Marie Kondo, la pesadilla hecha carne y hueso del Síndrome de Diógenes, ha llegado a Netflix. Autora de cuatro libros superventas sobre el arte de organizar, su serie ¡A ordenar con Marie Kondo! no está dejando indiferente a nadie.
Ya sea por su eficaz método de doblado de ropa para ahorrar espacio o por el auténtico exterminio que puede suponer su paso por tu casa, las redes se están llenando de memes como este:
Los estragos de Marie Kondo @NetflixES pic.twitter.com/QjxbQ5vOc7
— Amigobuster (@amigobuster) 7 de enero de 2019
Y es que, para algunos, es imposible que con lo extremista de su metodología, Marie no esconda tras su apariencia de inofensiva japonesa siempre sonriente pensamientos diabólicos sobre el desorden de las familias a las que ayuda.
Pero para entender mejor a Marie primero tenemos que saber que fue una de las pocas niñas del mundo a las que su madre nunca tuvo que reñir por no recoger su habitación. Ya a los cinco años era una aficionada a las revistas de decoración. Después, en el instituto, mientras sus compañeros practicaban deporte, ella disfrutaba más ordenando estanterías. Aunque no fue hasta la universidad que descubrió el porqué: Poner las cosas en orden la ayudaba a superar la presión de los exámenes.
Así que, es posible que si eres de los que usa la silla de su habitación como armario (y de la silla a la cama, y de la cama a la silla otra vez), te vaya a costar conectar con las prácticas que Marie propone. Por el lado contrario si, como Monica Geller, no eres capaz de dormirte sin comprobar si te acordaste de guardar los zapatos en su sitio o los dejaste tirados en medio del salón, qué le den a Juego de tronos, Los Soprano y a todas las series de HBO de la historia porque te encuentras ante tu serie de culto.
A continuación hemos desgranado cinco puntos de su peculiar filosofía que te ayudarán a decidir si la odias, si la amas o si te echas unas risas.
Vivir solo con 30 libros
Si tu sueño de infancia era tener una biblioteca como la de la película La Bella y la bestia huye ahora sin mirar atrás. Si John Waters fuera a casa de Kondo tendría que irse sin acostarse con ella (y no solo porque es gay)... La propia Marie ha contado que vive solo con 30 libros.
Esta sería la cifra máxima de libros que alguien podría tener en casa sin que dejara de reinar el orden. Para alcanzarla, hay que deshacerse de todos los que "ya hayan cumplido su cometido", aquellos que sepas que no vas a leer o que no hayas abierto en los últimos años.
Este consejo, por el contrario, te vendrá muy bien si no te gusta leer. Ya no tendrás que fingir con que no tienes tiempo para evitar ser juzgado. No podrás ir de leído pero sí de ordenado, échale la culpa a Netflix. También es útil para gente que se muda mucho o tan precaria que solo puede sacarlos de la biblioteca.
Abrazar tus pertenencias
Si vives solo o andas falto de cariño, el método KonMarie para decidir si un objeto se queda o se va derecho al contenedor de basura te va a encantar. No se trata de elaborar una lista de los pros y los contras o pensar en su utilidad sino de abrazarlos.
¿Por qué? Pues porque has de quedarte solo con aquellas cosas que te hagan feliz. Así que, ya sabes, corre a abrazar ese cojín mugriento que lleva demasiado años en tu sofá o el cactus medio seco que nunca te acuerdas de regar y solo entonces sabrás en tu corazón qué es lo que procede. Eso sí, por favor, recuerda desenchufar la licuadora de mano antes de ponerle los brazos alrededor.
El orden emocional
Kondo se basa en la literatura oriental para argumentar que la importancia del orden reside en el hecho de que un espacio es representativo de tu cabeza. Sin una casa ordenada no puedes progresar en la vida y, del mismo modo, una casa ordenada significa abrir las puertas a tu felicidad.
Sobre todo para ella que la relaja limpiar pero seguir su método supone seguir trabajando en casa después de salir de la oficina. De hecho, mejor aún si le dedicas tus vacaciones completas porque, para que sea efectivo, has de hacer el proceso de limpieza de golpe y sin parar hasta que termines. De lo contrario corres el riesgo de volver a posponerlo.
Tal vez pasarte los fines de semana y las vacaciones sacando toda la basura que acumulas en los armarios y reorganizandolos en vez de vivir un poco la vida te parezca una pesadilla pero piensa en todo lo que podrías ahorrar en viajes, cenas, cine y cervezas.
Sé agradecido
Como hemos visto en los dos puntos anteriores, no se trata solo de un programa sobre orden y limpieza, en el fondo de todo están los sentimientos.
Igual que con las personas que no nos hacen bien, tenemos que aprender a dejar ir esos objetos que ya no necesitamos y que encima nos están quitando espacio.
Sin embargo, no podemos tirarlos sin más, debemos despedirnos de ellos con amor. Da igual que los estés mandando a un vertedero maloliente en el que va a ser reducido a cenizas, si dejas ir un objeto del que tienes muchos y buenos recuerdos debes darle las gracias de corazón.
Sobre lo que no se ha pronunciado todavía Marie es sobre aquellos de los que guardas malos recuerdos. Así que, reinterpretando su filosofía de forma un poco libre, por nosotros tienes vía libre para hacerle lo que quieras a los regalos de tu ex.
Organiza por categorías y de forma vertical
Convierte tu casa en una tienda, o en el apartamento de alguien con TOC, organizándolo todo separado por categorías. Dale, además, el giro alien almacenándolo de forma vertical, en vez de horizontal. Esto tiene el objetivo, por un lado, de ayudarte a encontrarlo de forma más rápida y, por otro, de ayudarte a ahorrar más espacio aún.
En caso de que no te haya quedado ya suficiente con todo lo que has tenido que tirar, claro. Si te pasas, al final puede parecer que más que minimalista y ordenado eres un rata que que no quiere gastarse el dinero en las cosas que necesita y prefiere vestirse con las camisetas viejas y con agujeros que le hacen feliz antes de comprarse unas nuevas sin alma ni recuerdos. ¡Cuidado!
Foto: Netflix.