Ocho temporadas de una serie como Juego de Tronos dan para mucho. Los personajes evolucionan, los actores crecen y los fans creamos unos vínculos con ellos como si les conociéramos de toda la vida. Por eso el segundo capítulo de la octava temporada de Juego de Tronos nos sorprendió con una escena que nos hizo abrir los ojos: Arya había crecido, y Maisie Williams ya no era una niña.
Atención, SPOILER ALERT. Este artículo reflexiona sobre la evolución de uno de los personajes más importantes de Juego de Tronos y haremos referencias a momentos de todas las temporadas, la última incluida. Si eres de los pocos que aún no ha visto hasta el segundo capítulo de la última temporada, no sigas, esto será para ti un campo de minas de spoilers.
Los más pequeños de Juego de Tronos
En la primera temporada había cinco niños que, si la serie seguía adelante, crecerían a través de la pantalla. Algunos se quedaron por el camino, como Rickon, que murió en la Batalla de los Bastardos, o el odiado Joffrey, que fue envenenado en su boda. Los tres restantes, son tres Stark.
El actor que interpreta a Bran, Isaac Hempstead-Wright, ha cambiado mucho en estos años. Es de esos jóvenes, siendo sinceros, a los que la adolescencia no le ha hecho un favor. Por su parte, el personaje también ha sufrido muchos cambios en ocho temporadas, tanto que hay quién dice que es en realidad el Rey de la Noche.
De ser un niño que trepaba muros pasó a ser un pequeño en silla de ruedas. De adolescente, pasó a ser el Cuervo de Tres Ojos, y ahora, hemos descubierto que es el motivo por el que el Rey de la Noche avanza hacia Poniente: los Caminantes Blancos quieren deshacerse de él, y encima, lleva la marca que el Rey de la Noche le hizo en uno de los viajes de Bran a través del tiempo.
El caso de Sansa es menos evidente. Sophie Turner tenía apenas 13 años cuando pasó el casting de GOT, y 14 durante el rodaje, pero es verdad que su cambio ha sido menos brusco físicamente, aunque su personaje sí ha sufrido un cambio muy profundo. Comenzó siendo una niña que quería ser princesa y que era toda una dama y ahora es la Señora de Invernalia, un puesto ganado con sudor, lágrimas y mucho dolor.
Arya, la evolución de un personaje y el cambio de una actriz
¿Y qué ocurre con Arya? Algo que nos pasa con los niños que crecen a nuestro alrededor. Su crecimiento nos envejece. Vemos como van creciendo poco a poco, pero no es hasta un determinado momento cuando algo hace click en nuestra cabeza y vemos lo que realmente ha pasado: los años han convertido a una niña en una mujer.
Cuando conocimos a Arya, la actriz que interpreta su papel desde 2011, tenía 13 años. Maisie Williams era una niña, y su personaje aún más. Sonreímos cuando Jon le regaló a Aguja y nos sentimos identificados con una Arya que no quería seguir las directrices impuestas para las mujeres de Invernalia. Era pizpireta, divertida, rebelde e inocente. Por eso lloramos con ella cuando vivió la muerte de su padre, su primer punto de inflexión real en la serie.
En la segunda temporada, cuando tuvo que huir de Desembarco del Rey, creíamos que terminaría reencontrándose con Rob Stark, pero nada más lejos de la realidad. Su viaje hasta regresar al norte ha sido duro y ha transformado no solo el físico de su personaje, sino su personalidad.
El mejor ejemplo de cómo ha cambiado Maisie Williams con Arya es su perfil de Instagram. Echar la vista atrás nos deja este sorprendente cambio:
La actriz, que va a cumplir 22 años, se ha despojado de su niñez y lo demuestra con un cambio de look brutal tras finalizar el rodaje de la serie, que nos sorprendió a todos.
Y lo mismo ocurre con el personaje de Arya:
Tener que escapar de los Lannister, encontrarse con Gendry (que se convirtió en el primer amor de una niña), huir vestida como un chico para que nadie sospechara que era Arya Stark, acabar en manos de “El Perro”, viajar hasta Braavos. Y allí, convertirse en una adolescente lejos de su familia, de su vida. Ser Nadie. Perder la vista. Recuperarla y luchar contra la muerte.
Pero luego, volvió a ser Arya de la Casa Stark. De niña, pasó a experta asesina, capaz de cambiar de rostro y de perpetrar una venganza que a todos los fans nos supo a victoria. La Boda Roja fue vengada por una joven a la que, en el fondo, seguíamos viendo como una niña.
Hasta que llegamos a Invernalia y al segundo capítulo de la octava temporada de Juego de Tronos.
Una escena que lo cambia todo
La misma Maisie Williams se mostró incómoda en su cuenta de Twitter, y a nosotros su encuentro con Gendry, su amor infantil, nos hizo darnos cuenta de que Arya, ya no es la niña que fue.
Lo mejor de este crecimiento es que hemos podido ver en esta octava temporada momentos que nos trasladan a temporadas anteriores, como el reencuentro con Jon en el arciano de Invernalia, repitiendo el abrazo que se dieron cuando Jon se marchaba al muro a convertirse en Guardia de la Noche.
Maisie Williams nos ha regalado un personaje pulido con una brillante actuación en todos estos años, y Arya se ha convertido en una mujer fuerte, poderosa y que aún tiene mucho que decir en la serie. O al menos, eso esperamos sus fans.
Fotos | Juego de Tronos (HBO)
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