Estos términos dan voz a prácticas que hemos vivido pero para las que no teníamos nombre antes.
Los puristas podrían pensar que con la cantidad de palabras que tiene el castellano no hay necesidad alguna de añadir términos anglosajones para explicar algo que ya conocemos. Pero en ocasiones, esos términos dan voz a prácticas que hemos vivido pero para las que no teníamos nombre antes.
Es el caso del terrible ghosting, por ejemplo, del no mejor cricketing, o del love bombing. Y es el caso también del término que la generación Z ha acuñado y que te presentamos hoy. Lo hemos vivido en primera persona y se llama curving.
Qué es el “curving”
Según la psicóloga Susana Martínez, en el curving una persona comienza mostrando interés para luego “alejarse de forma gradual, evitando comprometerse o establecer una comunicación clara”. Es decir, no quiere otra cita contigo pero no es capaz de decírtelo, lo que puede llevar no solo a confusiones, sino a frustración por parte de la persona que lo sufre.
Esta técnica evita el rechazo directo y lo convierte en un rechazo tan sutil que la persona que lo recibe no consigue interpretarlo así. Además, quien lo practica busca dejar la puerta abierta de esa relación, lo que no solo es egoísta, también es muestra de una nula responsabilidad afectiva y puede provocar efectos negativos en quien lo recibe.
Confusión, culpa, ansiedad, incertidumbre, desgaste emocional, pérdida de confianza o inseguridad por la falta de explicación son algunos de los efectos que, según el psicólogo Rafael Alcaraz Sánchez, podría tener el curving en la persona que lo recibe.
Este tipo de comportamiento no es sino una falta de respeto y de consideración hacia los demás. Si no estás interesado en alguien, ser honesto y claro, y comunicarlo a la otra persona, es la opción más madura.
Cómo identificar que me están haciendo curving
Un ejemplo para que podamos entenderlo mejor. Alguien nos está haciendo curving cuando a la pregunta, quedamos el martes nos contesta con un ambiguo “quizá” en lugar de decirte algo como “me ha encantado conocerte, pero no creo que lo nuestro tenga futuro, te deseo lo mejor”. Alguien nos hace curving cuando no dejan de escribirnos, pero contestan con monosílabos para dar por acabada la conversación pero sin decirlo claramente. Alguien nos hace curving cuando sigue escribiéndonos pero cambia de tema si le decimos de quedar. Una persona que hace curving está y a la vez no está como el gato de Schrodinger.
Los curvers quieren parecer majos, pero en realidad están dejando abierta una puerta que no quieren abierta, y no tienen el valor de dar por zanjada la relación. Al contrario que con el ghosting, quien lo practica no desaparece, solo responde de manera vaga, pone excusas, evita quedar y tarda en responder a los mensajes de alguien en lugar de rechazarle. Porque sí, cuando te hacen curving no quieren estar contigo.
Si has detectado que te están haciendo curving, es importante primero que aceptes la realidad de la situación y que no te engañes pensando que las cosas van a cambiar. Si alguien te hace curving es porque no está interesado en tener una relación contigo. Si la situación te incomoda, comunícaselo de forma clara, establece límites y si el curving aún así, continúa, aléjate porque te va a generar más daño que beneficio.
Fotos | Jarritos Mexican Soda, Jenny Ueberberg y David Suarez en Unsplash
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