El método Trataka: la técnica de meditación para reducir el estrés a través del yoga

Si alguna que otra vez has intentado meditar y no has obtenido los resultados esperados, quizás, es porque no estabas empleando la técnica que más se adecúa a tu cuerpo. Las personas especialmente nerviosas recurren a estas prácticas con el fin de poder encontrar calma y reducir sus pulsaciones, pero, lo cierto es que, muchas veces, por puro desconocimiento a la hora de practicar la meditación no se consigue alcanzar ese estado de atención plena y relajación. El método Trataka existe para que sigamos una hoja de ruta y nuestros intentos sean fructíferos. Un ejercicio aparentemente sencillo para conseguir que nuestra mente pueda calmarse.

Tenga prisa o no soy de esas que van corriendo siempre a todas partes, a veces más agitada de la cuenta, puro nervio, alguien que, desde luego, no te esperas encontrar en una clase de meditación. Contra todo pronóstico, si existe una técnica para apaciguar el estrés, yo me sumo de cabeza, más cuando se trata de un ejercicio tan viral como el Trataka. Si sus resultados son prometedores habrá que intentarlo.

Trataka viene de una palabra en sánscrito que se traduce como contemplar, observa o fijar la mirada. Es una técnica de meditación ancestral que proviene del yoga y consiste, básicamente, en mirar a un punto fijamente, como puede ser la llama de una vela. Un ejercicio de apariencia sencilla que requiere de gran concentración porque ayuda a activar ciertas capacidades internas dormidas de nuestro cerebro.

El paso a paso del método Trataka

Tener plena consciencia del presente es más difícil de los que pensamos, especialmente hoy en día que estamos sobrestimados por todo lo que nos rodea. Obviar esos pensamientos del pasado entremetiéndose en el ahora, así como frenar la tendencia de nuestra mente de proyectar escenarios futuros podría ser posible si ejecutamos el método Trataka de forma correcta. Pero, ¿cómo lo llevamos a cabo?

El primer paso antes de ponernos manos a la obra es escoger el objeto que vamos a contemplar. Una vela suele ser la opción más recomendada, ya que podemos quedarnos mirando fijamente a la llama mientras nos colocamos sobre el mat de yoga en posición de loto, es decir, sentadas con las piernas cruzadas, dejando el pie derecho en el muslo opuesto y viceversa.

Desde esa postura fijamos la mirada durante el mayor tiempo posible sobre la llama de la vela que debe de estar a la altura de los ojos, todo ello mientras prestamos atención a nuestra respiración, controlándola en todo momento. Las primeras veces que pongas en práctica este ejercicio seguramente que los pensamientos intrusivos se colarán de forma inevitable en tu cabeza. Es esencial no frustramos y desechar la posibilidad de emplear esta técnica en nuestra rutina. Poco a poco, dando paso a respiraciones más profundas y a base de práctica, podremos ir mejorando y tener esa consciencia plena.

Fotos | Cup of Couple en Pexels, Valeria Ushakova en Pexes

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