En el sexo hay algo que se repite y es la sensación de que todos sabemos hacerlo. Todos sabemos hacer una paja y todos sabemos tocar un coño... ¿o no? La falta de comunicación puede hacer que pensemos que estamos llevando a la locura a nuestra pareja y que lo que en realidad esté pasando por su cabeza sea la lista de la compra.
Pero no hay que preocuparse porque en esta vida todo puede aprenderse, y si hay personas sacándose el carnet a diario y aprobando asignaturas, tú podrás mejorar tus artes amatorias y conseguir masturbar a tu pareja como nunca antes.
Y si ya lo consigues y crees que no puedes aprender nada sobre sexo (sí, la masturbación también es sexo) de estas líneas, te digo una cosa: deja de leer y ponlo en práctica, que dar placer a otra persona es algo maravilloso.
Qué hacer antes de tocar a tu pareja
Antes de entrar en materia, un consejo: si quieres que se corra, no corras tú. Las prisas en el sexo no son buenas consejeras y podemos conseguir mucho más si aplicamos la filosofía del slow sex, también si hablamos de tocar a nuestra pareja.
Un masaje erótico, un poquito de petting o el magreo de toda la vida servirán para comenzar a encender ese calorcito. Tocaos, que esto no es Ghost y podéis hacerlo sin problemas.
Podemos ambientar el plan con velas, música sexy y aromas sensuales, y comenzar "poquito a poquito, suave, suavecito", como Luis Fonsi. Escucha el cuerpo de tu pareja, sus reacciones y sus palabras.
La comunicación verbal y no verbal te ayudará a dar en la tecla (no subestimes el poder de decir lo que te gusta abiertamente) porque, aunque hay movimientos que estimulan a casi todos los penes y vulvas, cada persona es un mundo y puede que lo que me guste a mí no te guste a ti.
La libido puede aumentar de millones de formas distintas y no vamos a juzgar a nadie porque el placer es libre. Tal vez tu pareja se vuelva loca si la acaricias el tobillo mientras tocas sus genitales, por ejemplo, o si le recitas la alineación del Betis de la temporada 87-88 mientras le vas mordiendo la oreja.
Seas como seas y sea como sea tu pareja, pregunta, observa y nota qué es lo que sí mola y lo que no más allá de lo que te digamos en este artículo, porque nadie conoce mejor su propio placer que uno mismo. Y si algo no le gusta, pasa. Se trata de dar placer y solo haremos cosas que resulten placenteras a nuestra pareja.
Aprovechando esto añadimos un tip más: todo lo que haremos en la cama debe ser siempre algo consentido por ambas partes. Vamos a darle al positivismo sexual y a practicar solo aquello con lo que todos podamos sentirnos cómodos.
Cómo hacer una buena paja
Comenzaremos por cómo es dar placer a un pene y cómo podemos mejorar la experiencia y hacerla aún más hot. No estamos diciendo que lo hagas mal (no tenemos una mirilla para observarte en plan voyeur) pero quizá hay alguna cosa que puedes incorporar al temario y conseguir un 10 en lugar de un 9,5.
Lo primero: olvídate de meter la mano en el paquete y comenzar a mover eso como si fuese una zambomba. No vamos a pedir el aguinaldo ni a bailar en una fiesta jerezana, así que nada de tocar el pene como si fuese un instrumento musical.
Dale tiempo y comienza por algo tan suave como puede ser rozar por encima del pantalón o acariciar en el interior de los muslos para que se vaya encendiendo la mecha y aumentando el deseo.
Una vez hayas traspasado la barrera de la tela y ya estés con el pene en la mano, empieza suave. Acaricia lentamente todo, desde el glande a la base y los testículos, con calma y dulzura para ir “despertando”. Puedes ir aumentando ligeramente la presión pero sin prisas.
Un truco extra hot es mirar a tu pareja y decirle cosas al oído susurrando (me encanta tu polla/ ¿te gusta así?/ hoy voy a hacer que toques el cielo/ y cualquier derivado que se te ocurra, feel free), así que colócate en una posición que te permita el contacto visual. Puede ser frente a frente o incluso delante de un espejo para que tu pareja y tú no perdáis detalle. Verás cómo se enciende y sentirás que tienes en tus manos todo el poder.
