La carta que Frida Kahlo le escribió a Diego Rivera desde el hospital antes de que le amputaran la pierna derecha

La despedida de una de las historias de amor más tortuosas y apasionadas de la historia del arte

Carta Frida Kahlo A Diego Rivera Hospital Edit
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Aunque existen muchas artistas femeninas a las que recordar, hay una cuya vida y obra siguen impactando a día de hoy, a pesar de que hace ya 70 años que falleció. Una mujer quebrantada por el dolor, amante apasionada, icono y poderosa. Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue en el siglo pasado lo que nosotros somos ahora, y ahí radica parte de su magia. Una mujer adelantada a su tiempo.

La pintora mexicana Frida Kahlo ha trascendido al paso del tiempo, igual que su tormentosa historia de amor con Diego Rivera. Los dos artistas se conocieron en 1928, cuando Frida Kahlo se afilió al Partido Comunista Mexicano.

En esta historia, la del amor de su vida, hay una carta que Frida escribió en 1953 en el hospital, cuando esperaba a que le amputaran la pierna derecha. La carta decía lo siguiente:

México, 1953
Señor mío, Don Diego:
Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar esta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean… quieren herirme el orgullo cortándome una pata. Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían. ¡No!, yo ya era una mujer incompleta cuando lo perdí otra vez, por enésima vez quizás, y aún así sobreviví.
No me aterra el dolor y lo sabe, es casi una condición inminente a mi ser, aunque sí le confieso que sufrí, y mucho, todas las veces que me puso el cuerno… no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres… ¿Cómo cayeron en sus enredos? Usted piensa que me encabroné por lo de Cristina, pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por usted y por mí, primero por mí porque nunca he podido entender qué buscaba, qué busca, qué le dan y qué le dieron ellas que yo no le di. Por que no nos hagamos pendejos Diego, todo lo humanamente posible se lo di y lo sabemos, ahora bien. ¿Cómo carajos le hace para conquistar a tanta mujer si está tan feo hijo de la chingada…?
Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharle más de lo que ya nos hemos reprochado en ésta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada). Le dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad había de que la gente lo supiera? Y ahora ya ve, mi fragmentación estará a la vista de todos, de usted… Por eso antes que le vayan con el chisme se lo digo yo «personalmente», disculpa que no me pare en su casa para decirlo de frente, pero en estas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarle lástima, a usted ni a nadie, tampoco quiero que se sienta culpable de nada, le escribo para decirle que le libero de mí, vamos, le «amputo» de mí… sea feliz y no me busque jamás. No quiero volver a saber de usted ni que usted sepa de mí. Si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver su horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.
Eso es todo. Por fin puedo irme y descansar en paz. Se despide quien te amó con impetuosa locura.
Su Frida

Como explican desde Frida Kahlo Foundation, la vida de la artista siempre estuvo marcada por una grave poliomielitis que sufrió de pequeña y que marcó su vida, provocando que pasase largos periodos en cama. Su pierna derecha quedó más delgada que la izquierda.

Carta Frida Kahlo A Diego Rivera Hospital 2

En agosto de 1953, Frida fue a una consulta con el doctor Juan Farrill. Tenía una gangrena y debían amputarle la pierna derecha por debajo de la rodilla. Fue cuando Frida dijo su famosa frase “Pies… ¿para qué necesito pies si tengo alas para volar”. En apenas 400 palabras Frida nos demuestra en esta carta no solo el inconmensurable amor que le profesaba, sino que era una mujer de la que aprendemos el valor de quererse a una misma. De sí misma decía y que nadie podría quebrarla porque ella sabía bien quién era, en una lección de autoconfianza y autoconciencia que todas deberíamos aplicarnos.

Pero también narra los engaños de Diego Rivera. El más demoledor y el que más impacto en la artista fue la aventura con su hermana Cristina, con quien tuvo una relación de años. Frida plasmó el dolor ante aquella traición en ‘Unos cuantos piquetitos’. Sin embargo, la pintora acabó perdonando a ambos con la excusa de que le amaba demasiado. En esta carta no solo habla de las infidelidades de Diego con la hermana de Frida, sino con otras mujeres. Es el relato de una mujer herida, confundida pero que sigue enamorada “hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por usted y por mí, primero por mí porque nunca he podido entender qué buscaba, qué busca, qué le dan y qué le dieron ellas que yo no le di”, asegura. Aunque el 6 de noviembre de 1939, él pide el divorcio a Frida y en enero de 1940 se hace efectivo, el 8 de diciembre de ese mismo año volvieron a casarse.

Carta Frida Kahlo A Diego Rivera Hospital 1

A pesar de la infidelidad y del dolor, la carta es una despedida. “No pretendo causarle lástima, a usted ni a nadie. Tampoco quiero que se sienta culpable de nada, le escribo para decirle que le libero de mí, vamos, le «amputo» de mí… sea feliz y no me busque jamás. No quiero volver a saber de usted ni que usted sepa de mí.” Igual que los médicos harán con su pierna, ella se liberaba amputándose el amor. El fin de la relación llegó con la muerte de Frida el 13 de julio de 1954. Antes de morir dijo “espero alegre la salida y espero no volver jamás”. La artista había sufrido demasiado en su vida, tanto física como emocionalmente.

Fotos | Van Vechten, Carl, 1880-1964, fotógrafo (Biblioteca del Congreso), Flickr Universidad Carlos III

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