Cuando dos personas se gustan, su lenguaje corporal puede decirnos mucho. Una mirada, una sonrisa o incluso una postura, puede revelar que existe cierto interés, tensión sexual y atracción
Según escribía en su libro ‘Love Signals: A Practical Field Guide to the Body Language of Courtship’ el antropólogo David Givens, “a pesar de los avances tecnológicos y el desarrollo que hemos sufrido los seres humanos en el último siglo, cuando hablamos de las señales silenciosas de la atracción física no somos diferentes a las demás especies del reino animal. Desde los orígenes de los seres vivos, los animales siempre han utilizado ciertas señales que pretenden comunicar el interés en el sexo opuesto”.
Este tipo de atracción es algo que ocurre a menudo en el lugar de trabajo. Pasamos muchas horas, compartimos espacio y nos vemos de forma continuada, por lo que es posible que la chispa surja. El Departamento de Sociología de la Universidad de Stanford afirma que el 11% de las parejas estadounidenses se han conocido en el trabajo, y según un informe de Infojobs un 14% de los trabajadores españoles tiene o ha tenido una relación sentimental con una persona de su entorno laboral en el último año.
Está más que claro que existen razones para que enamorarnos de un compañero o compañera de trabajo pase tanto, como el tiempo compartido o la proximidad. Ahora solo queda saber cuáles son las señales más comunes de que existe una atracción entre compañeros de trabajo.
Índice de Contenidos (17)
- Miradas intensas
- Miradas acompañadas de una sonrisa
- Cercanía física
- Cualquier excusa es buena para tocarse
- Un tono de voz más bajo
- Cejas levantadas al hablar
- Tocarse el pelo hablando
- Bromas constantes
- Comportamientos imitados
- Admiración en público
- Mejillas sonrosadas
- No hay prisa por irse a casa
- Más movimiento de la cuenta
- Pupilas dilatadas
- Ladear la cabeza al escuchar
- Las manos en la cadera
- Los tres ejes centrados en la otra persona
Miradas intensas
Es posible que no te des ni cuenta pero pasas mucho tiempo mirando a la otra persona. y ella a ti. A veces vuestras miradas se cruzan y hasta surge una pequeña sonrisa. Y si no os habéis dado cuenta, el resto de compañeros del trabajo seguro que sí, porque esas miradas intensas son una de las señales más evidentes de que existe atracción entre dos personas. Una mirada prolongada sugiere que hay atracción y deseo de conectarse.
Miradas acompañadas de una sonrisa
La gran mayoría de veces cuando os miráis, también os sonreís. Es más, según el Dr. Ronald E. Riggio, profesor de Liderazgo y Psicología Organizacional en Claremont McKenna College, “aunque sonreímos con frecuencia cuando interactuamos con otras personas que nos gustan, cuando nos sentimos atraídos sexualmente por alguien, la tasa de sonrisas tiende a aumentar”.
Cercanía física
El concepto de distancia proxémica fue establecido en 1968 por el antropólogo Edward Hall. El experto concluyó, después de años de investigación, que nos relacionamos con los demás en base a diferentes tipos de distancias sociales o distancias proxémicas: la distancia pública, la distancia social, la distancia personal y la distancia íntima. Si os gustáis, estaréis la gran mayoría de veces en la zona íntima (una proximidad de entre 15 y 45 centímetros) o en la distancia personal (entre 50 centímetros y un metro).
Cualquier excusa es buena para tocarse
Cuando ansiamos la cercanía de otra persona, cualquier excusa es buena para tocarla. Un sutil gesto con la mano sobre tu antebrazo, por ejemplo, al hablar. Son gestos muy sutiles, como acercarse durante una broma, tocar la espalda al caminar juntos o cualquier acercamiento físico que os ponga en contacto. De hecho los contactos accidentales son una constante entre vosotros o vosotras, por ejemplo cuando os sentáis juntos y las piernas se tocan.
Un tono de voz más bajo
El tono de voz tiene un gran papel comunicativo, y puede indicarnos que existe atracción. Según este estudio, cuando una persona tiende a bajar el tono de voz cuando está hablando es porque encuentra atractiva a la otra persona. ¿Quizá porque buscan acercamiento?
Cejas levantadas al hablar
Este gesto sutil de levantar las cejas muestra interés, sorpresa, y ganas de seguir conociendo más a otra persona. Si abre más los ojos de lo normal y además eleva sutilmente las cejas, es porque intenta poner atención en lo que dices, una expresión común cuando alguien nos gusta.
