El gran problema de las botellas reutilizables que mucha gente pasa por alto: son un nido de bacterias

Las botellas reutilizables se han convertido en un objeto imprescindible de nuestro día a día. Tanto para llevar el agua en el bolso, como para añadir en nuestra bici en las rutas, para acompañarnos una tarde de playa de verano, así como en una ruta por el monte. Estas botellas, que vienen dispuestas a evitar la compra de agua embotellada para reducir el consumo de plástico, traen más ventajas que su evidente aportación al medio ambiente, de hecho, muchas ayudan a mantener fría el agua, un must, especialmente en los meses de calor.

Según un estudio llevado a cabo por Water Filter Guru, en una botella de agua se podría encontrar hasta 20,8 millones de unidades de bacterias colonizadoras (UFC), 40.000 veces más que las que encontramos de media en una taza de inodoro. Este dato nos ha dejado completamente impactadas, por ello es crucial prestar una atención especial a la higiene de estas botellas.

Las costumbres higiénicas de los participantes del estudio anteriormente nombrado es algo a tener en cuenta, puesto que en él se observó que, a pesar de que el 42% lavaban la botella cada día, un 25% la lavaba “algunas veces por semana” y un 13%, “un par de veces al mes”. La higiene de estos objetos es muy importante, puesto que beber directamente de las botellas favorece la proliferación de bacterias en la superficie de las mismas que posteriormente acabaran en el agua que consumimos.

Los microbios que están presentes en nuestras manos también pueden dar lugar a la proliferación de bacterias, puesto que cuando manipulamos el tapón, nuestras manos no siempre están desinfectadas o limpias, por lo que trasladamos esas bacterias a la zona de la botella que tocamos con la boca. Además, estas bacterias y hongos vienen de fuera de nuestro cuerpo, a diferencia de aquellas que depositamos con la boca en la botella y podríamos no estar inmunizadas contra todas.

¿Cómo podemos evitar la proliferación de bacterias?

La higiene de la botella es crucial para que no se de la presencia de estos microorganismos. Lo ideal sería lavarla con agua y jabón tras su uso o en su defecto, cada día, e intentar verter el agua en un vaso en lugar de beber directamente de la botella. Además, es importante no compartir dicha botella con nadie.

Una vez tenemos a mano todos estos tips, solo falta aplicarlos. Aunque estos objetos se hayan convertido en un accesorio clave de nuestra vida, en cuanto a cuestiones de higiene, quizás no le estábamos prestanto toda la atención que se merecen.

Fotos | Arnie Watkins en Pexels, Miriam Alonso en Pexels

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