Juego de Tronos ha terminado pero no es lo único bueno que HBO tiene para nosotros. Chernobyl ha llegado y ya ha superado a Breaking Bad y a Juego de Tronos en la puntuación en IMDB, una web en la que ha obtenido un 9,7 sobre 10.
Esta miniserie de cinco capítulos recrea la historia del accidente nuclear que amenazó a Europa cuando el reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania, estalló el 26 de abril de 1986.
Y la serie es de una crudeza maravillosa. Perfectamente elaborada. Magnífica. A través de la fotografía y la música mezclada con los sonidos del accidente, consiguen envolverte. Sientes que estás ahí. La angustia de los operarios, el miedo de los heridos, la incertidumbre de los responsables. Todo gira en torno a una realidad que se vivió hace 33 años y que ahora está al alcance de cualquiera.
Una maravillosa fotografía
No es solo que tenga un aire ochentero, sino que la fotografía es capaz de reflejar el aura que envuelve toda la serie, el de la muerte. La radiación está presente en pequeños detalles, colores y composiciones, y es uno de los grandes logros de esta miniserie de Sky y HBO.
El reparto escogido con mimo
Si algo hace buena a una serie es sin duda la calidad de las interpretaciones de su reparto. Puedes tener a grandes estrellas que no consigan levantar un buen guión, o una mala trama donde lo único que luzca sean los actores. Aunque también puedes tenerlo todo, un magnífico guión con unos inmejorables actores.
Todos están sublimes, desde Jared Harris (The Terror), que interpreta a Valery Legasov, un brillante físico nuclear soviético, a un maravilloso Stellan Skarsgård (Mamma Mia!) que da vida al viceprimer ministro soviético Boris Scherbina. Eso sin olvidarnos de Emily Watson (La teoría del todo), que interpreta a Ulana Khomyuk, una física nuclear soviética, o Jessie Buckley (Taboo), la mujer de uno de los bomberos que acudieron a sofocar el incendio en un primer momento.
La trama, que comienza dos años después del desastre, está perfectamente estructurada, dando importancia a cada uno de los implicados de una u otra forma en este desastre, y los primeros planos de todos y cada uno de los actores nos demuestran la magnitud de un desastre nuclear que marcó a Ucrania y a toda Europa.
La crudeza, necesaria y sobrecogedora
La historia en sí parece de ciencia-ficción, pero nada más lejos de la realidad. Este desastre provocado por el hombre se llevó por delante a miles de personas, y esa crudeza es vital para la serie. Las imágenes desgarradoras mientras una maravillosa música te envuelve, son las causantes de que te descubras sentada al borde del sofá con una presión en el pecho y los ojos abiertos sin apenas pestañear.
Este clima tenso hasta en las conversaciones más livianas es tan sobrecogedor como necesario para mantenernos enganchados desde el minuto uno.
El sacrificio
Una de las mejores armas que existían en esta historia era la de los héroes que vivieron esa desgracia en primera persona y que decidieron dar sus vidas para encontrar solución a un problema que podría haber sido mucho mayor. Podría haberse convertido en una serie de superhéroes, pero es una serie de hombres y mujeres. La manera de tratar ese sacrificio, desde la máxima naturalidad y sin explotar lo que podría haberse convertido en algo irreal, es otro de los muchos puntos a favor de esta serie.
Qué fácil es ver una serie cuando te crees absolutamente todo lo que pasa en pantalla. Y con Chernobyl no solo te lo crees porque es una historia que conocemos sino porque ahora, y gracias a HBO, estamos viviendo el desastre desde lo más profundo con una obra maestra tan necesaria y valiente como terrible.
Fotos | Chernobyl (HBO)
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