No te olvides de seguir besando el cuello, la boca, el lóbulo de la oreja.... Vamos a masturbar un pene pero eso no quiere decir que nos centremos solo en eso. Y recuerda, aún sin el pene en erección toda la zona está recibiendo placer así que no os agobies si no se empalma. Tomáoslo con calma. No hay prisa, podemos cambiar la manera de acariciar, probar otros movimientos e incluso olvidarnos del miembro que ahora está tímido, para centrarnos en otras zonas.
Cuando el pene se endurece llega el momento del ritmo. Sexconsejo: una vez llegados a este punto usa un lubricante. El pene apenas lubrica y podemos mejorar mucho la experiencia al utilizarlo y evitar que la fricción sea desagradable para ambos.
Puedes usar uno de efecto calor como este de Lubets, uno 100% natural como el de Durex o incluso uno de sabores como estos de Control. También puedes usar tu propia saliva o un aceite, siempre que te asegures de que puede usarse en los genitales, porque si no es así puede introducirse en la uretra y provocar un infección.
Lubets Lubricante Base de Agua con Estimulante Efecto Calor, Ecológico y en formato Monodosis (10 Uds x 4ml)
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Una vez tengas la polla dura en tus manos rodéala con tus dedos y comienza a subir y bajar la mano, con una ligera presión que vaya aumentando a medida que aumenta el placer de tu pareja.
Si quieres usar ambas manos puedes entrelazar los dedos y colocar el pene entre las palmas. Las manos suben y bajan juntas aumentando así la sensación de presión. También puedes colocar una encima de otra, cubriendo la base del pene con una y el glande con la otra, y si el pene es más pequeño, con varios dedos en lugar de toda la mano.
En esta última postura (las manos una encima de otra cubriendo todo el pene) prueba a hacer un movimiento de rotación en el que cada mano gire hacia un lado diferente. Todo el cuerpo del pene se estimulará y será un OMG.
Es muy importante mirar a tu pareja y ver sus reacciones. Pide a la persona que te diga si le gusta o no, pero mira si se estremece, gime o tiene la piel de gallina, porque las reacciones del cuerpo serán los mejores emisores del mensaje si de lo que hablamos es de placer.
No te centres en un único movimiento y ve combinándolos. Puedes por ejemplo tocar el escroto (que esconde los testículos) e ir haciendo movimientos sobre el glande, como tocar el frenillo con el pulgar o envolverlo con tus dedos y apretar y soltar como si estuvieras imitando el latido del corazón.
También puedes colocar tu mano sobre el glande como si estuvieras cogiendo una mandarina con la punta de los dedos y comenzar a mover estos en círculos y de forma suave. Luego sube y baja los dedos hasta que tu palma de la mano toque la punta de la polla, con lo que conseguirás un efecto similar al de "garganta profunda" de una felación.
Podéis experimentar con la zona perianal, altamente sensible y muy placentera, que nos puede dar paso a estimular el punto P. Para la zona perianal usa los dedos e incluso ese pequeño vibrador que tienes en la mesilla. Con una bala vibradora como la Neo Plus de Platanomelón aumentarás por 10 el placer.
Neo Plus, Vibrador mini recargable
Si vas estimular el ano, avisa siempre y que no pille a nadie por sorpresa. Y no hagas como en un examen de próstata y metas el dedo sin más, aquí podemos perder todo el tiempo que queramos preparando el acceso. Es una zona muy delicada, así que cuidado con las uñas largas y los gestos bruscos.
Durante toda la masturbación del pene trata de alargar el placer y no comiences a aumentar enseguida la velocidad y presión para que se corra cuanto antes. Practica el ending y dilata el momento final del clímax. Podéis tocaros el uno al otro, o que tu pareja te vea tocarte mientras haces la paja. Hablad y pregunta si le gusta o no, cómo lo estás haciendo o qué le gustaría que hicieras. Estamos para dar placer (y disfrutar viéndolo), así que no os cortéis.
Cómo masturbar un coño
Si has llegado hasta aquí pensando que voy a explicarte cómo hacer un dedo te diré algo: no sabes tocar un coño. Pensar que el placer de una vulva reside en introducir algo (un pene, un dedo, un dildo) en su vagina, es no entender nada de lo que está pasando.
