haciendo mal, ya que basta con echar menos cantidad para obtener un mismo resultado. Además, a la larga es mucho más económico, algo que también agradecerán tu cartera.

Cuando vamos a lavar los platos no basta solo con el agua para desprendernos de la grasa y los restos de comida de los mismos, necesitamos un producto como el detergente, que presenta un tipo de moléculas en su composición con la que consigue que tanto las moléculas de agua como las de grasa se adhieran a él y puedan desprenderse del plato tras el lavado.

Parece algo evidente, cuanto más detergente mejor eliminación de la suciedad de los platos, pero es que no se trata solo del detergente, sino de la emulsificación que se da entre el detergente, la grasa y el agua. Por lo que es ahí donde entra en juego el acto de frotar el estropajo contra la vajilla que se ha utilizado en la comida. Entonces, ¿cuánta cantidad de detergente debemos de poner en el estropajo?

Para lavar un plato no necesitas más que una o dos cucharadas de detergente. El truco está en añadirlo a un vaso y agregar agua tibia para que acelere el proceso químico y facilite el lavado. A continuación, sumergimos el estropajo en esa solución que hemos creado y lavamos los platos frotando las zonas más sucias. Por último, enjuagamos con agua y listo.

Este truco no es solo un must para poder ahorrar detergente, sino que también evitamos un uso un tanto desmesurado que puede llegar a ser malo para nuestra salud, ya que a veces no se quita bien con el agua el exceso de este producto en la vajilla y puede acabar en contacto con nuestro organismo cuando volvemos a utilizar ese plato. Los restos de detergente podrían provocar en nuestro intestino la alteración de la membrana celular y la muerte celular llegando, incluso, a poder provocarnos el síndrome del intestino permeable, haciendo que las sustancias pasen al torrente sanguíneo, así como fallos en los órganos que han entrado en contacto con el producto.

Más allá de la cantidad de detergente que usamos, los estudios científicos han alertado también sobre la importancia de cambiar los estropajos a menudo, puesto que en ellos albergan una gran cantidad de bacterias y, en ocasiones, también patógenos. De hecho, otra investigación sugiere un reemplazo regular del estropajo, semanalmente. Conclusión, menos detergente y más frecuencia a la hora de remplazar los estropajos.

Fotos | Karolina Kaboompics en Pexels, RDNE Stock project en Pexels

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