Todos los consejos que debes de seguir para conseguir un resultado de 10
Estamos seguras de que si buscamos en el neceser de casi cualquier persona nos encontraremos con una cuchilla. Ya sea para recortar la barba, así como para rasurar el vello de las piernas o las axilas, acudimos de forma rápida a este utensilio con el que podemos decirle adiós al pelo en un abrir y cerrar de ojos. Sabemos que es un acto muy sencillo y que a penas tiene truco, pero, como todo en esta vida, también se puede mejorar, y es que hay un par de tips que no están de más para mejorar tu experiencia y a la par mantener a raya las molestas irritaciones.
Prestar atención a la sensibilidad de cada zona
Quizás, lo primero que debemos de tener en cuenta antes de afeitarnos es comprobar la sensibilidad de esa área de nuestra piel, puesto que hay zonas más sensibles que otras. Por ejemplo, la piel de las piernas es mucho más gruesa que la de las axilas o la de la ingle, que es más fina y por lo tanto más sensible. Por ello en dichas zonas es esencial utilizar cuchillas más afiladas y una crema de afeitar más espesa, además de afeitarse en la dirección del crecimiento del vello para disminuir la irritación.
Evitar afeitarse en contra del vello
Un básico a la hora de afeitarnos, para conseguir un resultado más suave evitando también la aparición de pelos enquistados, algo que ocurre cuando el pelo vuelve a crecer dentro de la piel, dando lugar a cierto dolor, así como irritación, inflamación y una posible infección en la zona.
Utiliza crema de afeitar
La crema de afeitado es ideal para conseguir que la cuchilla se deslice de forma más suave por la piel. Otra opción sería ejecutar el afeitado con las zonas mojadas para conseguir suavizar el vello y la piel, y ayudar así a evitar cortes en la misma.
No utilizar una maquinilla de afeitar con demasiadas hojas
Muchas maquinillas destacan por tener múltiples hojas con las que prometen un resultado mucho más pulido. Lo cierto es que tener más hojas podría traducirse también en un mayor daño sobre la piel. Además, es esencial evitar pasar la cuchilla varias veces por la misma zona, puesto que esto puede dar lugar a irritaciones.
Cambia las cuchillas de forma periódica
Lo ideal es cambiar las cuchillas entre cada 5 o 10 usos. Cuando utilizamos una misma cuchilla demasiado tiempo, ésta puede provocar rozaduras o cortes, así que es mejor desecharla y coger otra nueva.
No guardes la maquinilla en la ducha
La ducha es uno de los lugares más húmedos de la casa, por lo que podría aumentar el riesgo de que nuestras maquinillas se oxiden, algo que afectaría en consecuencia a la calidad de nuestro afeitado. Tampoco hay que pasar por alto que estas zonas tan húmedas son el espacio perfecto para la aparición de hongos y bacterias, algo que podría aumentar en contacto con la cuchilla el riesgo de sufrir una infección.
Cuidar tu piel tras el afeitado
Por muy leve que sea el afeitado, es evidente que la piel está mucho más sensible tras dicha acción, por ello es un must hidratar la misma tras rasurarla, decantándose por una crema que sea adecuada al tipo de piel de cada uno.
Si se te irrita notablemente la piel tras el afeitado deja de hacerlo
En ocasiones nos empeñamos en seguir ejecutando técnicas que nuestra piel sin embargo no tolera. Y es que cuando nuestro cuerpo reacciona ante ciertas situaciones, es esencial escucharlo y dejar de seguir llevando a cabo técnicas que están dañando al mismo. Cuando sufrimos eczema grave, acné o queloides, es primordial no afeitarse dicha zona, así como aquellas con heridas abiertas o infecciones cutáneas. Es importante intentar no obsesionarnos tampoco con una depilación exhaustiva y mucho menos cuando el cuerpo, a través de irritaciones, rechaza esta técnica.
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