Para masturbar una vulva lo primero es conocer a fondo todas las posibilidades que ofrece y todas las partes erógenas que la conforman. Este mapa completo de la vulva te dejará claro que hay mucho más que vagina y mucho más que clítoris, así que empóllatelo bien.
Como ocurre con el pene, la vulva necesita un tiempo para encenderse así que si quieres hacer un buen trabajo tómatelo con calma. Piensa que es un guiso que se cuece a fuego lento y usa cada una de las partes como le explicaba Mónica a Chadler en Friends. Toma nota de lo que dice la señorita Geller y ve combinándolas sin prisa y sin olvidar ninguna:
Puedes comenzar con caricias en el cuello y los pechos, besos y cualquier zona erógena que se te ocurra (aquí te contamos 13 pero hay muchas más). Muerde pezones (siempre con cuidado y poco a poco), acaricia pechos, toca, toca y no dejes de tocar. Besa, lame, chupa y cuida todas las zonas, sin dejar desatendida ninguna para ir encendiendo el fuegote.
Después pasa a los genitales acariciando los muslos, el monte de Venus y los labios exteriores, con calma y cadencia, despacio. No tenemos prisa por llegar al gran protagonista, el clítoris. Queremos que todos los actores secundarios de esta obra tengan su momento protagonista, así que explora con calma primero por encima de la ropa y luego poco a poco sobre la piel.
En este punto es posible que haya lubricación gracias al flujo, o puede que necesites un lubricante que acompañe los movimientos. ¿Has probado alguna vez por ejemplo los que tiene efecto vibración? Este de Platanomelón es una maravilla. Produce un cosquilleo que aumenta el placer en zonas como el clítoris, y es una divertida forma de ayudarte.
Estimulante Sensorial de Platanomelon
Usar un lubricante te ayudará a acariciar zonas de una forma más suave y placentera en las partes más delicadas y sensibles de los genitales como el clítoris.
Llegamos a este punto el deseo pide más y vamos a comenzar a tocar el clítoris. Lección primera: no es un timbre, así que no lo acaricies como si lo fuera y lo pulses de forma rabiosa. Haz movimientos circulares sobre él, despacio y con un par de dedos, y combínalo con movimientos arriba y abajo y de izquierda a derecha, no solo sobre el clítoris (como usando un Satisfyer), también sobre los labios (interiores y exteriores).
Puedes colocar el clítoris entre los dedos índice y corazón y subir y bajar como si se tratase de un pene, o tratar de encontrar el punto U entre la uretra y la vagina (este mapa te indica dónde está) y en la zona exterior de los genitales. También puedes explorar el punto G dentro de la vagina con el movimiento “ven aquí” del que ya te hemos hablado más de una vez (palma hacia arriba y con el dedo corazón flexionándose).
No te centres en el uso de una mano, tienes diez dedos y dos manos con sus palmas y dorsos y todo sirve para estimular. Piensa que la vulva (recuerda que no estamos hablando de la vagina) es sensible a rabiar, solo tienes que escucharla a ella y a tu pareja, que irá mostrándote lo que sí le gusta y lo que no.
Puedes por ejemplo subir desde la zona de la vulva más cercana al ano por el exterior con los pulgares (uno a cada lado) y bajar por el clítoris, el punto U y la vagina en una línea recta (dibujarás un semicírculo con cada uno de los pulgares, para que te orientes mejor).
La zona perianal es común para todos los sexos y es una zona erógena por excelencia. Cuando la estimules que sea con cuidado, igual que pasaría con el sexo anal.
Puedes apoyarte con juguetes de cualquier tipo, ya sabes que todos son aptos para usar en pareja. Un vibrador, un succionador o un dildo si a la persona le gusta la penetración, pueden hacer maravillas y conseguir un punto extra de placer.
Y ahora que has tomado buena nota de todo... ¿qué tal ponerlo en práctica? Este año eso de masturbar a tu pareja será tu asignatura estrella, garantizado.
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Fotos | Euphoria, Sex Education, Con derecho a roce, Giphy; Deon Black, Taras Chernus y Charles Deluvio en Unsplash
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