Presta atención a estos detalles, más allá de tu entrenamiento, que estás pasando por alto
Cuando dejamos atrás la vida sedentaria y apostamos por sumarnos al mundo fitness, rápidamente queremos ver resultados notables en poco tiempo. Lo ideal es apostar por una combinación ganadora de deporte y dieta saludable, un combo que nos asegura un ritmo de vida mucho más sano y que junto con un buen descanso nos harán notar sus efectos en el cuerpo. Bien es cierto que, tras apuntarnos al gym para poner a prueba nuestras nuevas rutinas de entrenamiento, buscamos notar una pérdida de peso o una figura más definida en un par de semanas. Y es que, si no se dan esos cambios visuales un mes de entrenamiento, no significa que el gimnasio no esté dando sus frutos.
Si tras tres semanas después de poner a prueba tus músculos en el gym te sigues subiendo a la báscula y ésta no refleja una bajada de peso, pueden existir varios motivos que influyan esa falta de resultados. No es que los circuitos de gym no funcionen, es que existen otros factores que interfieren y quizás no hemos identificado.
Composición corporal
Cuando empezamos a entrenar, a veces pensamos que la pérdida de peso es el reflejo claro de que la rutina de gym ha dado sus frutos. Sin embargo, nos estamos fijando en el peso corporal en vez de en su composición. Es muy posible seguir pesando lo mismo que antes de empezar a entrenar, pero que tu masa muscular haya aumentado y la grasa haya disminuido.
Hay que tener en cuenta que el peso que vemos reflejado en la báscula no es a lo que más atención le debemos dar, ya que no te informa de cuanta grasa has perdido ni cuanto músculo has ganado. Por el contrario, podemos optar por sacarnos fotos que muestren ese antes y después de nuestro cuerpo para ver su evolución objetiva, así como fijarnos en la ropa, si nos queda igual que antes o más suelta. Todos estos factores son indicadores más acertados, aunque quizás, la mejor señal de que los entrenamientos están dando sus frutos sea cuando uno se siente más activo y con más energía tras varias semanas de gym.
Retención de líquidos
Este es un obstáculo con el que se encuentran muchas mujeres, y es que la retención de líquidos dificulta la pérdida de peso, debido a que los tejidos corporales acumulan agua de forma excesiva o en otros casos, a que las altas temperaturas provocan la dilatación en las venas, o a que llevamos una alimentación poco saludable. Para evitar que la retención de líquidos se agrave es esencial prestar atención a nuestra alimentación y reducir el consumo de sal.
Alimentación poco saludable
Una mala alimentación también puede ser una de las causas por las que no notamos esa bajada de peso. Cuando apostamos por un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada tiene que ir de la mano de nuestra rutina de gym. A menudo tendemos a pensar que el deporte compensa todos nuestros excesos en la alimentación, pero es precisamente cuando juntamos una alimentación saludable con un poco de fitness cuando los resultados empiezan a aflorar.
El deporte ayuda a tonificar nuestro cuerpo, facilita la pérdida de grasa corporal y mejora nuestro metabolismo para hacerlo más eficiente. Es esencial no observar el deporte como la excusa perfecta para poder llevar una mala alimentación a base de ultraprocesados cargados de azúcar, grasas saturadas y calorías vacías, puesto que es una acción contraproducente. No podemos jugar todas nuestras cartas al deporte y esperar que nuestra salud cambie para bien únicamente a través de esta acción, ya que es un factor más para un estilo de vida saludable.
Fotos | Annushka Ahuja en Pexels, Andrea Piacquadio en Pexels
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