Tocarse el pelo hablando
Según explica en su libro Givens, los hombres tienden a realizar más conductas de autocuidado cuando están en presencia de la persona que les gusta. Por ejemplo, colocarse la corbata, amasarse la barba o atusarse el pelo. Las mujeres por su parte, tienden a tocarse más el peso cuando están con alguien que les atrae.
Bromas constantes
No significa que toda la gente con la que te ríes en el trabajo se sientan atraídos por ti. Es que cuando existe una atracción, y como vimos con Pam y Jim en ‘The Office’, las bromas son una gran vía para favorecer el acercamiento.
Comportamientos imitados
El efecto espejo, según el psicoanalista francés Jacques Lacan es una teoría que afirma que nos gustan las personas similares a nosotros. Por ejemplo, dices que te ha gustado la última película de Wes Anderson y a la otra persona también. Dices que eres más de café con hielo y la otra persona casualmente también. Buscáis el uno en el otro constantemente aquellas cosas en las que sois similares. Puede parecer empatía, pero también puede esconder una atracción.
Admiración en público
“Es una crack”, “es un compañero de diez”, “me encanta trabajar con ella, lo hace todo súper fácil”. Si los halagos y la admiración se vuelven constantes, es porque la otra persona nos ve como alguien interesante, y no por simple peloteo. Nos gusta y cuando alguien nos gusta y estamos en fase de atracción, amplificamos eso que nos gusta.
Mejillas sonrosadas
El rubor facial es una respuesta fisiológica que sucede de forma súbita e incontrolable. Se produce cuando se acelera nuestro ritmo cardíaco, y puede ser por vergüenza, pero cuando nos sentimos atraídos por otra persona y se nos acelera el corazón.
No hay prisa por irse a casa
Si te gusta estar con una persona, dilatas el tiempo que estás con ella. Por eso siempre surgen excusas para prolongar ese momento en que estáis juntos. Una caña después del trabajo, querer adelantar trabajo aunque se pase de la hora… Cualquier excusa es buena para no iros a casa solos.
Más movimiento de la cuenta
Según la Dra. Lilian Glass, experta en comunicación y analista del comportamiento, el cuerpo no miente, a menos que seamos un especialista en ello. Cuando movemos mucho los pies, nerviosos, podemos estar dando muestras de atracción. como bien afirma Joe Navarro, exagente del FBI y experto en lenguaje corporal, podemos fingir una sonrisa movidos por las convicciones sociales, pero los movimientos de los pies no están sujetos a estas convicciones. En este caso el lenguaje corporal no miente.
Pupilas dilatadas
Desde Vision Care nos explican que “nuestros ojos se dilatan naturalmente todos los días para adaptarse a la luz que atraviesa el lente del ojo y para ayudarnos a enfocar la vista”. Es una respuesta fisiológica llamada midriasis que también puede producirse cuando alguien nos atrae, lo que comúnmente se llama la "mirada del amor". Como bien afirmaban desde El País, “aunque nos empeñemos en no expresar nuestras emociones, las pupilas delatan parte de lo que sentimos o del esfuerzo mental que realizamos”.
Ladear la cabeza al escuchar
No nos damos cuenta, pero escuchar a otra persona ladeando la cabeza, es una señal inequívoca de que te está prestando toda su atención.
Las manos en la cadera
Lo mismo ocurre si ponemos las manos en la cadera, una señal de flirteo muy común. Si está de pie y con las manos en las caderas podría estar interesado en ti.
Los tres ejes centrados en la otra persona
Según la CNN, los ejes de atención de los humanos se dividen en tres fracciones del cuerpo: el pecho, los pies y la cara. “Si un hombre o mujer tiene los tres ejes de atención alineados a los ejes de la persona de su interés entonces está brindando toda su atención y energía”. Es sutil, pero puede percibirse si te fijas bien.
Una cosita más antes de terminar. Como bien nos explicaba la sexóloga y psicóloga María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero’, la atracción es un proceso fisiológico. Sentir amor por una persona y atracción por otra es más que posible ya que “las partes del cerebro que se encargan de procesar el amor y la atracción son diferentes”. Que nos sintamos atraídos no significa que nos hayamos enamorado de nuestro compañero de oficina.
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